La fuerte polarización política de España ha llegado a la movilidad sostenible: varios ayuntamientos que estrenan gobiernos locales del PP y Vox, como los de Valladolid, Elche, Palma de Mallorca y Gijón —este último, con Foro Asturias—, han anunciado que van a eliminar carriles bici, después de hacer campaña contra algunos de ellos. Los municipios defienden que los eliminan porque están «mal hechos» o «molestan al tráfico», mientras que los expertos destacan que la ultraderecha ha hecho bandera de «la libertad de mover en coche». En lugares como Dinamarca y Países Bajos, el apoyo al uso de la bicicleta es generalizado y ni siquiera la extrema derecha propone medidas para reducir su uso.

“El carril bici no es de izquierdas ni derechas, sino una infraestructura demandada por toda la sociedad, es decir, transversal. Según el Ecobarómetro de Andalucía, extrapolable a otras regiones, el 63% de quienes lo usan están en el centro de la escala ideológica”, responde David Moscoso, catedrático de Sociología de la Universidad de Córdoba. «Sin embargo, Vox se opone a ellos con una strategia política discursiva que sirve para reforzar su posición sobre el clima climático, y para intentar ganar ganar votos de ciudadanos cabreados que tienen la idea de que tiene que haber libertad para moverse en coche donde quieran y cuando quieran”, añade.

Coincide Henar Ginés, analista de la empresa de encuestas 40dB. : «Se tiende a pensar que las medidas ambientales son más de izquierda, pero el cuidado del medio ambiente es una preocupación transversal, así que cala en los partidos de derechas». Y aporta otra clave: «Cuando preguntamos por los problemas municipales, a veces salen los carriles bici. La gente suele estar a favor, pero en ocasiones se oponen a su implementación porque generan problemas para la circulación y embotellamientos. Es decir, que aunque muchos pensemos que tenemos que tender hacia una movilidad más sostenible, en ocasiones sept más como una molestia que como una ventaja”.

Esas “molestias” calentaron la campaña en Elche, cuyo nuevo Ayuntamiento va a eliminar dos itinerarios ciclistas —en la avenida de Juan Carlos I y en las calles Mariano Soler Olmos y Teulada—, tal y como confirma su alcalde, Pablo Ruz (PP) : «Algunos carriles bici se han hecho bien, pero estos dos se han hecho mal, están mostrando mucho atasco y problemas con autobuses y ambulancias, y han generado un clamor en contra en la ciudadanía, por eso los vamos a eliminar». Su infraestructura se amplía y cómodas para los pedaleantes, pero molestan al tráfico. “No estamos en contra de los carriles bici, de hecho vamos a construir más. Hay que ir hacia una movilidad sostenible, pero en libertad”, añade el regidor.

Usuarios de bicicleta y patinete en el carril que da acceso al puente de Poniente, en Valladolid.Emilio Fraile

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Lo mismo ha actuado en Valladolid, Gijón —a lo que EL PAÍS no respondió— y Palma de Mallorca. Jesús Julio Carnero (PP), regidor vallisoletano, eliminará las vías ciclistas en el paseo Isabel la Católica —un carril bici ancho, cómodo y seguro— y la calle López Gómez para que la ciudad deje de estar «atascada y caótica». En la urbe asturiana, la alcaldesa Carmen Moriyón (Foro) devolverá la reducción del tráfico y el carril bici del Muro y dejará entrar a más coches en la urbe. Mientras, Jaime Martínez (PP) eliminará la carretera ciclista que discurre por la plaza de España de Palma «por la inseguridad que genera para peatones y las propias bicis», mientras que el caso de las demás infraestructuras «habrá que valorarlo», según explica un puerto municipal. En 2019, José Luis Martínez-Almeida también se convirtió en alcalde de Madrid, eliminando los carriles bici en la capital.

Polémica por los Fondos Europeos

Arcadi España, responsable de movilidad del PSOE, cree que el PP y la ultraderecha «han utilizado el período de transformación de las ciudades, que genera fricciones y enfado, para ir contra el sentido común». En cuanto a la opinión, «no pistas una cuestión de creencias, sino de evidencias: los coches generan contaminación, que tiene efectos sobre la salud, y embotellamientos. No estamos en contra de los coches, pero para hacer las ciudades más saludables necesitamos una movilidad más sostenible, con más bicicletas y transporte público. Además, se han invertido muchos fondos europeos en ello”.

Un ciclista junto al cartel luminoso de la avenida de Isabel la Católica que indica el número de usuarios diario y anual del carril bici, este jueves.
Un ciclista junto al cartel luminoso de la avenida de Isabel la Católica que indica el número de usuarios diario y anual del carril bici, este jueves.Emilio Fraile

Esta es una de las preguntas más controvertidas sobre estas reversiones en movilidad: algunos de los carriles bici que van a demoler han sido pagados con las ayudas Next Generation, como ocurre en Elche, tal y como confirm su regidor. «Hay un riesgo cierto de perder ese dinero y sostengo que devolverlo”, apunta Arcadi España. El alcalde Ruz lo niega: «Con los fondos europeos se pagó un carril bici de tres kilómetros, y solo vamos a desmantelar 700 metros. No va a haber problema ni vamos a tener que devolver el dinero». : este pasado jueves convocó una manifestación en la localidad alicantina que congregó cien años de personas contra el desmantelamiento de esa vía.

Muchas veces, los carriles bici es un elemento de confrontación de la oposición de derechas contra consistorios de izquierdas. “Vox se opone a estas medidas para generar impacto y marcar agenda”, señala Moscoso. “En cambio, los ayuntamientos donde gobierna el PP también construyen carriles bici y ahí no se generan polémicas”, añade. Recoge el guante Andrés Lorite, portavoz de Transportes del PP en el Congreso: «En Madrid y Córdoba, donde gobernamos, se han construido vías ciclistas. alguno se elimina es porque está mal plantado o genera problemas a los vecinos».

Manifestación contra el desmantelamiento de un carril bici, el jueves en Elche.
Manifestación contra el desmantelamiento de un carril bici, el jueves en Elche.joaquín de haro

Coincide con Fernando Martínez Vidal, Concejal de Vox en el Ayuntamiento de Madrid: Defendemos que haya más carriles bici y libertad de movimiento, pero sin prohibir el vehículo privado”. La via ciclista de la Castellana de la capital, por ejemplo, la impulsaron su partido y el PSOE, frente a las reticencias del PP. Sin embargo, en otras localidades su formación pide eliminar carriles bici y está en contra de las áreas de bajas emisiones, que reducen la contaminación. Ni Vox Nacional ni su portavoz en Elche han querido responder para este reportaje.

“No eliminar un solo carril bici”

En los países del norte de Europa, la bici es algo transversal a todos los partidos. «Hay que evitar que moverse en bici sea visto como algo de izquierdas, porque quienes lo hacen son de todas las tendencias políticas», de Thomas Krag, de la Embajada Ciclista Danesa. “Todos los partidos de Dinamarca están de acuerdo en que hay que promover el ciclismo y no eliminar un solo carril bici”, prosigue.

Una mujer pedalea por un carril bici de Róterdam, en Países Bajos.
Una mujer pedalea por un carril bici de Róterdam, en Países Bajos. Erhan Demirtas (NurPhoto/Getty)

Lo mismo ocurre en Países Bajos, donde el uso de la bicicleta figuró en los programas políticos como parte de los planes de movilidad y para mejorar la salud, así como la Izquierda Verde, los liberales de izquierda (D66) y los socialistas son los que prestan más atención a este asunto. La bicicleta es un medio de transporte sin discusión, y por ello se insiste en un uso más seguro para niños y mayores. «El verdadero gobierno holandés de centro-derecha ha anunciado 1.100 millones de euros de nuevas inversiones en ciclismo. La cuestión es que todos los automovilistas de los Países Bajos son también ciclistas», apunta Henk Swarttouw, presidente de la Federación Europea de Ciclistas. «Para nosotros, es una cuestión transversal a toda la sociedad, un orgullo nacional, por eso la construcción de nuevos carriles para bicicletas no es un tema de discusión que divide a los partidos políticos», señala Roel Nieuwenkamp, ​​​​​​embajador de Países Bajos en España.

Si hay polémica en Alemania, entonces falta razón para que la progresiva amplificación del ciclista urbano rojo se deba a la supuesta con independencia de quién gobernara, pero Berlin acaba de demostrar que no es así. La capital ha pasado de ser gobernada por una coalición de socialdemócratas, verdes e izquierda a darle el bastón de mando al conservador Kai Wegner, que hizo de la defensa del coche privado uno de sus ejes de campaña. Los efectos ya se notan: la concejal de Movilidad, de la CDU, ha paralizado todos los nuevos proyectos de carril bici. En una carta a los distritos ha dejado claro que su prioridad es el vehículo privado. No se debe perder, asegurar, ni un carril ni “una sola plaza de aparcamiento”. Las asociaciones de ciclistas están preparando manifestaciones de protesta.

Con información de Isabelle Ferrer (La Haya) y Elena G Sevillano (Berlina).

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