Mr. y Jesús García Pitarch, el exfutbolista y director deportivo del Valencia hasta 2017, tenían una relación como pueden ser otras muchas. Lo dejaron y volvieron varias veces entre 2014 y agosto del año pasado, hasta que ella vio qu’aquello le supuso «un deterioro físico y psicológico». Era «una relación conflictiva» […]con altibajos”, dice ahora la sentencia que condena a García Pitarch por un delito leve de vejaciones contra la que ya era su ex: 30 días de localización permanente, la prohibición de acercarse a ella a menos de 200 metros ni comunicarse de ningún modo — Ni escrito ni verbal ni visual—, por los mensajes que comenzó a enviarle tras declararlo definitivamente.

la cartilla WhatsApp fue después de una foto que colgó en Instagram: «Me avergüenza que mis amigos vean esta foto, se te va la cabeza, tú mismo, lo siguiente Only Fans». A ese le siguió un segundo: «Tú flirteabas públicamente enseñando el culo, cómo me voy a casar con alguien que enseña a todo el mundo su culo, y me falta al respeto públicamente, me gusta pensar que me gustas?, que tiene una única photo conmigo y la borra y le pido que la ponga y me dice que sí, pero no la pone, cásate con Instagram, al actual también le encanta que enseñes el culo”.

Uno más el 30 de septiembre: «Das pena, has quedado delante de todo el mundo como lo que eres una auténtica mierda, como lo que eres, que haces con Fofito (refiriéndose a su pareja), das pena Marta, siento mucho que hagas este ridículo, todo en Zaragoza enterado, imagine lo que piensa de ti”. ti, eres muy mala”.

Después de aquellos mensajes, ella decidió denunciar y él reconoció haberlos enviado, «so well, mostró en sala su arrepentimiento por ello». Y por ello la jueza, Belén Ballestín, Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza, pensó condenarlo por ese delito: “Debemos tener en cuenta que el delito leve de vejaciones […] abarca todas las conductas conforme en maltratar, molestar, perseguir a otro, perjudicándole o hacerle sufrir, según resulta de la definición la acción de vejar el diccionario de la Real Academia de la Lengua «maltratar a una persona haciéndola sense humillada». Sí, añade, «constituyó un atentado contra la libertad de la persona».

La sentencia no hace alusión a ello, pero esas lesiones leves forman parte de comportamientos tóxicos en las relaciones que en ocasiones implica violencia, aunque sea a través de WhatsApp. Una violencia que experimentan oa la que han estado expuestos tres de cada cuatro mujeres en el mundo, según la ONU. “Es parte de un continuo de violencia contra mujeres y niñas que ahora fluye en el nuevo escenario online-offline. Dada la interrelación de las tecnologías en nuestras vidas, las violencias de género ahora se han interlazado y mutado en nuestra realidad continuamente conectada”, recoge en el informe Ciberviolencia y ciberacosode 2022.

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