La llorona del 25 de agosto de 2021

Desde marzo, varios advirtieron que cuando las tropas extranjeras se retiraran, el país volvería a sumergirse en una guerra civil dominada por los talibanes.

La palabra Afganistán podría aparecer en el futuro en el tesauro como equivalente a «vergüenza» y «tragedia», pero también a «fracaso máximo». Muy triste. «Ha sido un fracaso absoluto de Occidente», admite sin vacilar Margarita Robles, la ministra de Defensa española. Fuimos advertidos. En varios países, analistas lúcidos advirtieron de lo que podría pasar. Y ha sucedido; incluso más rápido de lo previsto, debido al repentino colapso del gobierno afgano. El día que el presidente del país, Ghani, huyó, incluso los controladores de tráfico aéreo abandonaron su trabajo. Un caos y un drama. El eurodiputado español Domènec Ruíz Devesa, que fue director de Gabinete con Josep Borrell, advirtió en marzo que «con la retirada de las tropas extranjeras, el país volvería a sumergirse en una guerra civil en la que los talibanes tienen todo para ganar». En otro artículo de Sistema Digital, en julio, también firmado con Nuria Portero, la eurodiputada advirtió que “por comedidos que parezcan para obtener reconocimiento internacional y ayuda económica, los talibanes aspiran a instaurar un régimen teocrático con el consiguiente daño a la sociedad civil , especialmente mujeres y niños ”.

Esta tragedia, que cubre informativamente otras violaciones de derechos humanos en el mundo, desde las brutalidades en el Sahel africano hasta la detención de todos los candidatos de la oposición en Nicaragua del exguerrillero Daniel Ortega, es incomprendida en algunos países, o intenta aprovecharse de otros. . En Estados Unidos, el presidente atraviesa sus peores momentos y ya se habla de «la mancha de Biden» que no se limpiará a lo largo de su mandato. En Italia, el primer ministro Mario Draghi clama por la dramática situación en la que las mujeres y niñas permanecen en Afganistán ante la aplicación extremista de la Sharia, la ley islámica. Mientras tanto, Rusia, China y Pakistán, se orientan a ganar influencia con el nuevo gobierno talibán para ocupar el espacio dejado por la retirada de Estados Unidos y sus aliados europeos de la OTAN.

En España, el presidente Pedro Sánchez lo ha resumido así: “orgullo” por la ejemplar evacuación y atención a los refugiados, pero “fracaso de la ocupación”. Que el sábado 21 Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, viajó a Madrid para afirmar que “España representa el alma europea”, significa un claro apoyo al país ya su presidente socialista. Von der Leyen proviene de la conservadora CDU alemana por lo que sus palabras hieren aún más a la oposición de derecha en España, incómoda por lo sucedido. Tras la ejemplar actuación de militares, policías y diplomáticos españoles en lo que se ha calificado como “la evacuación más difícil del mundo”, el ministro Robles estalló: “Me avergüenza la falta de sentido de Estado del Partido Popular”. Varios líderes populares expresaron en privado su disgusto por la posición de crítica de todo, sin matices, de su líder, Pablo Casado. Andrea Levy, un líder muy vinculado al alcalde de Madrid, Martínez Almeyda, se atrevió a expresar su elogio por la forma en que se había gestionado la evacuación. Casado rectificó días después distinguiendo entre el trabajo de los funcionarios y el del Primer Ministro.

Con esta destacada actuación española, reconocida por todos sus socios europeos, salvo la oposición interna, es posible imaginar la proyección internacional que tendría este país si hubiera unidad política en los asuntos de Estado. Pero eso, lamentablemente, es solo un sueño.