Safran acabó ganando la batalla a su rival francés, Thales, pero también al tiempo. Con tres años de retraso, el dron táctico Patroller ha obtenido la certificación de la Dirección General de Armamento (DGA), lo que permite al Ejército entregar 14 unidades, siete tras el primer pedido en firme. La buena noticia cayó dos días antes de los resultados de 2022 del fabricante de motores de aviación y equipos electrónicos civiles y militares: un beneficio neto de 1.180 millones de euros (+55%) y una facturación de 19.000 millones (+24,8%), a pesar de la inflación y Tensiones en la cadena de suministro, todavía presentes este año.

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Una de las principales lecciones de un año de guerra en Ucrania ha sido la neutralización de la aviación y el uso masivo de diferentes tipos de drones para sobrevolar los teatros de operaciones, recoger información y atacar en profundidad. “El Patroller está listo para ser utilizado en operaciones”, da la bienvenida a Olivier Andriès, director ejecutivo de Safran, afirmando que puede armarlos muy rápidamente si el gobierno lo decide. Por ahora, se pretende monitorear un área dentro de un radio de 150 kilómetros y designar objetivos.

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«Reorganización profunda»

El primer conflicto de alta intensidad en Europa desde la Segunda Guerra Mundial reveló que la industria de defensa, en Francia como en otros lugares, no estaba preparada para suministrar en cantidades suficientes. «La tasa actual de uso de municiones por parte de Ucrania es mucho más alta que nuestra tasa de producción», resumía recientemente Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN. La misma observación en París: Francia ha entrado en un «economía de guerra»dice Emmanuel Macron, quien pide a Nexter (artillería), MBDA (misiles), Naval Group, Thales o Safran que produzcan «más rápido más rápido» y al menor costo.

Esto impone un «reorganización profunda» de la base industrial, según el Jefe de Estado. Y un gran esfuerzo de los ejércitos por simplificar las especificaciones solicitadas a los fabricantes, fuentes de importantes costes adicionales (estudio, fabricación, ensayos, etc.). Evidentemente, adaptar mejor los estándares de las armas a sus condiciones reales de uso, sin sacrificar la seguridad de los soldados ni la eficacia de los equipos. Deben estar calibrados «según sea necesario»cree el Sr. Andriès, quien dice que está listo para desempeñar el papel de«piloto operador» un enfoque alentado por la DGA. Los ejércitos ofrecerán 413.000 millones de euros entre 2024 y 2030; saben que este esfuerzo sin precedentes durante treinta años no los exime de un deber de rigor.