El derrame de petróleo revitaliza la lucha contra los combustibles fósiles en Estados Unidos.

El crudo se ha extendido por un área que cubre aproximadamente 33 kilómetros cuadrados del Océano Pacífico, según la última actualización oficial.

Vista de la limpieza en Huntington Beach, California, el 4 de octubre de 2021EFE

Los más de 570.000 litros de petróleo derramados en la costa sur de California han dado nuevos argumentos a la lucha en Estados Unidos de numerosas organizaciones, activistas y políticos contra la perforación en alta mar y la dependencia energética de los combustibles fósiles.

Esta fuerte dependencia del gas y el petróleo es precisamente uno de los principales problemas que enfrenta el país a nivel energético, según uno de los activistas más influyentes para la conservación de los océanos en Estados Unidos, Philippe Cousteau Jr.

En entrevista con Efe este jueves, el nieto del célebre explorador francés Jacques-Yves Cousteau lamentó que sólo en tiempos de catástrofes ambientales se recuerde «la devastación» provocada por actividades como la perforación en alta mar.

PRETEXTO PARA TERMINAR CON PERFORACIONES

«La realidad es que nuestra dependencia de los combustibles fósiles envenena nuestro aire y agua, calienta nuestro clima y acidifica nuestro océano cada hora de cada día», dijo Cousteau, fundador y presidente de la organización EarthEcho.

Sin embargo, el explorador y activista señaló que el reciente derrame frente a la costa de Huntington Beach puede servir como pretexto para «eliminar todas las perforaciones frente a la costa de California», un escenario planteado por el gobernador del estado esta semana.

En una conferencia de prensa en la ciudad afectada, el gobernador Gavin Newsom dijo que este es «el momento de decepcionarse de una vez por todas porque la extracción de petróleo tiene que ser parte del futuro».

Si bien el Estado Dorado ha impuesto restricciones a la extracción de petróleo en alta mar en los Estados Unidos desde el derrame de petróleo de Santa Bárbara en 1969, el más grave de la historia en sus costas, la perforación en sus aguas continúa hasta hoy desde las plataformas existentes.

La última fuga de petróleo, que comenzó el pasado sábado desde un oleoducto que transporta crudo extraído de la plataforma costa afuera Elly, frente a Huntington Beach, ha vuelto a poner sobre la mesa las consecuencias de este tipo de prácticas.

BIODIVERSIDAD MARINA AFECTADA

El crudo se ha extendido por un área que cubre aproximadamente 33 kilómetros cuadrados del Océano Pacífico, según la última actualización oficial.

Esta gran mancha ha afectado la vida de cientos de aves, tortugas, delfines y peces que tienden a subir a la superficie del agua donde se encuentra el petróleo derramado, según el profesor de Ingeniería Civil de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). y medioambiental, Eric Hoek.

«Es probable que se necesiten unas semanas para evaluar el alcance total de la fuga y los daños posteriores, y luego podrían pasar años en subsanarlo», pronosticó Hoek en declaraciones a Efe.

Esta situación ha provocado que las demandas de activistas y políticos lleguen a Houston (Texas, EE. UU.), Sede de muchas empresas petroleras, entre ellas Amplify Energy, propietaria del oleoducto afectado.

La preocupación de la industria es palpable en un artículo del principal diario de la ciudad, el «Houston Chronicle», titulado «Por qué el último derrame de petróleo podría tener profundas implicaciones para la economía de Houston».

En ese sentido, el equipo encargado de cubrir el sector energético de ese periódico advierte que el derrame en California «podría impulsar el apoyo público a los esfuerzos climáticos de la Administración (del presidente estadounidense Joe) Biden para detener la perforación en alta mar».

«Esta medida tendría profundas implicaciones para la economía de la Costa del Golfo», advierte el texto.

COMBUSTIBLES FÓSILES «OBSOLETOS»

Sobre este asunto charló en una entrevista con Efe Antonieta Cádiz, portavoz de la organización Climate Power, con sede en Houston.

Para Cádiz, este tipo de crisis medioambiental ligada a la extracción en alta mar es un problema que va «mucho más allá» del impacto del propio vertido, ya que, a su juicio, los combustibles fósiles están «obsoletos» y la industria petrolera «no es sostenible». «

El activista citó cifras de un estudio de Climate Power que muestra 1.236 derrames de petróleo en Estados Unidos entre 2010 y 2020, la mayoría en plataformas terrestres.

«¿Cuántos derrames más tenemos que presenciar para que nos demos cuenta de que no podemos continuar por este camino?» Se preguntó Cádiz, quien apuntó a una transición «necesaria» hacia las energías renovables para evitar este tipo de desastres en el futuro.