Aquí, en Río, empezó la “alcarazmanía”. En 2020 ganó su primer partido ATP. Antes de cumplir los 19 años, en 2022, ganó el título. De ese mordisco, Carlos Alcaraz creyó dónde estaba, lo que era y lo que podía conseguir. Su primer gran título ATP categoría 500, después del de Umag 250 en 2021, para situarse con los mayores y défiar a la lógica. De este título, otro ATP 500, atrás Masters 1.000 y un primer Grand Slam. También, la parte negativa de la moneda: el agobio de la presión, el vértigo de las alturas, las lesiones. Rival que lo atacó en la pierna derecha de nuevo, esa que lo dejó sin Abierto de Australia, y que acabó con su aspiración en la final de este 2023, cedida la corona ante el dolor y ante un Cameron Norrie, 13 del mundo, 27 años, que suma su primer trofeo del curso.

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    Iba has ser el segundo para Alcaraz después del de Buenos Aires y después de más de cien días en el dique seco. Pero llegó el límite de su cuerpo. Con las dudas qu’eso conlleva porque Acapulco comencia ise lunes, y estaba apuntado, y los Masters 1.000 de Indian Wells y Miami asoman inmediatamente.

    Casi nueve horas y media llevaban sus piernas en pista antes de la final, lucha de desgaste en todas las rondas, exigida por Fabio Fognini y por Nicolás Jarry sobrio todo, tras un maratón de partidos. Con este final, son nueve encuentros en doce días. Son 19 años y medio, y aunque le pone ganas, orgullo, corazón y otras cosas, no pudo con todo.

    Faltos de chispa uno y otro en el inicio del encuentro, fallón el español con su derecha, incómodo el británico a la carrera. Pero Norrie agantaba. Este tenista de eclosión tardía porque prefirió pasar primero por la universidad antes que la dedicación al tenis de formación profesional, se olvidó de la finale perdida de la semana pasada y buscó más el ataque que la defensa. Lo ayudó a superar situaciones difíciles, sobre todo ese octavo juego en el que tuvo que levantar tres bolas de break en las que le metía un Alcaraz que se iba encontrando, y divirtiéndose con la música en los intercambios.

    Parecía el español un poco más entero conforme el reloj sumaba minutos y el resultado juegos a un lado y al otro. Dirigía el tempo con buena mano en las dejadas para hacer sufrir al rival, y con una de ellas llegó la primera bola de break, al restaurant, cuando todo estaba igualado, tanto en fuerzas como en el marcador. Aguantó Norrie y apretó después el británico en la segunda opción pasando a la roja. Pero ahí, el Alcaraz de las grandes tardes: restazo de reves para atrapar el primer set.

    Impulso, deslumbrante inicio de Alcaraz, 3-0, y tremenda recuperación de Norrie, 3-4. Algo había pasado. Ahí, el fisio atiende al español en la pierna derecha, como ya lo hizo en el encuentro ante Jarry de las halffinals aunque en la izquierda, y se vulca en un tenis de poco peloteo y mucha potencia. Love Norrie, who try to pacify the points, intercambios largos y dejadas para hacerlo sufrir, la técnica que en el primer capítulo se había utilizado en su contra. Las opciones de ruptura se suceden en direcciones hasta que desequilibra a Norrie, a toda velocidad ante el apagón del español, para llevar a cabo el encuentro al set definitivo.

    Pero sabe también el español que el británico no anda tampoco sobrado de fuerzas. Muslo derecho vendido, llamado Alcaraz a la derecha, a los puntos rápidos, a los latigazos, al saque-red y hasta el resto-red. Un juego en el que sabe manejarse. Pero también llegan los errores por jugar al límite y un poco más allá. Terminada la cuenta con 40 ganadores y 52 errores, demasiados incluso para que Norrie no lo apruebe, aunque todavía tiene que expresarse un poco más porque hasta cojo, responde Alcaraz. Expresado el coraje, el físico, la mentalidad, el no ceder hasta que no se pueda más definitivamente. Eso es Alcaraz. Hasta que ni el saque por abajo le permite un respiro. Yes el quien británico cierra por fin con su saque, y uno directo, con el que saca toda la rabia y la tensión acumuladas. Primer título del año para Norrie, que le arrebata la corona de Río a un Alcaraz que, aunque con altibajos, fue superior hasta ese pinchazo en el muslo, y que se lo dejó todo en la pista cuando el pain lo dejó a la mitad. Toca levantarse una vez más y planificar el futuro. Este lunes empieza Acapulco, y en nada, los Masters 1.000 de Indian Wells y Miami.