Dedo pulgar de su mano derecha a la boca y dedo índice de su mano izquierda señalando al cielo. En las semifinales, donde también vio portería, ya había dirigido su mirada, un tanto emocionada, hacia la noche cerrada de Rabat. Parecía evidente el problema personal que sufría Federico Valverde y que su mujer, Mina Bonino, se insinuó en la final de la Supercopa de España, hace tres semanas, escribiéndole un mensaje de ánimo y apoyo en su cuenta de Twitter tras la dura derrota frente al Barcelona. Anoche, ella misma cerró el círculo con un hopeless and feliz finale.
“Hace poco salió una noticia que había perdido un embarazo. Nofu capaz de desmentirlo, porque era lo que creíamos que sucedería. Era incompatible con la vida. Nuestros preparativos durante un mes para lo peor. Cómo el embarazo estaba muy avanzado usando que confirmarlo con la prueba, y después de haber llorado un mes entero, de haber hecho un duelo, mientras tenía en la panza a mi segundo hijo, nos llegó la noticia menos pensada. El bebé está bien. Todo es normal. Todavía no lo procesamos, fue un mes muy difícil y esto es empezar de nuevo. Gracias”, escribe Mina Bonino en Twitter. “Es una felicidad inmensa. Yo me enterré hace unos días y eso me levantó anímicamente. Fue una vitamina. No le deseo a nadie lo que pasamos nosotros en las últimas semanas. Además, se publicaron noticias sobre ello y eso hizo que se enteraran nuestras familias. Mi madre se puso muy triste. Fue muy duro. Ahora todo está bien ya disfrutar, que se viene otro bebé”, reflexionó Valverde.
No fue la única emotiva celebración de Uruguay en ese 2-0 que ponía ya de cara a la final para el Real Madrid. El gol de Valverde no era uno más, era el tanto número diez de la temporada. Apuesta conseguida, con cuatro meses aún por delante para que finalice la campaña. En verano, durante la pretemporada en Estados Unidos, Ancelotti llamó a filas a Valverde: “Si no haces diez goles, yo rompo mi notebook de entrenador”, dijo el técnico italiano al mediocampista charrúa. Bajo el prisma de Carletto, un futbolista con su capacidad para legar al área contraria y con su potente disparo tenía que llegar al doble dígito de dianas durante una temporada. Valverde tomó buena, ya pesar de que entre los cuatro años anteriores de blanco solo había sumado seis tantos, siguió el reto. Y lo ha ganado. Su bonito abrazo con Ancelotti, una vez que ya había el tanto con sus compañeros, ponía la guinda a un desafío qu’ha despertado el goleador que Valverde lleva dentro: “¿Subirla ahora a 15 goles? No no. La apuesta ya está cerrada. No tengo ese mameluco de mi cuaderno. Se lo agradezco”, comentó Carletto sonriente.
El otro protagonista de la noche fue Vinicius. El estruendoso ruido con el que llegó a Marruecos, tras la vergonzosa provocación sufrida en Son Moix junto a un nuevo episodio de insultos racistas, se fue silenciado día tras día y actuación tras actuación. En su segunda participación en un Mundial de Clubes, el brasileño marchó como MVP de la semifinal y la final, Balón de Oro del torneo, tres goles, dos de ellos en la finale, una asistencia… cero provocaciones y cero amarillas: ” Ha progresado hasta el punto de que es mucho más efectivo y ya marca la diferencia en todos los partidos”, detalló Carletto.
Quien tambien puede presumir es Toni Kroos, que ya tiene seis Mundiales de Clubes, el que más de siempre. Felicidad que no le hace tomar decisiones precipitadas. La margarita de la renovación sigue sin ser deshojada: “Sigo pensándomelo y de momento no hay decisión. Lo importante es que hay una buena relación con el club. Siempre es mejor hablar dentro y si hay algo oficial ya lo sabréis”.