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Fernando Manfredo y la minería de metales a cielo abierto (1)

Fernando Manfredo y la minería de metales a cielo abierto (1)

Estoy seguro que Fernando Manfredo (f. 12-13-15) me agradecerá que lo despierte de su sueño eterno, para ponerlo en la mente de todo buen panameño, en un momento tan vital para la nación.

El ex canciller Juan Antonio Tack (f. 2011), Fernando Manfredo y yo mantuvimos correspondencia hasta que la salud los traicionó. Manfredo y yo nacimos el 29 de enero. Por tal motivo, deseo compartir las reflexiones del primer subadministrador panameño de la Comisión del Canal de Minería (Fernando Manfredo, “¿Negocios y prosperidad para quién?”, Suplemento Día D, de El Panamá América Digital, 13 de mayo de 2008).

El exministro de Comercio e Industrias de Omar Torrijos (¿recuerdas la Guerra del Banano?) Comparte sus reflexiones sobre la minería, en las que descubre las fallas que mejor explican la actual tragedia, caos y desastre en la gestión de la minería a cielo abierto.

Cómo nació el Comité de Cierre de Mina Petaquilla

La minería en Petaquilla fue uno de los temas que compartimos. Fue este servidor quien inició la oposición a la minería en Petaquilla, en defensa de las comunidades campesinas e indígenas de Colón y Coclé, una lucha que duró diez años (2003-2013).

En la iglesia del Nazareno, contigua a Coclesito, organizamos el Comité para el Cierre de la Mina Petaquilla el 22 de abril de 2004, “Día de la Tierra”.

Sus miembros: el Servicio de Justicia y Paz en Panamá -Serpaj-Panamá (presidente, Julio Yao); Carmelo Yánguez, de Coclesito y comunidades campesinas; la Coordinadora Campesina por la Vida (antes “Contra los embalses”), de María Muñoz; la Organización Rey Quibián, comunidades indígenas de “La Nueva Lucha”, Nuevo Sinaí, Río del Medio y Chicheme, de Martín Rodríguez; el fraterno y solidario periodista Blas Julio, quien sufrió un atentado dirigido contra mí en Coclesito, que empeoró su salud y aceleró su muerte. Carmencita Tedman, Licda. Celma Moncada y Rubén Bernal, de La Pintada.

El contrato de 1997 y el Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903

Nuestro lema era y es: “La vida es lo primero: ¡fuera con el proyecto minero!” En mayo de 2008, fecha en que Manfredo publicó el texto que reproducimos, la minera intentó asesinarme en tres ocasiones y fracasó (Jorge Macías Jaramillo, “Ataques de Petaquilla Minera a Julio Yao”, 8 de julio de 2015).

El contrato de Petaquilla de 1997, firmado bajo la presidencia de Ernesto Pérez Balladares, es peor que el mal llamado Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903, ya que más que replicaba los vicios de esa “convención”.

Sin más preámbulos, aquí está el artículo de Fernando Manfredo, ex discípulo del Instituto Panamericano. Su pensamiento se inspira en altos intereses nacionales y no, como ahora, en intereses “estatales”; es decir, familiares, amigos y partidistas. La negrita, los subtítulos y los comentarios entre paréntesis son nuestros.

¿Negocios y prosperidad para quién?

Fernando Manfredo Jr.

“La situación minera es un tema que no se puede manejar a la ligera y mucho menos imponer. El rechazo a las minas a cielo abierto es mundial ”.

“¿Será que todo el mundo está equivocado y la industria minera, especialmente la que se realiza a cielo abierto, es conveniente para el desarrollo socioeconómico del país, como sostienen los empresarios mineros y sus aliados dentro de los gobiernos?”

“¿Será la comunidad tan torpe como para rechazar fuentes de empleo, mejora económica y social, o es que han aprendido de su propia experiencia o de la ajena que gran parte de esto es un espejismo que disfraza una realidad cruel? Dime dónde en el mundo hay un pueblo minero donde reina la prosperidad?

“En junio de 1969 fui nombrado ministro de Comercio e Industria, entidad a cargo del subsector minero. Descubrí que, a pesar de contar con personal altamente capacitado, la Dirección carecía de los recursos económicos para llevar a cabo sus funciones. Las únicas minas en operación eran de minerales no metálicos: piedra, arena, caliza, etc. que operaban sin ningún reglamento. El daño ambiental que se estaba produciendo en las playas y ríos y en los cerros donde se obtenía la piedra era enorme ”.

“No existía una mina de minerales metálicos, pero meses antes el Gobierno anterior y la Organización de las Naciones Unidas emitieron un comunicado conjunto sobre el Proyecto Minero Azuero que se había realizado de manera conjunta y anunciaron el descubrimiento de un depósito de cobre asociado al molibdeno, en las áreas conocidas como Petaquilla, Río del Medio y Botija ”.

(JY: Así comenzó una pesadilla llamada Petaquilla).

“Según el trabajo de exploración, se trataba de un pequeño depósito de cobre diseminado de baja ley asociado con molibdeno. El anuncio coincidió con un período en el que el cobre tenía un precio atractivo en el mercado mundial y atrajo a empresas estadounidenses, japonesas y canadienses. “

La contribución de la ONU

“Nadie en el Ministerio ni fuera de él en Panamá tenía experiencia en el campo de las minas y mucho menos los términos y condiciones de un contrato, y por eso pedimos la cooperación de Naciones Unidas. Por su participación en el proyecto, nos enviaron dos expertos altamente calificados: uno, en minería; y el otro, en contratación, los doctores Lipton y Murdock ”.

“Lo primero que notaron fue la obsolescencia de nuestro Código de Minería. Esto correspondía a una época pasada, donde no se tenía en cuenta el factor ambiental o social y la legislación respondía a los intereses exclusivos de las empresas. Por tanto, la actualización era una tarea prioritaria ”.

(JY: El Código de Minería de Panamá es de 1963, que no nos sirvió para negociar en 1997 y mucho menos en 2021).

“Su aporte a la legislación fue elaborar un contrato modelo donde se recogían las políticas a establecer y los mecanismos institucionales a crear y se establecían las responsabilidades operativas, administrativas y financieras de la empresa. Se tuvo cuidado de no desalentar la inversión privada, para que la distribución de los beneficios fuera justa, equitativa y razonable ”.

Asesor de Política Exterior (1972-1977).

By Samuel Suarez

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