La llorona del 25 de agosto de 2021

Como era de esperar, el perverso subsidio creado por la Ley 122 del 31 de diciembre de 2019, que fue regulado por el Decreto Ejecutivo 364 del 23 de julio de 2020, estalló como una bomba en los medios y redes sociales. Mil millones de dólares le costará a los contribuyentes panameños ese «incentivo», según el juego de palabras de los mismos malos empresarios de siempre, que insisten en dividir al país en buenos y malos; es decir, todos los que piensan y actúan como ellos son buenos y los que no son simplemente malos.

¿Qué piensa, señor Eskildsen? Por cierto, ¿dónde está, que ya no se le ve? ¿Será que ya no lleva sombrero y por eso pasa desapercibido? En la Asamblea Nacional lo hemos estado esperando durante meses y, por supuesto, no se digna enfrentarse al pueblo panameño, para explicarle cuál es el plan que tiene la Autoridad de Turismo para reactivar este sector, entre muchas otras cosas de igual importancia que tienen que ver con su gestión.

Distinguidos economistas, abogados y académicos de nuestro país han alzado la voz en protesta contra el ‘incentivo perverso’ de la Ley 122 de 2019, no es casualidad […]»

Distinguidos economistas, abogados y académicos de nuestro país han alzado sus voces de protesta contra el “incentivo perverso” de la Ley 122 de 2019, no es casualidad; ya que la vulgaridad es tan grande que, sin vergüenza ni disimulo, siempre con tráfico de influencias, los cuatro que viven como siempre lograron beneficiar solo a los grupos económicos que han invertido en turismo y están inscritos en la Bolsa de Valores de Panamá; En buen panameño, es una toalla que se tira a estos señores por sus fallidas inversiones y así salvarlos de la quiebra, para que proyectos inmobiliarios disfrazados de proyectos turísticos puedan pasar agachados, todo el mundo sabe cuáles son esos proyectos, fallidos e inverosímiles.

La hipocresía, los dobles raseros y el eterno conflicto de intereses de estas personas es lo que tiene al país en manos de grupos oligopólicos, que crean distorsiones en el mercado, encarecen bienes y servicios. Esto no es más que un subsidio disfrazado de crédito fiscal para inversiones en turismo, que van desde la exención de derechos de importación, exención del impuesto predial, exención del impuesto portuario, exención de impuestos aeroportuarios, exención de intereses de financiamiento, exención del impuesto de aviso operacional, exención del pago FECI, que puede durar hasta quince años.

«Esto no es más que un subsidio disfrazado de crédito fiscal para inversiones en turismo, que van desde la exención de derechos de importación […]»

Por si fuera poco, la desvergüenza es tal que tienen derecho a una deducción del 100% del impuesto sobre la renta, por la compra de acciones o valores, a través de la Bolsa de Valores de Panamá, que les compran. ellos mismos, toman las ganancias y luego terminan vendiéndolas … mucho.

¿Dónde está la señora que envió al pueblo panameño a buscar agua al río? ¿Qué puede decir ahora o se le secó la lengua? ¿Dónde está la que se rasga la ropa diciendo que es libertaria y que no cree en los subsidios? ? Sí, el mismo que aparece en los medios denigrando la dignidad de los pobres que por necesidad tienen que aceptar subvenciones del Estado y un jamón a fin de año. ¿Ese hombre cree que es diferente a los demás? Bueno, no, está igual de subvencionado, hasta la médula ósea, lo ha sido toda nuestra vida.

«Estos privilegios que siempre obtienen no son de una economía capitalista, que no es un mercado libre y es totalmente anti-libre empresa».

Estos privilegios que siempre obtienen no son de una economía capitalista, que no es de libre mercado y es totalmente anti-libre empresa. La arrogancia y la soberbia son sus grandes debilidades, mueren como un pez, por la boca, creen que los que no nos graduamos de la Universidad de Columbia no sabemos nada, que somos ciudadanos ignorantes y de segunda. Van a recibir una sorpresa uno de estos días.

Quiero terminar en esta ocasión considerando positivamente las palabras del señor José Ramón Icaza Clément, actual presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, quien tuvo el coraje de manifestar que la Ley 122 de 2019 debe ser revisada a fondo, porque los intereses del país deben prevalecer sobre los intereses individuales y sectoriales, a fin de evitar la competencia desleal contra el sector turístico.

Con esto, quiero decir que no todo está mal y que hay líderes dignos del sector privado que se atreven a decir las cosas como son. ¿Dónde están los otros presidentes de sindicatos de este país que no han dicho nada al respecto? ¿Seguirán en silencio? Recuerda que el que calla concede.

Abogado, diputado de la República.