“Poder desarrollar proyectos de inversión pública de manera equitativa a nivel nacional es una excelente fórmula para atacar la desigualdad existente, especialmente en estos momentos de sindicación”
Cuando empieces a leer este artículo, lo primero que te preguntarás es ¿de qué trata este título? Muy sencillo, nuestro hermoso país tiene cosas muy interesantes, sobre todo el comportamiento de la lluvia. Es común que te levantes temprano un domingo y observes la maravilla del nuevo día, un sol hermoso y el indicio de un buen momento para disfrutar en familia. Empiezas a prepararte para una buena barbacoa y organizas cada paso al detalle, pero ¿qué te parece? Al mediodía, el cielo se nubla y cae un aguacero tremendo, adiós barbacoa. Es normal, el clima cambia y es frecuente, no brinda la oportunidad de prepararnos para algo diferente. Esto sucede cualquier día de la semana, incluso en la temporada no lluviosa.
Si aún no encuentras similitud, aunque la analogía es tan obvia (como dice la canción de Arjona), nos referimos al comportamiento del actual Gobierno. No han terminado de tomar una acción correcta o incorrecta, cuando de repente se salen con la suya. Ya no sabemos dónde poner la cabeza sin esperar a que llegue el golpe.
Casualmente, la semana pasada salieron con la presentación del Anteproyecto de Presupuesto 2022. Un incremento del orden de 881 millones de balboas con relación al año anterior. Una cifra superior a los 25 mil millones de balboas, donde destacan dos conceptos importantes: nómina y deuda. No basta con alcanzar un déficit fiscal del 10% en relación al PIB, una relación deuda / PIB del 70%, compromisos que alcanzarán un monto superior a los 40 mil millones de balboas al final del año, la vieja práctica de equilibrar el presupuesto compensando los gastos con deudas, y peor aún, creando un empleo increíblemente improductivo. En realidad, se generan salidas improductivas y poca o ninguna inversión.
Nuestras autoridades deben buscar un mecanismo para corregir el presupuesto histórico, en lugar de copiar el presupuesto anterior año tras año y hacer ajustes superficiales. Si sabemos de antemano que los presupuestos no han sido herramientas efectivas para compensar la crítica situación económica del país, entonces es el momento de hacer los cambios necesarios para asegurar que los pocos recursos que tenemos se utilicen de manera eficiente. Es hora de “Rediseñar el Mapa Económico de Panamá”. ¿Y porqué? Primero, nuestro presupuesto carece de objetividad o es muy subjetivo. En segundo lugar, tenemos recursos, no son abundantes, pero los podemos utilizar de manera eficaz y en tercer lugar, es necesario encontrar un mecanismo que nos ayude a solucionar la gran desigualdad socioeconómica que existe en el país.
En cuanto al tercer punto, que consideramos de suma importancia, el presupuesto es la “fuente” y, en la medida en que se corrija, será posible que los recursos lleguen a donde realmente deberían ir. Es necesario buscar una respuesta desde la fuente, de tal manera que sirva para lograr una distribución equitativa de los recursos a través especialmente de la generación de proyectos dirigidos a todas las comunidades de acuerdo con las necesidades reales y la consecución de un desarrollo integral del país. . Hay que olvidar la vieja práctica de hacer un presupuesto a la medida de los donantes de campaña, de proyectos exclusivos o selectivos y sobre todo de destinar recursos a actividades improductivas, de las que el plan económico histórico está repleto. Se podría pensar en la fantasía de un “Presupuesto Base Cero”, que tan buenos resultados ha dado en el sector privado, especialmente cuando un Plan Estratégico integral se define correctamente de manera robusta.
La intención no es criticar, sino aportar una idea que sea más efectiva a la hora de tomar decisiones a nivel gubernamental, por lo que un rediseño del uso de la fuente puede ser un mecanismo altamente positivo, sobre todo por el bien Orientación definida para asegurar que el país en su conjunto reciba los recursos que requiere y no una concentración de actividades o proyectos en áreas muy específicas que se benefician año tras año de los fondos estatales.
Poder desarrollar proyectos de inversión pública de manera equitativa a nivel nacional es una excelente fórmula para atacar la desigualdad existente, especialmente en estos momentos de sindemia.
¿Dónde estaban las promesas de campaña de un Ministerio de Planificación o algo similar, los recursos para investigación, desarrollo e innovación y los proyectos de emprendimiento? ¿Ahora se explica la razón del dilema de la lluvia?
Profesor universitario.