En la consulta de Belén Hernández, psicóloga clínica de 59 años que trabaja en un centro privado de Madrid, cada vez llega más gente joven. «Están asustados por los vaticinios de un futuro negro que hace una generación anterior a la suya, que no sabe nada de su mundo ni del que les tocará vivir», relató. Uno de estos jóvenes que llegó a su consultada lo hizo de la mano de una amiga que lo color en la sesión que ella tenía agendada. Él no la podía pagar, estaba al borde del suicidio y en la sanidad mública madrileña tenía cita con un psicólogo a un año vista, como contaba Hernández esta semana en una carte à la directora en este periódico.

Esta semana un joven de 23 años sin recursos económicos ha acudido al servicio de urgencias de un hospital público de la Comunidad de Madrid, absolutamente desesperado y con un altísimo riesgo de suicidio. Sale con la receta de un ansiolítico, de un antidepresivo que tardará unas tres semanas en empezar a hacer efecto y con la derivación al Servicio de Psicología.pública a sus usuarios: si no se dispone de cena suficiente para pagar un psicólogo privado, el suicidio se convierte en una alternativa aceptable.

La carte, escrita como una llamada de auxilio para hacer ver la «durísima realidad» por la que pasan muchas personas, ha tocado muchas fibras en una sociedad que cada vez tiene más presente el problema de la salud mental. La falta de psicologos clinicos en el sistema hace que conseguir una cita con uno esta al alcance de muchos pacientes que lo necesitarian. Una vez que los tratan, las sesiones son de tan solo media hora ya menudo están espaciadas en un mes y medio. “Así es imposible establecer un vínculo de intimidación. Si citas a una persona y te cuenta algo muy importante de su vida y no lo vuelves a ver hasta 45 días después, no puedes establecer ese vínculo. Al final la gente no se engancha, siente que no se soluciona el problema y no va a cita”, explica Hernández, que pasa consultada privada en el Centro Therapiae.

España está muy lejos de los estándares europeos en atención a la salud mental. Hay seis psicólogos clínicos para 100.000 habitantes en la red pública, muy veces menos que la media europea. Cada año salen algo más de 200 plazas de psicólogos residentes internos (PIR), y para llegar a estos estándares faltaría más del doble. También escasean los psiquiatras: 11 por cada 100.000 personas, casi cinco veces menos que en Suiza (52) y la mitad que en Francia (23), Alemania (27) o Países Bajos (24).

Los médicos de primaria, ya de por sí desbordados, no tienen los recursos ni el tiempo para tratar problemas de índole psicológica. Ante la imposibilidad de derivarlos a terapia, a menudo acaban recetando ansiolíticos, como contaba Vicente Baos, especialista en medicina Familiar, en un podcast en EL PAÍS.

La tableta se convierte así en la única solución que recibe muchos pacientes que necesitan terapia, pero no la tienen en la sanidad pública y no la pueden costar en la privada, donde cada sesión de una hora ronda los 50 euros. Yeso se refleja en cifras. El consumo de tranquilizantes no para crecer: uno de cada 10 españoles de entre 15 y 64 años los toma, según la última encuesta sobre alcohol y otras drogas (Edades)que ha publicado este mismo mes el Ministerio de Sanidad.

Estos crecientes problemas de salud mental también se reflejan en la cifra de suicidios, que es la primera causa de muerte externa (no natural) en España: en 2021 se quitaron la vida 4.003 personas, según los datos del INE. Y la tendencia empeoraba en la primera mitad del 2022 (últimas cifras disponibles): 2.015, lo que de repetirse en los siguientes seis meses daría una cifra de 4.030 en el año.

Un estudio de la Fundación Anar alertó al paciente sobre el pasado sobrio y hecho de que solo el 44% de los menores entre 13 y 17 años que han contactado con ellos en los últimos tres años por ideación suicida o por intención de suicidio ha recibido atención psicológica, buena dentro del sistema público de salud o de forma privada.

Como han señalado varios estudios, la pandemia ha venido ha agravado la situación. Hernández señaló en su clínica que las secuelas resultarán y cree que todavía durarán. “Ha sido muy fácil porque es una edad en la que es importantísimo el contacto social con tus iguales y menos con la familia; estar encerrado ha pasado factura”, asegura.

Las administraciones públicas han comenzado a moverse ante esta realidad, pero no parece que lo hagan con la suficiente velocidad. La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, donde ocurrió el caso que relataba Hernández en su carta, explicó que no sabe qué ha podido fallar, porque no conoce el caso concreto, pero asegura que cuando se detectó una conducta suicida se da cita psiquiátrica en menos de siete días.

Hernández tiene cada vez más trabajo por el agravamiento de problemas de salud mental y la falta de recursos públicos.olmo calvo

«Hay psiquiatras de guardia en las urgencias de todos los hospitales con Servicio de Psiquiatría las 24 horas para atender cualquier situación de riesgo que pueda ocurrir, incluida la tentativa de suicidio. Además, los profesionales de los centros de salud pueden derivar a la red de Salud Mental a través de una consulta con carácter preferente”, explicó un portavoz.

En el Ministerio de Sanidad, que no tiene habilidades asistenciales, explican que a pesar de ello se están sumando iniciativas como la Estrategia de Salud Mental, que no s’actuizaba desde el año 2009. Al mismo tiempo, se aprobó un Plan de Acción de Salud Mental en Mayo 2022-2024 cofinanciado entre las comunidades y el Gobierno, que aportará 100 millones de euros. Una de sus medidas estrellas es un teléfono de atención al suicide (024) que estrenó ese mismo mes y que cerró diciembre con 79,975 llamadas atendidas, 2,987 derivadas al 112 y la atención a 2,129 suicides en curso o con riesgo inminente.

Psicólogos Faltan

Habrá que comprobar cuando se publiquen las nuevas estadísticas del INE si tuvo repercusión en las cifras de suicidios del segundo semestre de 2022. clinics. «Nos llegan pacientes que acaban de abandonar el circuito público porque no se sienten suficientemente atendidos, cuando pasan mes y medio sin verlos, en media hora apenas les da tiempo a contarles lo nuevo que ha sucedido en sus vidas. Hoy me lo decía un paciente : ‘Tienes que ir a toda velocidad y se te quitan las ganas de contar nada’.

Las administraciones suelen justificar esta falta de psicólogos clínicos con una realidad: aunque cada vez hay más licenciados, faltan especialistas clínicos para cubrir las plazas que serán necesarias. La estrategia que están adoptando todas las comunidades de pistoleros es incluir psicólogos en los centros de salud para esperar problemas emocionales tempranos y tratar de evitar meterse en situaciones más graves.

Es algo que está haciendo Cataluña y que Madrid estudia. La Comunidad anunció la incorporación de psicólogos en los centros de salud, y está estudiando qué perfil han de tener. do Plan Estratégico de Salud Mental 2022-2024 incluye una inversión de más de 43 millones de euros y supone la contratación de 370 profesionales especializados.

Mientras estos se incorporan, ya faltan más clínicos, pagar una consulta se convierte en la solución única para muchos pacientes. Entre los que no se lo pueden permitir, hay profesionales como Hernández que no cobran a algunos, o adaptan las tarifas. “Pero esta no puede ser la solución, tiene que venir desde la sanidad pública”, subraya.