La llorona del 25 de agosto de 2021

La celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio debió haber sido del 24 de julio al 9 de agosto de 2020, sin embargo, la pandemia del covid-19 sometió a la humanidad a un proceso de incertidumbre, enfermedad y muerte desde marzo de ese mismo año.

La celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio debió haber sido del 24 de julio al 9 de agosto de 2020, sin embargo, la pandemia del covid-19 sometió a la humanidad a un proceso de incertidumbre, enfermedad y muerte desde marzo de ese mismo año.

La cancelación de las actividades diarias estaba dando paso a una nueva etapa que se convirtió en un hito para todas las naciones. Los gobernantes debieron prepararse para una situación extraordinaria en todos los sentidos, para dar prioridad a la salud de la humanidad, activando planes de emergencia y generando nuevas reglas de actividades, que aún se supervisan, día a día, según el grado de contagio. por covid-19.

Sin embargo, y frente a quienes no valoran la actividad física deportiva como una necesidad humana fundamental, Japón preparó el escenario para recibir 205 países, entre ellos la selección de refugiados y 11.326 deportistas, considerando 339 eventos deportivos, en 33 disciplinas deportivas. 23 de julio al 8 de agosto de 2021.

La experiencia de los 16 días de competición para deportistas, y especialmente para el mundo, nos ha dejado grandes lecciones:

La gran importancia de la salud mental en todas las actividades que realizamos. Aunque las personas «lucen bien», «sanas», «realizadas» o «felices», cada una tiene un trabajo emocional que desarrollar; ya sea para manejar la presión, el estrés, la ansiedad, enfrentar desafíos, enfrentar miedos o lograr metas, porque de lo contrario las emociones y los miedos gobiernan el ser y lo hacen incapaz de continuar, a pesar de las fortalezas corporales.

El deporte, para quien lo practica o para la afición, motiva, emociona, alegra, enorgullece a la gente, da esperanza, despierta la sensación de no sentirse solo en el esfuerzo, demuestra que nunca es tarde para hacerlo y sobre todo, permite el desarrollo de la empatía, haciendo mía su felicidad también.

La disciplina que impulsa el deporte ha mantenido a los deportistas innovando en su preparación física y psicológica, a pesar de que la pandemia afectó a todos los sectores de la humanidad.

Los valores que se desarrollan en el entrenamiento deportivo motivan a cada deportista a ser cada día mejor, y a reconocer el esfuerzo de los adversarios, porque sin ellos nunca nos exigiríamos más.

Cada récord que se superó en los Juegos Olímpicos, ya sea personal, nacional, olímpico o mundial, nos demuestra que somos capaces de ser mejores a pesar de las circunstancias.

Los juegos habían sido suspendidos en sesiones anteriores por conflictos bélicos entre países, y esta vez fue por una guerra de la humanidad contra un virus, que nos enseña la importancia de caminar juntos como ciudadanos del mundo, porque lo que le pasa a uno, Nos pasa a todos.

El respeto a las medidas de bioseguridad en tiempos de una pandemia de covid-19 nos da la oportunidad de convivir en persona e innovar en estrategias para sentirnos cerca, incluso cuando hay distancia física.

Las emociones expresadas por los deportistas, los que dieron todo y no les alcanzó una medalla, los lesionados, los que se cayeron y se volvieron a levantar, los que terminaron sus competencias a pesar de estar en el último lugar; Nos enseñan a cumplir nuestras metas, porque el desafío es ser mejores cada día.

Sin duda, seguiremos teniendo problemas de todo tipo, pero cada deportista, cada evento de este torneo olímpico nos ofrece un escenario de esperanza para afrontar esta pandemia.

Profesor en UDELAS