A Gaza se le acaba el tiempo. Sus habitantes esperaban el viernes con angustia el final de un ultimátum del que se habían enterado en la madrugada, cuando Naciones Unidas anunció que el ejército israelí daba 24 horas a más de 1,1 millones de habitantes del norte del territorio para abandonar sus casas y desplazarse hacia el sur. Miles caminan por la carretera en dirección al sur, según Reuters. Mientras, desde los altavoces de las mezquitas se llamaba a la población a quedarse y Hamás hablaba de “propaganda dirigida a confundir a los ciudadanos y romper la cohesión interna palestina”.

Todo esto ocurría en una jornada de máxima tensión, en la que el ejército israelí anunció a última hora haber realizado incursiones puntuales en la Franja para intentar hallar a rehenes cautivos y atacar a milicianos de Hamás. “El ejército efectuó redadas en territorio de Gaza para eliminar la amenaza de terroristas y armas en la zona, y localizar a los rehenes”, indicó un portavoz. Los militares han recuperado cadáveres y objetos de personas que se daban por desaparecidas desde el sábado, según el ejército.

Artillería israelí dispara desde Israel a la Franja de Gaza, este viernes.VIOLETA SANTOS MOURA (REUTERS)

El llamamiento al desplazamiento masivo de casi la mitad de la población de la Franja, incluida la capital, apunta a la inminencia de una invasión terrestre. Además, a última hora del viernes, las autoridades israelíes dieron al Hospital Al Awda dos horas para evacuar, según informó Médicos sin Fronteras. “Condenamos de forma inequívoca esta acción, el derramamiento de sangre indiscriminado y los ataques contra los equipos médicos. Estamos intentando proteger a nuestro personal y a sus pacientes”, aseguró la organización en X (antes Twitter). Más tarde, la ONG informó de que las fuerzas israelíes habían retrasado la exigencia de evacuar hasta las seis de la mañana (hora local, cinco en la España peninsular). Al norte de Gaza está también el principal hospital, Al Shifa, que atiende más de 6.000 heridos y ha tenido que dejar cadáveres en el aparcamiento exterior por llenarse la morgue.

La medida, tras seis días de bombardeos, los más potentes lanzados en Gaza, que han causado más de 1.400 muertos, es inédita. Y fue recibida con preocupación por organismos internacionales. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) tildó el llamamiento de “horrendo”. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, aseguró que el desplazamiento de un millón de personas “a través de una zona de guerra densamente poblada a un lugar sin alimentos, agua ni alojamiento, cuando todo el territorio está sitiado” es una tarea “extremadamente peligrosa y, en algunos casos, simplemente imposible”. Además, recordó que los hospitales del sur de la Franja “ya están al límite de su capacidad y no podrán aceptar a miles de nuevos pacientes del norte”. Su portavoz alertó de “consecuencias humanitarias devastadoras”.

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Guterres adelantó a la prensa este viernes en Nueva York la declaración que iba a llevar al Consejo de Seguridad, convocado por segunda vez esta semana. “Incluso las guerras tienen reglas. Hay que respetar y defender el derecho internacional humanitario y la legislación sobre derechos humanos; hay que proteger a los civiles y no utilizarlos nunca como escudos”, declaró Guterres antes de dirigirse al Consejo, informa María Antonia Sánchez-Vallejo desde Nueva York. “Y todos los rehenes de Gaza deben ser liberados inmediatamente”, añadió.

A última hora del día, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, afirmó que la ofensiva israelí en Gaza es “solo el principio”, aunque no dio detalles sobre los siguientes pasos. “Estamos golpeando a nuestros enemigos con una fuerza sin precedentes”, señaló Netanyahu en un breve mensaje en televisión tras el inicio de la festividad judía del sábado. Mientras, y con Gaza en el foco, Cisjordania vivió su jornada más letal en lo que va de año. 14 palestinos murieron por fuego de soldados o colonos. La mayoría, en protestas por el Día de la Rabia convocado por Hamás.

Convoy de gazatíes huyen del norte de la Franja de Gaza este viernes.
Convoy de gazatíes huyen del norte de la Franja de Gaza este viernes. Hatem Moussa (AP)

Las Fuerzas Armadas israelíes justificaron la exigencia de evacuar el norte de Gaza en la “seguridad y protección” de los residentes al norte de Wadi Gaza, unos cinco kilómetros al sur de la capital. “Entendemos que llevará tiempo”, señaló a media mañana su portavoz, Daniel Hagari, que no dijo si seguirían los bombardeos en el sur de Gaza durante el desplazamiento, señalando en cualquier caso a Hamás ―que gobierna Gaza desde 2007― como “único responsable”. “Es una zona de guerra, pero estamos mirando las fotografías [de satélite] y nos aseguraremos de que se haga con seguridad”, aseguró en una videoconferencia con periodistas.

“Civiles de Gaza, evacúen la ciudad hacia el sur por su propia seguridad y la de sus familias, y aléjense de los terroristas de Hamás que los están utilizando como escudos humanos. En los próximos días, el ejército va a operar de manera significativa en la ciudad. Se harán grandes esfuerzos para evitar daños a los civiles”, advirtieron las Fuerzas Armadas en un llamamiento —a través de octavillas, radio, mensajes de móvil e internet— a quienes viven en la capital, Ciudad de Gaza. Ese plazo de 24 horas divulgado por la ONU no figura en el comunicado del ejército israelí, que alude, de manera más general, a “los próximos días”.

Hamás es el grupo armado islamista que el pasado sábado efectuó el mayor ataque sobre territorio israelí, con 1.300 muertos y un centenar de secuestrados. Su brazo armado, las Brigadas de Ezedin Al Qasam, han anunciado este viernes la muerte de 13 (extranjeros, entre ellos) del centenar de rehenes en Gaza por alguna de las 6.000 bombas lanzadas sobre Gaza desde el sábado, según datos del comandante general de la aviación militar, Tomer Bar.

La Franja ―que el ejército de Israel está bombardeando con “énfasis en el daño, no en la precisión”, en palabras de su portavoz, Daniel Hagari― es un hormiguero de personas y una sucesión de edificios muy juntos y superpoblados, particularmente en los campos de refugiados, más algunos barrios más amplios y espacios agrícolas. Tiene 5.500 personas por kilómetro cuadrado, 60 veces la densidad de población de España. Llama la atención la cantidad de niños y adolescentes: la mitad de la población tiene menos de 18 años.

Hasta el sábado, coches, camiones y algunos carruajes tirados por burros circulaban por una arteria que recorre los 42 kilómetros que separan sus puntas meridional y septentrional. Lleva por nombre Saladino, el líder musulmán que expulsó de la zona a los cruzados hace casi mil años.

Una mujer con un bebé se dirige a uno de los refugios de la UNRWA en la Franja de Gaza.
Una mujer con un bebé se dirige a uno de los refugios de la UNRWA en la Franja de Gaza. IBRAHEEM ABU MUSTAFA (REUTERS)

Un eventual desplazamiento masivo de población conectaría, en la memoria colectiva de Gaza, con la Nakba, la huida o expulsión de unos 750.000 palestinos ―dos tercios de los que vivían en el actual territorio de Israel― y la destrucción de más de 400 localidades, entre 1947 y el final de la primera guerra árabe-israelí, en 1949. Sigue muy presente allí como elemento de identidad, incluso entre los jóvenes que solo la conocen por relatos. El 80% de la población de la Franja tiene estatus de refugiado, porque lo heredan los descendientes.

De momento, lo que se han registrado son desplazados por los bombardeos, bien porque sus casas han resultado destruidas, bien porque buscan refugio. Su número ha llegado este viernes a 423.000, un 25% más que el día anterior, según la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) de Naciones Unidas. Dos tercios están entre las 92 escuelas que gestiona la UNRWA.

A raíz del anuncio israelí, la UNRWA ―12 de cuyos empleados han muerto en los bombardeos masivos iniciados el sábado― ha anunciado que reubica al sur de la Franja su centro de operaciones y su personal internacional. “Exhortamos a las autoridades israelíes a proteger a todos los civiles y refugios, incluidas escuelas”, ha señalado la agencia, que recuerda que tanto esos colegios como “cualquier otro refugio de la ONU son instalaciones de la ONU”, por lo que “deben ser protegidas en todo momento y nunca ser atacadas, de acuerdo al derecho internacional humanitario”. Además, ha señalado que el llamamiento “solo lleva a niveles de miseria sin precedentes y empuja aún al abismo a la gente de Gaza”.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha alertado además de la carestía de comida y agua en una Franja bajo “cerco completo” desde el lunes, sin suministro de alimentos, energía y combustible por orden del ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant. “Dejar Gaza sin electricidad significa dejar a los hospitales sin electricidad, lo que a su vez significa poner en riesgo a los recién nacidos que están en incubadoras y a los pacientes mayores que necesitan oxígeno; interrumpir las diálisis renales; no poder tomar radiografías. Sin electricidad, los hospitales podrían convertirse en morgues”, avisó el jueves Fabrizio Carboni, director regional para la zona del Comité Internacional de la Cruz Roja.

El embajador de Israel ante Naciones Unidas, Gilad Erdan, ha calificado de “vergonzosa” la respuesta de la ONU al llamamiento de evacuación. “Durante años, ignoró por completo el desarrollo militar de Hamás y su uso de todas las instalaciones civiles y de la población de Gaza para esconder sus armas y medios para asesinar. Y ahora, en vez de apoyar a Israel, que trata de minimizar el daño a civiles no involucrados [en los combates] tras la masacre que cometieron los terroristas de Hamás, nos da lecciones”

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