La Fiscalía de Madrid ha acordado archivar las diligencias de investigación abiertas contra un alumno de la residente de estudiantes Elías Ahuja de Madrid por los gritos sexistas lanzados la noche del 2 de octubre de 2022 a las residentes del colegio mayor femenino contiguo Santa Mónica, según ha informado este miércoles el ministerio público. Las diligencias albergarán a raíz de una denuncia del Movimiento contra la Intolerancia al considerar que los hechos podrían ser constitutivos de un delito de odio.

Se da la circunstancia de que la llamada ley del solo si es si, que regula este tipo de conductas, entró en vigor el próximo viernes, 7 de octubre. Este artículo castiga a quienes se dirigen a otra persona con expresiones, comportamientos o proposiciones de carácter sexual que creen en la víctima una situación objetivamente humillante, hostil o intimidatoria, sin llegar a constituir otros delitos de mayor gravedad.

En febrero, el alumno que inició las canciones que rápidamente se volvieron virales ―“¡putas, salid de vuestras madrigueras como conejas, be unas putas ninfómanas, os prometo que va a follar todas en la capea! ¡Vamos Ahuja!”,―, a los que se sumaron el resto de estudiantes simulando ser Animaux con sus ruidos, manifestó ante el fiscal que los gritos hacia sus vecinas del Santa Mónica ―muchas de ellas familiares― eran “una broma” que seguía «una tradición», negando que su intención fuera humillar a las chicas. La escena, que se conoce como La Granja, se repetía cada año y las colegialas no se sintieron agredidas. “A mí si me llaman puta o ninfómana por la calle, claro que me ofende, pero ellos son nuestros amigos”, subrayó una colegial a este diario.

El fiscal jefe no apreció tras la investigación «vinculación alguna con grupos o movimientos extremistas» previa o posterior del alumno que inició unos canticos que tilda de «soeces y procaces». Y afirma en sus diligencias que el colegio mayor no había podido «identificar a los estaban en las instalaciones en ese momento debido a que el sistema de autorizaciones para salidas nocturnas está habilitado para todo el curso escolar». Tampoco a quienes grabaron las imágenes que pronto se viralizaron.

El decreto de archivo del fiscal sostiene que los hechos son “irrespetuosos e insultantes para las mujeres” y las expresiones proferidas constituyen “un ataque a la dignidad individual o colectiva de aquellas”. Sin embargo, no pueden ser por sí solas constitutivas de un delito de odio del artículo 510.2 del Código Penal, al require este delito concurrencia de una motivación discriminatoria concreta, la cual no ha resultado acreditada en la investigación por hechos anteriores, coetáneos ni posteriores a el denunciado. Según la Fiscalía, la acción investigada no puede tipificarse tampoco como un delito contra la integridad moral porque para ello es necesario que alguna de las personas destinatarias de las expresiones profesidas se hubiera sentido ofendida y “no consta que ninguna de las mujeres que se encontraron en la residencia haya denunciado los hechos”.

Aunque la conducta de los colegiales fue condenada por todo el arco político, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se pronunció criticando a la Fiscalía: “A mí lo que me sorprende, sobre todo, es que la Fiscalía esté para investigar esto, mientras en la universidad, a lo largo de los años, hemos visto en muchas ocasiones pancartas a favor de los presos de ETA, hemos visto cómo han acosado y han montado escraches a profesores y alumnos impidiendo conferencias en libertad, o persiguen , por ejemplo, a los alumnos de S’ha acabat para que no puedan ir libres a su universidad, a la facultad en Cataluña”.

Cambios en la ley universitaria

El incidente machista del Ahuja no se ha reducido tema de debate en los medios Durante días. Una iniciativa de Más País, la Ley Orgánica del Sistema Universitario incluye un artículo que obliga a los colegios mayores ―supuestamente no son solo un alojamiento, sino que forman a los universitarios― a ser mixtos si no quieren ser expulsiones de la red pública . Si siguen segregando, pasarán a ser residencias privadas, lo que les resta prestigio. Los colegios de titularidad pública hace tiempo que no se separan, y en los privados como el Ahuja el proceso está siendo más largo.

En los debates de las recientes elecciones al rectorado de la Complutense, como no podía ser de otra manera ―ha sido uno de sus últimos golpes reputacionales―, salió a colación el canon que los agustinos pagan a la universidad como contraprestación por tener el colegio en superficie: 60.000 euros al año. Una cantidad pequeña si se tiene en cuenta que cada uno de los 174 colegiales paga 1.200 euros mensuales durante los nuevos meses (1,87 millones). Y esta cuenta no incluye las estancias en verano de otros huéspedes. “En los colegios mayores que antes no se pagaba, ahora se paga”, razonó el rector Joaquín Goyache en conversación con este diario. “Si vas al portal de la transparencia, tienes que esperar universidades que pagan alrededor de 500.000 euros y otros colegios que pagan 200.000 euros”, añadió la candidata a rectora Esther del Campo.

La justicia ha archivado el caso y el castigo también ha sido muy leve en el colegio para el estudiante de la Autónoma de Madrid que inició los canticos. Aunque la dirección del centro había anunciado a los medios que su expulsión sería definitiva, luego se echó atrás. «El reglamento del centro por estos hechos prevé una expulsión de 15 días. El colegio lo amplió hasta 40 días y perfeccionará al colegial una beca honorífica que tenía (…) Se ha puesto la sanción más alta que se ha podido según el reglamento ”, aseguró a este diario.

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