“El verdadero lastre para el sector marítimo nacional es la inexistencia de una ley de cabotaje, para la industria auxiliar marítima, que nos permita ejercer más control y seguridad sobre nuestras aguas y aprovechar nuestra posición geográfica en beneficio de Panamá y no solo de los poderes marítimos ”. Dijo José Digerónimo, secretario ejecutivo de la Asociación de Armadores de Panamá.
Es una falta de respeto y una distorsión de la realidad afirmar que esta es una ley que no debería existir, porque lesiona los intereses de ciertas potencias marítimas extranjeras, supone un paradigma donde Panamá es «Beneficio Pro Mundi» en lo peor posible entendido, cuando en realidad podemos vivir con beneficios mutuos en nuestro propio mercado nacional.
Para el sindicalista, hay cabilderos, casi todos abogados, diplomáticos o panameños colaboradores, que siempre han estado vinculados a esos intereses extranjeros para socavar los derechos de empresas y empresarios panameños y eso es normal, repiten varias veces en los sindicatos afines y permanecer alerta a posibles amenazas a su “status quo”.
Los panameños deben pensar con luces largas. El mejor beneficio para los panameños en este momento es cerrar la puerta y dejar que los panameños que han aprendido durante los últimos 30 o 40 años a ganarse la vida del mar, se desarrollen y den el siguiente paso.
«Me opuse a una ley de cabotaje en el pasado durante Martinelli», agregó el vocero, porque no hacía esa conexión con el conjunto de instrumentos legales para el desarrollo logístico, como las leyes de cabotaje terrestre y aéreo. Además, en ese momento era una ley que beneficiaba solo a unas pocas empresas de un sector que, aunque es muy importante en términos de ingresos, no es el grueso de la gente de mar.
Agregó que hoy estamos ante una ley que contempla todos los sectores del cabotaje panameño, desde el panguero en Bocas del Toro que transporta turistas y que tiene muchas veces que competir contra empresarios sudamericanos que intentan invadir el mercado con sus embarcaciones, incluso para los barcos que participan en sofisticadas operaciones de transferencia de barco a barco en nuestras aguas, que a menudo ven a empresas extranjeras llegar y utilizar nuestras aguas para hacer su trabajo en detrimento de los lugareños.
Veamos aún más, estas empresas no pagan impuestos, no benefician a nuestra economía de ninguna manera, y si tienen un derrame o accidente con sus barcos, seremos nosotros, con nuestros impuestos, los que tendremos que intentar limpiar. nuestros mares, responder a emergencias o remover escombros, dijo el vocero.
Cuando hablamos del sector marítimo, estamos hablando de la economía que estamos desarrollando y que debe ser la principal fuente de ingresos de nuestro país. Necesitamos que esté en manos locales.
Pero ahora, se reunieron con varios miembros panameños del sector marítimo que están poniendo cara, lo que los asusta, ya que pueden perder sus prerrogativas. No deben abordar este tema de manera agresiva, si no con reconciliación, para que todos ganemos y no solo ellos, dijo.
El empresario Carlos Ernesto González de La lastra, reconoció que la iniciativa tiene artículos importantes, durante una discusión de la Asociación de Ejecutivos de Empresas (Apede), donde no se invitó a ningún representante del Ejecutivo y sindicatos que apoyan el proyecto de ley, según el vocero de ARPA. , el diálogo debe implicar debate.
Sin embargo, González De La Lastra afirmó que no hay puertos de cabotaje y el único servicio que ha existido con muchas deficiencias es el que se brinda desde el Muelle Fiscal, cerca del Mercado de Mariscos. Digerónimo dijo que se puede desconocer por falta de actualización, que los servicios de cabotaje se ofrecen en todo el país y en provincias como Chiriquí y Bocas del Toro etc., la actividad es una base de desarrollo importante, donde Panamá es el todo debe quedar reflejado. .
Digerónimo recogió la preocupación y afirmó que precisamente por lo que señala el vocero de la Apede, es necesario gestionar y regular el sector, aunque entiende que la AMP está desarrollando infraestructuras para Puerto Armuelles y otras iniciativas privadas.
“Es que un país con diversos negocios marítimos, además del Canal de Panamá, debe por definición tener un auxiliar marítimo robusto y no depender de las grandes potencias, porque estamos perdiendo dinero si no capitalizamos nuestra posición, que puede También se desarrolle con Panamá como un gran socio y no recogiendo las sobras que deja la gran industria de los poderes representados por los colaboradores locales con todos los derechos ”, afirmó.
Para González de la Lastra «lo que se quiere es proteger a cuatro empresas que tienen barcazas … muchas de las cuales son la causa de los derrames de combustible en la zona».
Creo que está mal, respondió Digerónimo, ese fue el caso de la citada ley Martinelli, el cabotaje es la prestación de atención a las necesidades de las naves, insumos, servicios de lancha, transporte, reparación, asistencia a derrames, mantenimiento, búnker, para su posición y unos 38 puertos en todo el país estamos hablando de un movimiento de aproximadamente 2 billones de dólares, según un estudio elaborado por el economista Rubén Lachman, antes de su muerte.
Sería interesante, dijo Digerónimo, actualizar e investigar y entender que son en su mayoría barcos extranjeros los que causan los derrames y que muchas veces no se puede llegar a ellos por la falta de un reglamento de cabotaje, la especie naufragada es una consecuencia, por ejemplo. . Podemos proporcionar esa información.
En cuanto a la protección de las empresas, el sindicalista dijo que esta es refutada por empresas y asociados de esta industria que solo buscan sobrevivir y desarrollarse como las grandes potencias de Asia, Europa y Estados Unidos, cuya ley es modelo de la bajo discusión y afirmó que no sabía a cuántas empresas transnacionales o embajadas representa el vocero ni a cuántos despachos de abogados, que se pagan con los impuestos que no recauda Panamá.
La verdad es que la razón por la que Panamá nos asiste y cualquiera tiene derecho a defender potencias extranjeras. Nadie va a salir de este mercado, mientras Panamá sea el «Puente del Mundo y el Corazón del Universo», pero debemos buscar ser un poco menos «pro mundi beneficio», y trabajar por Panamá, dijo el portavoz sindical.