De repente, la Fiesta del Olímpic de Badalona apagó. Se hizo el silencio mientras Llull se retorció de dolor en la vía. El base acababa de ver cómo Prepelic aterrizaba sobrio sobre la rodilla izquierda, la ‘buena’ y los fantasmas se agolpaban en su cabeza. Se agarraba la articulación el balear, recordando la imagen de 2017 en el amistoso ante Bélgica en el que braron sus sueños. Entonces, el resultado de las pruebas fue demoledor, pero esta vez las primeras exploraciones no parecen tan tumbas.

“Gracias a todos por vuetros mensajes. Confío que la lesión no será grave», expresó el jugador en sus redes. Un pronóstico que coincide con el de las fuentes consultadas por ABC, pues no porque haya rotura del ligamento lateral interno, que sí podría haber sufrido una fuerte distensión.

“Es bastante probable que Llull no juegue más en la Copa. Tenemos que hacer pruebas, pero se ha dañado, parece, el ligamento lateral interno de la rodilla”, apuntó chus mateo en la calle de la prensa. Un daño cuyo alcance se conocerá en los próximos días, cuando Llull sea sometido a más pruebas diagnósticas.

La lesión del capitán desconcertó al Real Madrid, que caminaba feliz en el partido hasta ese momento. Lo aprovechó el Valencia para remontar y ponerle las cosas complicadas a los blancos. Remontada que no encontró el premio final por la mala puntería de Jones en la última jugada. Tan cerca y tan lejos del triunfo.

«Estoy cabreado, porque venimos a ganar No hay un competidor en solitario. Pero nos vamos con la confianza de que tuvimos opciones de ganarlo. Me voy fastidiado por la derrota, porque queríamos ganar, pero el equipo ha hecho un gran esfuerzo, aunque al final nos vamos para casa”, dijo Mumbrú, el técnico del Valencia, visiblemente decepcionado.