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El diario, ya amarillo por el tiempo, decía “Con la oportunidad de celebrar el II Congreso Latinoamericano de Escritores, saludamos a la revista Cuadernos Trimestrales de Poesía, a su director el poeta Marco Antonio Corcuera y deseamos su elevación permanente.

El diario, ya amarillo por el tiempo, decía “Con la oportunidad de celebrar el II Congreso Latinoamericano de Escritores, saludamos a la revista Cuadernos Trimestrales de Poesía, a su director el poeta Marco Antonio Corcuera y deseamos su elevación permanente. México, marzo de 1967 ”y fue firmado por 37 poetas y escritores latinoamericanos, 4 de ellos panameños Roberto Fernández Iglesias, Carlos Wong Broce, Justo Arroyo y Ricardo Bermúdez.

En la Feria Internacional del Libro de Panamá 2021 no solo se recordó la trayectoria del escritor y poeta peruano Marco Antonio Corcuera – impulsor de los mencionados Cuadernos Trimestrales de Poesía durante 30 años -, sino también su amistad con los mencionados literatos panameños con a quien compartió la experiencia del Segundo Encuentro de Escritores realizado en Guanajuato hace 54 años y que fue presidido nada menos que por Alejo Carpentier, autor de El siglo de las luces. Los poetas peruanos participantes fueron José María Arguedas, Teodoro Rivero-Ayllón y el propio Corcuera.

Panameños y peruanos se hospedaron en el hotel San Diego en Union Square al comienzo del paseo del jardín del mismo nombre, una agradable coincidencia que favoreció el trato fraterno y el compañerismo mutuo. Durante el almuerzo en la Quinta San Gabriel de Becerra ofrecido por Carpentier –con lectura de los mensajes de Borges y Gallegos–, panameños y peruanos compartieron mesa con Jorge Icaza, Benjamín Carrión, Miguel Ángel Asturias, Joao Guimaraes Rosa, Sara de Ibánez, Juan Rulfo, Nicolás Guillén, entre otros nombres célebres.

¿Por qué fue importante este Segundo Encuentro de Escritores de 1967? Que responda Marco Antonio Corcuera “[…] El congreso se llevó a cabo en Guanajuato; las comisiones trabajaban allí; Allí se concretaron los acuerdos más importantes: Creación de la Comunidad Latinoamericana de Escritores; Defensa de los Derechos de Autor (participación y adhesión de los gobiernos al Convenio de Berna para la protección y unificación de los derechos de autor; extensión del plazo a 50 años después de la muerte del autor y luego beneficio para las instituciones culturales); creación del premio latinoamericano (igual o mayor que el premio Nobel), etc. Sin embargo, en Guadalajara los debates más acalorados se escucharon en las sesiones de clausura […]”(Diario La Gaceta, 01/06/1967).

En Guadalajara se elaboró ​​la declaración final con los aportes intelectuales de todos los convocados cuyo párrafo más emblemático indica “[…] artistas y escritores por la naturaleza de nuestro trabajo y el sentido ecuménico de nuestro trabajo, somos un grupo social llamado a comportarse como una fuerza espiritual viva para defender los derechos humanos, la fraternidad entre los pueblos, la existencia de nacionalidades exclusivamente en su sentido fecundo de fenómenos de la diversidad cultural dentro de la gran comunidad del mundo, y el establecimiento definitivo de las normas morales y los principios de no intervención, autodeterminación y convivencia pacífica entre diferentes regímenes políticos como base de las relaciones entre Estados ”.

Años después, Ricardo Bermúdez ganaría cuatro veces el premio Ricardo Miró de cuento y poesía, Fernández Iglesias decidiría instalarse en México donde fue profesor de la Academia de Letras de la UNAM mientras Wong Broce constituía la icónica residencia «La Casa Azul» y el colonense Justo Arroyo fue uno de los fundadores del Instituto Nacional de Cultura (Inac), destacándose como promotor del realismo mágico en la narrativa panameña además de ganar -también cuatro veces- el premio Ricardo Miró. Durante décadas, a excepción de Bermúdez quien falleció en 2000, mantuvieron contacto con Marco Antonio Corcuera «unidos por la cultura» y le enviaron dos mensajes de saludo cuando recibió la medalla de la Orden del Mérito por sus distinguidos servicios en el grado de Comendador por su labor. como promotor cultural, escritor y poeta en 2009.

Una de las frases memorables de Guanajuato 1967 que refleja la armonía literaria panameña-peruana y que bien podría usarse para describir el espíritu que desarrolló la Feria del Libro de Panamá que este año tuvo a Estados Unidos como país invitado, es la expresión del entonces secretario de Educación de México Luis Yáñez hace casi seis décadas «[…] El papel del escritor implica el ejercicio de la libertad del espíritu y representa la conciencia más lúcida de la libertad ”(La Gaceta, 05/05/1967). Un bello testimonio que mantiene viva la vocación integracionista de los cultistas de las letras latinoamericanas.