En medio de una dehesa de bosque mediterráneo, entre majestuosos valles y escarpados acantilados en la Sierra de Andújar (Jaén), los 18 bisontes (y una nueva cria) que llegaron hace algo más de un año desde las frías cumbres de Polonia han dejado atrás la epoca de celo, donde los machos luchan con furia por las hembras. Todo un espectáculo (similar al de la berrea de los ciervos) cuya contemplación en Andújar está limitada a unos pocos aparte de Álex y Jessica Hohne, la pareja de sudafricanos qui rió la finca de El Encinarejo, y la que critican algunos conservacionistas y científicos por la introduccion de estos grandes herbívoros.

Hasta la finca andaluza llegaron, como inquilinos en régimen de semilibertad, los ejemplares de bisonte bonasus, una «especie exótica» catalogada formalmente como amenazada y que nunca antes ha sido documentada en la península Ibérica. Su presencia en las cálidas alertas dehesas de Sierra Morena, avalada por las instituciones locales y la Junta de Andalucía, ha originado una cascada de críticas entre conservacionistas y científicos que vienen haciendo de l’impacto de lo que tildan como «naturaleza-espectáculo».

“El ecosistema mediterráneo es totalmente inadecuado para albergar una especie que viene de Polonia, y claro que hay consecuencias ambientales por la afección que producen otras especies ya asentadas allí”, explica Carlos Nores, catedrático de zoología de la Universidad de Oviedo. A su juicio, el límite geográfico en el que se mueven los bisontes es de zonas con temperaturas medias invernales de menos cinco grados, algo que en España sólo se da en los picos más altos de los Pirineos. En Andújar hay días de ello en invierno y en verano se alcanzan las temperaturas medias más altas del país, por encima de los 45 grados.

Los animales viven en la finca de El Encinarejo, por lo que el acceso está restringido.Carlos Romero

La Junta de Andalucía, competente en la gestión de los espacios naturales protegidos, ha autorizado la presencia de estos bisontes en Andújar con la calificación de «núcleo zoológico» y dentro de un programa de recuperación de una especie amenazada. Sin embargo, un grupo de expertos ha solicitado a la Administración andaluza que modifique la catalogación del proyecto para que sea reconocido oficialmente como una «introducción benigna» al tratarse de una especie en peligro de extinción presente en un área que no corresponde a su área de distribución natural. La Junta andaluza, que no ha contestado a las peticiones de comentarios de este periódico, desoye de momento las tesis científicas, un silencio que los expertos interpretan como la aceptación expresa de este controvertido proyecto.

La finca de El Encinarejo, situada en los límites del parque natural de la Sierra de Andújar, permanentemente vallada y su acceso está restringido por sus dueños, que solo autorizan, de tarde a tarde, visitas reducidas por grupos de fotógrafos especializados en fauna salvaje . Es el caso de Carlos Romero, de la firma La Magia de Andújar, que seguía la evolución de los bisontes que llegaron en 2021 desde Polonia. «Su adaptación está siendo muy buena a un hábitat privilegiado, con muchos pastos y mucha más agua que en otros territorios, aunque es cierto que soportan más calor del que estaban acostumbrados en el norte de Europa», señala Romero, que califica de «imponente ” the experience of plasmar con su camera la vida de estos herbívoros Frente a las criticas, este fotógrafo defiende que esta especie es «perfectamente huésped» con otros animales con los que comparten territorio, ciervos, gamos y linses, principalmente.

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No opinó igual Miguel Ángel Simón, que fue director y artífice principal del proyecto de recuperación del lince ibérico en esta zona. Simón alertó del impacto sobre ese felino del pisoteo de los bisontes sobre las madrigueras de los conejos, that his principal el sustento del lince. «Claro que hay una afección clara, no se entiende cómo la Administración permite que se introduzcan especies exóticas que están prohibidas por la propia legislación nacional e internacional», subraya Simón, uno de los firmantes del escrito remitido a la Junta de Andalucía contra la presencia del bisonte en este lugar.

Eduardo Díaz Alcázar, biólogo y doctor en Gestión de Fauna Silvestre, expone los argumentos de que Levan ha desestimado la presencia de bisontes en estas fincas de Sierra Morena: “Se trata de una especie procedente del norte de Europa que nunca ha estado aquí y que ahora se quiere introducir en un territorio donde llegan a alcanzarse los 45 grados en época estival”, indica es un experto en silvestre que es profesor en la Universidad de San Francisco de Quito (Ecuador).

Díaz tiene dudas de que haya evaluado la capacidad de carga de la finca, así como el preceptivo informa de impacto ambiental. Además, al tratarse de animales que se encuentran permanentemente en una finca vallada, se oye que es algo que invalida tal programa de reproducción genética de la especie.

También en el plano legal hay muchas voces críticas con la llegada del bisonte a la Sierra de Andújar. El jurista Pedro Brufao considera que el proyecto violará la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), así como el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies alienígenas invasoras. «Es discutible que se tenga la calificación de animal doméstico en ejemplares que llegan ha pesado cerca de una tonelada, no se han tenido en cuenta los análisis de riesgos y no se contempla responsabilidad patrimonial en casos de accidentes», asegura Brufao, que es catedrático de la Universidad de Extremadura en la especialidad de Derecho Ambiental y autor de varios estudios sobre el comercio de flora y fauna.

Recuerda Brufao que la propia normativa comunitaria obliga a España a proteger sus hábitats y las ligadas a los ecosistemas mediterráneos, alertando que el bisonte supone “un presumible riesgo potencial para los mismos por sus elevados nutricionales como herbívoro de gran tamaño”.

En el año transcurrido, el grupo ha comenzado a crecer con nuevas crias.
En el año transcurrido, el grupo ha comenzado a crecer con nuevas crias.Carlos Romero

A cambio, en el entorno municipal se minimizan los impactos de la especie bisonte bonasus en la Sierra de Andújar. “Ni es un desastre ambiental ni es algo inocuo, y el posible impacto ambiental es muy relativo; la capacidad de amortiguación que tienen los paisajismo mediterráneo es alta, sus espacios naturales que ya están alterados por el hombre pero que, pesa a todo, manteniendo su valor ecológico y paisajístico”, señala el biólogo Alberto Puig, jefe de Servicio de Sostenibilidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Andújar. Puig se refiere a la “alta carga de ganado y acuático” que existe en este espacio protegido (que formaba parte de la Red Natura 2000) por la presencia de hace años de ciervos, gamos y muflones, esta última, apunta, otra especie calificada como “exótica «.

Lejos de repudiar el programa, el consistorio de Andújar ve la del bisonte a sus sierras como «une oportunidad de situar al municipio en el mapa nacional e internacional del ecotourism y del turismo de naturaleza», en palabras del concejal de Turismo, José Oria . Sin embargo, el profesor Carlos Nores muestra la preocupación de un buen número de científicos «por la deriva que está tomando la naturaleza-espectáculo, en la que las propuestas, cuanto más extravagantes parecen, más atractivo resulta para muchos sectores de la población y la Administración Propia”.

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