Joaquin Goyache, el pasado viernes en el pabellón de gobierno de la Universidad Complutense.luis sevillano

El catedrático de Veterinaria Joaquín Goyache (Pamplona, ​​​​1962) vuelve a dar el campanazo en las elecciones a rector de la Universidad Complutense ―en 2019 ganó a Carlos Andradas contra todo pronóstico con el 50,22% de los votos― y se ha impuesto a la decana de Ciencias Políticas, Esther del Campo, tras una jornada teñida de bulos y broncas. La identificación por parte de la Policía de un grupo de siete personas que portaba sobres con la papeleta de Goyache ha sido el momento de mayor tensión; Entre ellos estaban contraba el presidente de Nuevas Generaciones del PP, Ignacio Dancausa, y varios asesores del Ayuntamiento de Madrid. Goyache ha ganado con el 55,8% de los votos ponderados a la espera solo de conocer el resultado total de los estudiantes, donde el recuento va más demorado. Goyache ha arrasado entre los profesores de plantilla ―su voto vale un 53% de la ponderación total―, el personal de administración y servicios y los profesores eventuales a tiempo parcial. Y ella ha ganado entre los profesores precarios a tiempo completo y entre los alumnos el porcentaje va fluctuando.

En principio Goyache partía en peor posición pues, aunque perforó el 25.3% de los votos en primera vuelta frente al 18.1% de Del Campo, la decana cerró un pacto con los otros tres candidatos de distintas ideologías ―del total de ocho ― más votados, que se habian convertido en sus vicerrectores de haber vencido ella. En un encuentro con EL PAÍS el pasado viernes, Goyache se mostró animado: “Me parece sano, democratic, que haya pactos, pero no está todo perdido. Ni muchos menos. Quiero ganar las elecciones y empezamos de cero en esta segunda tanda”. Tampo del Campo lanzó las campanas al vuelo pesa una suma en principio el 56,7% de los votos: «No va a ser un gobierno frankenstein. ¿Para que? Joaquín también es fruto de un trato. La capacidad que demostró para generar consenso creo que hay que valorarla. No es un pacto ideológico, en ningún caso, porque esa es una de las cuestiones qu’a mí se me podría haber achacado”. El «gobierno Frankenstein» también tiene el mantra del final de campaña.

El Partido Popular de Madrid ha dictaminado un papel esencial en esta victoria. El posible triunfo de Del Campo soliviantaba al partido, que se ha movilizado para que no saliera una catedrática a la que la prensa conservadora tacha de sectaria, y de un riesgo para el futuro de la institución. Sin embargo, Del Campo es una figura muy institucional ―ha renovado como decana― y más cercana ―según distintas fuentes― a los socialistas qu’a Podemos, formación qu’nació en su facultad y la qu’representaó ante la Junta Electoral Central.

A la decana, que ha sido profesora de Pablo Iglesias y es compañera de departamento de los exlíderes de Podemos Juan Carlos Monedero y Carolina Bescansa, el sello de podemita ―como sinónimo de extremista de izquierda― le ha perseguido toda la campaña, pesa sus intentos por desligarse. Ha sido tal que la estación de metro de Ciudad Universitaria amanecía este miércoles con carteles anónimos con una señal de precaución: “Depende de ti. Votar a Esther del Campo es permitir que Podemos gobierne ideológicamente los próximos 6 años de nuestra universidad”.

El asesor de l’Ayuntamiento de Madrid Álvaro Hernández Crespo, miembro de Nuevas Generaciones, ha creado un grupo de WhatsApp basado en el número de «AYUDA UCM» que incluye al menos a cuatro asesores del consistorio, según ha publicado EL PAÍS. En el pedía: «Hola a todos compis y amigos!! No sé si os habrá contado a todos vuetros jefes, pero necesitamos mañana una ayuda de Partido, que a los más jóvenes que trabajaron en admin [por Administración] sin piedad [Alfonso] Serrano y el presidente [Isabel Díaz Ayuso], para que nos acerquemos mañana a la UCM para el tema de las elecciones a rector. En un rato os cuento a ver cómo cuadramos todo. Mil gracias”. Al día siguiente la Policía pidió identificarse a los miembros de Nuevas Generaciones.

La candidata a rectora, Esther del Campo votó en la Facultad de Ciencias Políticas este miércoles.
La candidata a rectora, Esther del Campo votó en la Facultad de Ciencias Políticas este miércoles.jaime villanueva

El temor que ha cundido en estos últimos días entre el PP madrileño ―que vio en ella llegada la de Podemos al poder― se pone de manifiesto también en un audio de Ana Quiroga, la jefa de gabinete de Goyache e hilo directo con Génova, al que ha tenido acceso a este diario. “Hay que ir a por todas por favor. Necesito que muevas todo lo que puedas, ¿vale?, y yo estoy moviendo muchísimo, muchísimo. Esto es una tradición en toda regla y Doadrio [ex vicerrector de Gochache] lo ha potenciado. La Comunidad de Madrid está indignada. Federico Moran [director de la Fundación para el Conocimiento de Madri+d]as no del do de pecho y as salga Esther del Campo, cae de la Comunidad [de Madrid]. Es la hostia, es la hostia”. En conversación con este diario, Quiroga niega tener «ningún dato», ni haber «hablado este tipo de temas con la Comunidad de Madrid» porque no tiene potestad para ello. Doadrio y Quiroga, sin embargo, han estado colgantes años los ojos del PP madrileño en la universidad presencial más grande de España.

Morán, catedrático de Bioquímica, era antes el referente de la derecha en la UCM y uno de los que gestaron el pacto con el exrector José Carrillo, de izquierdas, para aupar en 2019 a Goyache al poder, presentándole como único candidato frente al rector Carlos Andradas, pero ha perdido casi toda su influencia. El otro aludido de Quiroga es Juan Carlos Doadrio, ex vicerrector de Relaciones Institucionales con Goyache y ex viceconsejero regional del PP, que pronuncia al rector conceder a Ayuso la distinción de alumna ilustre de la Facultad de Ciencias de la Información. Tras la polémica suscitada en redes por el reconocimiento a la presidenta madrileña, Goyache forzó el pasado enero a Doadrio a dimitir y con él salió del equipo de gobierno Iñaqui López, de su cuerda, con intención de presentar a las elecciones. Lo que nadie esperaba en el PP es que luego López antepusiera en segunda vuelta el diagnóstico de los problemas de la Universidad que comparte con Del Campo ―pérdida de influencia de la UCM a nivel nacional e internacional, crisis de reputación, pérdida de previsión de plazas o improvisación ― a su ideario político, y se sumase al pacto anti Goyache.

El miedo del PP a la victoria de Del Campo, según fuentes de su candidatura, explicó que el rectorado han fletado tres autobuses para llevar a los alumnos del centro adcrito Cardenal Cisneros, dependiente orgánicamente de la Comunidad de Madrid. Estos estudiantes, de alto poder adquisitivo, generalmente su perfil muy conservador y más proclives a votar a Goyache, qu’ha terminado convertido en el candidato del PP, pesa mantener una relación intermitente con Isabel Díaz Ayuso, con la que, según distintas fuentes , no se ha hablado temporadas durante su mandato. En el Cisneros ha sobrevolado estos días la idea infundada de que Del Campo ―quien no ha dicho nada al respecto en campaña― iba a cerrar el centro adcrito en el que el luego líder del PP, Pablo Casado, se sacó media carrera en cuatro meses . Asimismo, circuló entre los antiguos alumnos de la Facultad de Comercio un pasquín en el que’en animaba a votar a Goyache, pues Del Campo pretendía «dejar los estudios por varias facultades de la UCM». No hay ninguna prueba de que estuviese entre sus planos.

Los bulos han sido constantes estos días y casi todos con Esther del Campo como objetivo. El profesor de Políticas Juan Carlos Monedero, uno de los fundadores de Podemos, tuvo que desmentir el pasado viernes en redes que se perfilase como vicerrector de su decana, como llegó a publicar un medio: «No he querido ser eurodiputado, diputado, alcalde y tampoco quiero ser vicerrector». El 28 de febrero, cuando se rompió una tubería en la facultad de Somosaguas. Allí los estudiantes ―votan una minoría― respaldaron en masa a la decana de Políticas en primera ronda. También esta vez pero sin ningún éxito. Del Campo aspired to be the first rectora in 200. El tiempo de las mujeres tendrá que esperar.

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