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La luz solar puede parecer una barrera para la protección solar diaria, pero es esencial comprender su impacto en nuestra piel y nuestra salud. Cuando salimos a la calle en un día nublado, la luz ultravioleta del sol sigue incidiendo en nosotros generando vibraciones en el cuerpo que reducen el estrés y mejoran el estado de ánimo. Estos rayos estimulan la producción de vitamina D en la piel y ajustan nuestro ciclo de sueño-vigilia al indicarle al cuerpo que es de día.
A pesar de estos beneficios, algunas personas piensan que no usan protector solar para evitar perder la producción de vitamina D, un temor común entre los pacientes, señala Steven Q. Wang, MD, director de dermatología del Hoag Memorial Hospital Presbyterian en Newport Beach, California. Según encuestas recientes, el 11% de los adultos estadounidenses cree que usar protector solar es más riesgoso que tomar el sol, mientras que el 15% dice que el sol es la única fuente de vitamina D.
Sin embargo, el protector solar es clave para prevenir el cáncer de piel, una enfermedad que puede ser mortal. El daño de los rayos UV daña el ADN de las células de la piel y este daño puede acumularse con el tiempo, aumentando el riesgo de mutaciones cancerosas.
Consultamos a varios expertos sobre la necesidad del uso diario de protector solar y todos coinciden en que no existe una cantidad segura de exposición al sol sin protección. Recomiendan usar un protector solar de amplio espectro con un SPF de 30 o más todos los días.
Elisabeth Richard, profesora asociada de dermatología en la Universidad Johns Hopkins, explica que el protector solar no impide que la luz visible del sol mejore el estado de ánimo. Esta luz, que no daña el ADN como los rayos ultravioleta, puede aumentar la serotonina, una sustancia química que regula el estado de ánimo. Por lo tanto, las actividades al aire libre como caminar o trabajar en el jardín pueden mejorar tu estado de ánimo, incluso con protector solar.
Respecto al efecto del protector solar en el ciclo del sueño, Richard aclara que el reloj interno del cuerpo se ajusta a la luz solar que perciben los ojos, no la piel. Por tanto, el efecto beneficioso de la luz solar sobre el ritmo circadiano se puede conseguir incluso con gafas de sol.
Respecto a la obtención de vitamina D, el MD de Salud de UCLA, Robert Ashley, indica que aunque la piel produce vitamina D en respuesta a la luz ultravioleta, también se puede obtener de los alimentos, como el pescado graso y los alimentos fortificados. Deborah Sarnoff, de la Universidad de Nueva York, añade que incluso con el uso constante de protector solar, la mayoría de las personas obtienen suficiente exposición a los rayos UV para producir la vitamina D que necesitan.
«El riesgo de cáncer de piel es mucho más real que el de la deficiencia de vitamina D», subraya Wang.
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