Hallan restos humanos en el tren de aterrizaje de un avión estadounidense que salía de Kabul

De nada sirve si talan bosque para hacer nuevos cursos de agua hacia el oeste, si luego va a resultar que van a dejar que se destruyan como el resto de los caminos.

La carretera cerca de Howard se inunda nuevamente, los conductores afectados claman al cielo y piden al gobierno una solución. El gobierno mira para otro lado, seguro que alguien ya se ha embolsado el soborno correspondiente y lo de los autos ahogados en medio de la carretera no es asunto suyo. Aquellos que deben enfrentar el Mar Rojo sin la vara de Moisés piden una solución a las repetidas inundaciones. La solución a esto es que los que construyen no son idiotas. Ya sabemos que no abunda el sentido común, pero ¿cortas como loco de lado a lado y luego pones jumpers en el medio sin aberturas que funcionen? Construyen una piscina y se preguntan, como el borracho Rubén, «¿¡Qué lío !?»

Algunos se llevan las manos a la cabeza y repiten una y otra vez que «Eso no pasaba antes», mientras la güira, el machete y la motosierra no ceden en su atronador trabajo, los gerentes, como arrieros, mochan, talan , roer y cortar.

Vieron árboles, cortaron matorrales, quemaron pastizales. Todo lo que se ponga delante de ellos caerá debajo de sus bordes afilados, dentados o dentados. ¿Por qué? Bueno, porque no se pueden poner obstáculos «al progreso». Porque el progreso debe acariciar los lares de algunos, aunque otros deben sumar a su tortura diaria la angustia de no saber si ese día la lluvia va a convertir su carro en un bote con una vía fluvial incluida, (vía fluvial en la carretera y por tanto en la carruaje, no hace falta decirlo).

«De nada sirve talar bosques para hacer nuevos cursos de agua hacia el oeste, si luego resulta que van a ser destruidos como el resto de caminos que apenas sobreviven».

Pero a los encargados no les importa porque van en sus ‘pradushes’ cuatro por cuatro bien pritys, con el conductor de remera que es un experto en hacer piruletas y ponerse al volante porque si el auto flamante sufre un desperfecto, No importa, llaman a un helicóptero para sacar al jefe del lugar sin mojarse sus caros mocasines y al día siguiente tendrán otro auto de paquete a su disposición. No les importa un comino, caballeros.

Por eso las calles están como están, porque el ministro del MOP cobra sin trabajar, o al menos, por trabajar sin mojarse la camiseta de la marca. Al parecer, no puede ejecutar su presupuesto; O, si lo hace, es para realizar obras que no se ven, porque lo que se ve, los caminos por los que la gente corriente, los pobres mortales, tiene que circular, todos y cada uno de los días, son como el otro lado de la Luna. Hay lagunas, hoyos, cráteres, abismos y precipicios, pendientes, baches y badenes. Incluso puedes encontrar baches con agujeros, en uno aún más difícil que desafía reflejos, neumáticos y amortiguadores. No bastan las cosas para comprar repuestos para los vehículos todas las semanas, o estar, lunes sí y lunes también, en el garaje reparando ruedas que de repente explotan bajo la lluvia, la oscuridad de las calles y los abismos que se abren al volante.

Porque de nada sirve talar bosques para hacer nuevos cursos de agua hacia el oeste, si luego resulta que van a ser destruidos como el resto de caminos que apenas sobreviven.

Me gustaría saber en qué se están gastando los miles de millones de deuda que han solicitado, si no los están gastando en la construcción de carreteras que sirvan a la región, por ejemplo. ¿Es por eso que quieren tenernos encerrados, para salvarnos de tener que sufrir la pésima red de carreteras que se despliega en nuestro país?