La llorona del 25 de agosto de 2021

«[…] es un golpe mortal a la transparencia que, en tiempo de campaña política, juraron respetar y mostrar intenciones serias que van más allá de lo ético y moral ”.

Cuando Laurentino Cortizo renunció como ministro de Fomento Agropecuario, durante el mandato del presidente Martín Torrijos (2004-2009), estaba convencido de que sería un buen presidente en el futuro; hoy, no estoy muy seguro de eso. El motivo de su renuncia fue su desacuerdo con el TLC que se estaba negociando con Estados Unidos y que tenía un grave impacto en la producción agroindustrial del país. Fue miembro del Partido Solidaridad desde 1993, dimitiendo en 2004, inscribiéndose en el PRD a partir de esa fecha. Y, contra todo pronóstico, logra subir a lo más alto de la nómina que gobernaría como ministro de Estado. Hoy, después de más de diez años, vuelve a estar dentro del engranaje gubernamental, como resultado de ser el principal abanderado de uno de los partidos con más seguidores en Panamá, pero esta vez como su cabeza visible, el Presidente de la República.

El momento no ha sido el más oportuno, desde que apareció en el mundo COVID-19, lo que le hizo tomar decisiones antipopulares y a la ligera en medio del inicio de su mandato, con el fin de salvaguardar la salud de todos los panameños. Las medidas tomadas han afectado seriamente a la economía panameña y aún no hay señales de recuperación. Y, a pesar de todas estas regulaciones, el manto de nuevos virus se cierne sobre nuestra salud que puede poner en tela de juicio lo que se ha puesto en duda. Durante estos años, se le ha visto inaugurar obras iniciadas en otra legislatura presidencial, ha dado luz verde a otras que estaban estancadas, como la ciudad de la salud, y se prepara para poner en marcha múltiples proyectos de gran envergadura que puedan paliar los efectos. del largo período de encierro en el que se encuentra inmersa la población.

En buenas cuentas no les ha faltado dinero, los cuantiosos préstamos y los recursos pertenecientes a las arcas del Estado se han exprimido a su máxima capacidad. Con tal volumen de capital, nuestros economistas tuvieron que orientar la mayoría de ellos hacia la creación y / o fortalecimiento de los sectores productivos del país, y no considerar presupuestos para pagar una burocracia cada vez más insostenible. Lamentablemente, tenemos líderes que piensan primero en sus bolsillos que en Panamá. Ejemplos: la concesión de los puertos, las negociaciones con las empresas mineras, las conspiraciones en el mercado eléctrico, el alto costo de vida, todo esto y más en detrimento de los miserables ingresos económicos que gana el panameño. Si no hubiera representantes que negocien los bienes de todos los panameños como propios, sin pensar en el bien común, Panamá estaría disfrutando de una bonanza mayor que la que está obteniendo con sus dividendos. Por tanto, es necesario que dentro de las reformas a la Constitución se contemplen límites a estas acciones de negociación de concesiones de nuestro patrimonio, ya que el mero hecho de haber votado por ellas no es, en el buen sentido de la palabra, una patente de Córcega para negociar a espaldas de la gente.

Además, las múltiples medidas de sacrificio solicitadas a la población en general en los últimos años son contrarias a las acciones que aglutinan a sectores dentro del Gobierno, desconociendo sus propias normativas. Y hay muchos ejemplos, el último, el del hisopo en las islas. Pero no quiero referirme a todos ellos, porque otros escritos han señalado una y otra vez estos agravios, que para el presidente no representan culpa alguna hasta que se pruebe lo contrario, protegiendo las acciones bajo el manto de la presunción de inocencia, y colocarlos dentro de lo que se llamaría impunidad.

Es como si un sector económicamente poderoso hubiera asaltado la cúspide del principal partido del país en beneficio propio, y donde le corresponde a su cabecilla demostrar que no está hecho de «leche condensada»; Bueno, todo indica que no le prestan atención a sus diseños.

Al parecer, el golpe definitivo a la transparencia será la resolución 71 de 4 de agosto de 2021 del Ministerio de la Presidencia, publicada en Gaceta Oficial No. 29357-B, que declara como información restringida para divulgación todo el material informativo correspondiente al acta, señala. , archivos y demás registros o registros de las discusiones o actividades del Consejo de Gabinete, el presidente o vicepresidente de la República, relacionadas con aspectos de seguridad nacional, la contratación de préstamos locales y / o internacionales, con el fin de financiar necesidades presupuestarias o deudas. refinanciamiento, entre otras disposiciones que aparecen en la resolución, que deben llamar nuestra atención sobre lo que está sucediendo en las salas del Palacio de las Garzas.

Colocar toda esta información con acceso restringido y seguridad nacional por un período de diez años para poder divulgarla es, no solo contraproducente por las constantes críticas que se hacen a diario contra las acciones del gobierno nacional, sino que también provoca sentimientos de dudas. e incertidumbre sobre lo que actuó. Parece que la intención de estos representantes es ver cómo logran obtener miles de millones de dólares sin que la población sepa, también hacia dónde se dirigen. Para nadie es un secreto que el actual presupuesto que se discute en la Asamblea Nacional, por ejemplo, contiene un gran déficit que hay que cubrir con nueva deuda, una deuda que ha crecido de forma espectacular en estos tiempos de pandemia. La forma en que se obtiene, y los requisitos que implica su puesta en marcha, son algunas de las informaciones que no se pueden divulgar, según el documento en cuestión. Préstamos que todos debemos saber cómo se van a adquirir y en qué condiciones, ya que serán todos los panameños quienes deberán pagarlos en el futuro. El derecho a la información es universal, y más si afecta a todos los ciudadanos que viven en este hermoso país. ¿Qué es lo que realmente intenta ocultar en este atropello contra la libertad de información? En buenas cuentas, es un golpe mortal a la transparencia que, en tiempo de campaña política, juraron respetar y mostrar intenciones serias que van más allá de lo ético y moral. Amanecerá y veremos.

El periodista