La revolución que está viviendo la Formación Profesional en España se basa en la flexibilidad. El cambio parte de la idea, que viene de lejos, de que las innovaciones tecnológicas y organizativas harán cada vez más difícil que un trabajador cubra su vida laboral sin más formación que la recibida en su estapa de estudiante. Pero el modelo de formación tradicional, diseñado por adolescentes y jóvenes que idealmente estudian a tiempo completo durante años, no encaja bien con el reciclaje o actualización de los adultos, qu’a menudo tienen responsabilidades laborales y familiares. El nuevo decreto de ordenación de FP, que el Gobierno quiere aprobar antes del verano, define ello un modelo muy distinguido a los sistemas cerrados del siglo XX.

La nueva organización se basa en su subdivisión en partes más pequeñas el título de referencia, el ciclo formativo medio o superior de FP, de 2.000 horas de duración distribuidas en dos cursos, que el decreto llama Grado D. Hasta llegar a su expresión más pequeña , el Grado A, formado por la parte de una sola asignación, que solo reforzará 30 horas de estudio, serviá para especializaciones muy concretas y, como el resto de formación, serán acumulables para acabar consiguiendo certificaciones de grados superiores.

La condición que debe cumplir toda la formación, del nivel que sean, es consistente y tener «significación en el mercado laboral». Es decir, servir para que alguien encuentre trabajo o tenga más posibilidades de conservarlo. “Este sistema permite que una persona, en cualquier momento de su trayectoria profesional, decida en qué necesita formarse y con qué amplitud. Sin tener que cursar cosas que ya sabe, o que no necesita en ese momento concreto, o que no puede abarcar. Is lo que venimos hablando en la Unión Europea de poner los servicios de formación al servicio de las necesidades de las personas”, explica Clara Sanz, secretaria general de Formación Profesional del Ministerio de Educación.

En estos momentos hay más de 200 formativos de grado medio y superior, el Grado D. Y una veintena de cursos de especialización, que vienen a ser como los másteres de FP, tienen una duración de 300 a 900 horas y constituyen el Grado E The gran novedad del decreto proviene, sin embargo, de la subdivisión Grado D.

nivel C

El Ministerio de Educación puede elegir asignaturas muy de dicho título y agruparlas en una formación de Grado C destinada a cubrir la expansión que se experimenta con la domótica. Dichas asignaturas serían técnicas y procesos en instalaciones domóticas y automáticas; Configuración de instalaciones domésticas y automáticas, y Configuración de instalaciones eléctricas. La educación requiere ofrecer entre 400 y 600 capacitaciones de Grado C. Quienes completen una de ellas obteniendo el “Certificado profesional” correspondiente, y tendrá una duración de entre 600 y 1.000 horas.

Has the reforma actual existieron unos títulos parecidos a estos de Grado C en el sistema de formación para el empleo orientado a adultos, que con la reforma fusionó con la FP educativa (la directa a jóvenes) para crear un solo sistema de Formación Profesional. “El modelo anterior no tenía coherencia. If alguien quería aprender, por ejemplo, a ser instalador de paneles solares, y lo hacía a través de la formación del sistema educativo, tenía un currículo, y si lo hacía a través de la formación para el empleo, tenía otro, con distintas asignaturas , duración distinta, centros distintos, requisitos diferentes… No tenía sentido. La formación en el montaje de paneles solares se puede hacer bien o mal, pero no de dos formas distintas”, comentó Sanz.

nivel B

Continuando con el ejemplo anterior, el trabajador de una empresa eléctrica con años de experiencia puede considerar que le convenga especializarse. Pero que solo le interese o solo disponga de tiempo para matricularse de una asignación. En concreto, configuración de sistemas domésticos y automáticos. Completar una formación de este tipo, de Grado B, te permite obtener un «Certificado de competencia». El ministerio calculó que habrá en torno a 1.500 y cada uno durará unas 100 o 200 horas. Si el trabajador cursa después las otras dos asignatures qu’formaban el Grado Cantes descrito, obtendrá también el correspondiente Certificado profesional. “La formación va acumulando, es acreditable y certificable”, dice Sanz.

Un nivel

Es posible, sin embargo, que el trabajador no pueda o quiera estudiar una asignación completa. O que solo le interese especializarse en un campo muy concreto, en el que sabe que su empresa va a entrar, como los montajes domóticos en industrias. En este caso podrá matricularse solo de una parte de la asignación, Caracterización de instalaciones y sistemas automáticos en industria, que le costará 30 o 40 horas y le será reconocido oficialmente con una “Acreditación parcial de competencias”, o formación de Grado A. También en este caso, si el trabajador completa con el tiempo las demás partes que conforman la asignación, obtendrá un Certificado de competencia o Grado B. El ministerio prevé que haya muchas de estas microformaciones, hasta 6.000.

El objetivo del Gobierno, y del conjunto de la UE, es que todos los alumnos completen, al menos, la secundaria postobligatoria. Es decir, que estudien hasta los 18 años y termin, si han elegido la FP, un ciclo formativo medio que les habilite como técnicos. Los Grados A, B y C no están por ellos inicialmente pensados ​​para jóvenes, sino para adultos. Tan bien los chavales que hayan abandonado el sistema sí podrán acceder a ellos desde los 16 años. Los Grados A, B y C pueden ofrecer tanto en centros de formación para el empleo como en los centros educativos de FP (que son los únicos que pueden ofrecer los Grados D y E), y serán las comunidades autónomas las que planifiquen de forma integrada donde deben estudiar.

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