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El doble martirio de Yabalia | Internacional

El doble martirio de Yabalia | Internacional

Para llegar hasta la Ciudad de Gaza desde el paso de Erez, cerrado desde hace más de tres semanas, la única frontera para personas abierta con Israel, era habitual en tiempo de paz atajar en coche a través de Yabalia, un antiguo campamento de refugiados de tiendas de campaña erigido en 1948. Con los años, se transformó en una barriada de 1,5 kilómetros cuadrados donde vivían al inicio de la guerra unas 115.000 personas. Al atravesarla, mostraba siempre el característico callejero desordenado de Oriente Próximo, en la periferia norte de la capital de la Franja, en contraste con la urbe moderna de rectilíneas avenidas. Ahora Yabalia acaba de sufrir un doble martirio. En apenas 24 horas, entre el martes y el miércoles, los bombardeos de Israel la han golpeado dos veces de forma sucesiva, dentro de una guerra abierta en la que sus Fuerzas Armadas han lanzado 11.000 ataques en los últimos 25 días contra un enclave costero en donde ya han pedido la vida cerca de 8.800 palestinos.

El gran cráter abierto en el distrito de Faluya del campo de refugiados por el impacto de una bomba de la aviación israelí se corresponde con uno de los balances más letales del actual conflicto en un área residencial densamente poblada. Al menos 50 personas perdieron la vida y otras 150 resultaron heridas, según un informe del Ministerio de Sanidad palestino, aunque otras fuentes sanitarias elevaron hasta 150 las víctimas mortales, y los portavoces de Hamás llegaron a cifrarlas en más de 400. Decenas de cadáveres se encontraban extendidos en el suelo del Hospital Indonesio de Gaza, según imágenes obtenidas por la agencia Reuters.

La caída de las comunicaciones por teléfono e internet, tras los daños sufridos este miércoles en la central de la compañía Paltel, no han contribuido a arrojar luz en medio de la confusión de las informaciones. El ejército de Israel no ha variado su versión y sigue insistiendo en que el objetivo del ataque contra Yabalia eran “los más de 50 terroristas de Hamás atrincherados en un edificio de varias plantas, situado cerca de una escuela, un centro médico y oficinas gubernamentales”.

Todos perecieron, según la misma fuente militar, al colapsar los túneles e instalaciones subterráneas en las que se encontraban. Los portavoces castrenses sostienen que al mando de los milicianos se encontraba el comandante del batallón de Yabalia de Hamás, Ibrahim Biaari, considerado uno de los jefes de los ataques del 7 de octubre en el que murieron 1.400 israelíes y otros 230 fueron secuestrados.

El portavoz de Hamás Hazem Qasem replicó más tarde que en el lugar del bombardeo no se encontraba ningún comandante de la organización, y que las tropas israelíes utilizaron ese pretexto para atacar una zona civil. En contra de lo habitual, las Fuerzas Armadas de Israel reconocieron, en declaraciones del teniente coronel Jonathan Conricus, uno de sus portavoces internacionales, que entre los muertos en el bombardeo aéreo de Yabalia había civiles, aunque sin precisar su número, que estaba siendo investigado.

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“Haremos lo que sea necesario para destruir Hamás por completo”, advirtió el ministro de Defensa, Yoav Gallant. “En esta guerra, Israel se juega su futuro”, remachó el exgeneral, “y los terroristas de Hamás solo tienen dos opciones: la muerte o la rendición incondicional”. Los altos mandos del ejército insisten desde hace más de dos semanas en reclamar a la población civil que evacúe la Ciudad de Gaza y el norte de la Franja y se dirija hacia el sur del territorio costero palestino. También recalcan en sus comunicados que las milicias de Hamás ocultan sus instalaciones militares en zonas residenciales, a cuyos vecinos utilizan como escudos humanos.

Sobre el bombardeo de este martes reina el mutismo, en paralelo al apagón de comunicaciones con la Franja. La cadena de televisión catarí Al Jazeera informó de un ataque israelí con víctimas en el distrito de Faluya de Yabalia, sin precisar detalles. Fuentes de los servicios de emergencia palestinos confirmaron a la agencia France Presse que se había producido un nuevo bombardeo en el campo de refugiados. Las fuerzas israelíes aseguraron haber matado a otro comandante de Hamás en el segundo ataque contra el campo de refugiados, según se informó en la noche del miércoles en un comunicado castrense. Según la nota informativa, la aviación militar había atacado un complejo de mando de Hamás en Yabalia, donde dio muerte al jefe de la unidad antitanque de la milicia islamista, Mohamed Asar. Hamás se limitó a definir en un comunicado como “una masacre” el bombardeo de la aviación en un nuevo ataque que ha causado “decenas de muertos y heridos”. Imágenes de vídeo grabadas este miércoles en el distrito de Faluya mostraban a varios civiles entre los escombros mientras evacuaban a personas heridas.

La “atrocidad” del bombardeo

El secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, ha calificado como “atrocidad” el bombardeo israelí del martes sobre el campo de refugiados de Yabalia. “Los combates en la franja de Gaza han entrado en una fase aterradora”, alertó. “Israel es una nación en estado de choque tras el brutal asesinato de 1.400 personas, mientras las familias de más de 200 rehenes viven con angustia, sin tener claro el destino de sus seres queridos”, subrayó Griffiths en un comunicado citado por Efe. “En Gaza, mientras tanto, mujeres, niños y hombres están muriendo de hambre bajo las bombas y han perdido toda esperanza”, apostilló.

Desde Bruselas, el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, se mostró este miércoles “horrorizado” por el elevado número de víctimas en el bombardeo del martes. El alto representante para la Política Exterior reconoció que Israel tiene derecho a defenderse por sí mismo, dentro del marco del derecho humanitario internacional y “garantizando la protección de los civiles”, según un comunicado difundido a través de la red social X. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha venido rechazando hasta ahora los llamamientos internacionales a “una pausa humanitaria” que permita la entrada de ayuda para los más de dos millones de habitantes de la franja de Gaza.

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By Samuel Suarez

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