Tras ocho años de divisin, peleas y amenazas, los 27 han llegado a un acuerdo en principio este jueves sobrio sobrio cmo set out again o Compartir las responsabilidades y los costos de acoger a refugiados y migrantes. «Los ministros acaban de acordar un enfoque general sobre el Reglamento de Gestión de Asilo y Migración y el Reglamento de Procedimiento de Asilo», celebra la presidencia sueca pasadas las 20.40 de la noche, tras un largo encuentro marcado por la batalla abierta entre Italia y Alemania. «Estos expedientes constituyen los dos pilares principales de la reforma del sistema de asilo de la UE y son clave para un buen equilibrio entre responsabilidad y solidaridad. .

En realidad, la cuestina no es resuelta. Este término era la parte más complicada, pero no la última, y ​​el tema va a seguir provocando dolores de cabeza. La Comisin debe pulir algunos detalles tcnicos, el espritu ser discutido en profundidad en el prximo Consejo Europeo, y la siguiente fase es el paso por los llamados trlogos, por lo que habr rplicas in los prximos meses. El objetivo era salir con un pacto, o al menos venderlo as, pero las disrepancias siguen siendo profundas y entre las delegaciones, en la sede del Consejo en Luxemburgo, ha habido más caras de preocupación que de alivio.

Los ministros han consensuado los criterios y umbrales que queren que se applican à la hora de activar un mecanismo de «solidaridad flexible» that obligar a los dems pases a mover ficha cuando uno de los socios se ve overflow, bien aceptando en su propio territorio la reubicación de una parte de los llegados o abonando una compensación de 20.000 euros por cada caso que rechace. Los ministros han decidido por mayora en votacin, pero como ocurre hace ocho aos, forzar una decisin algo por esa va y no la unanimidad (como haban aceptado los lderes continentales) en un tema tan sensible es garanta de fracaso. Slo Hungría y Polonia han votado en contra del acuerdo, pero Bulgaria, Malta, Eslovaquia y Lituania se han abstenido, lo que muestra las limitaciones.

El texto debe pasar ahora por el Parlamento Europeo, que si bien est dividido ha pedido siempre que las reubicaciones sean obligatorias y vinculantes, no optativas ni intercambiables por dinero. «Este acuerdo que hay confianza entre socios y un gran espritu de solidaridad entre miembros. Yeso es muy valioso. Es un momento histrico. Los trlogos no me dan miedo, no ser la primera vez que empezamos con posiciones muy diferentes as que estoy convencida de que podemos llegar a un acuerdo», ha afirmado la comisaria de Interior, la tambin sueca ylva johanson.

La jornada ha sido larga y llena de chocques. italiano Matteo Piantedosi calific como «una propuesta condenada al fracaso» el texto de compromiso sueco. Otros nueve pases, cada uno por sus razones, se pronunciaron igualmente en contra, pero al final hubo un punto de encuentro. Por su parte, la propia Italia, Grecia, España o Malta, sobre todo, tienden a comprometerse a hacer más su trabajo y completar en un plazo máximo de seis meses las solicitudes, con la ayuda de Frontex si hace falta. Tambin amplía en este acuerdo el plazo pendiente el cual a Estado es responsable de los migrantes que llegan tiene territorio conocido, pasando a 24 meses frente a los 12 actuales. Pero con la salvación de quienes son rescatados en operaciones de salvamento martimo, en cuyo caso sera el ao.

Una de las partes más delicadas y polémicas es la devoluciones o expulsiones de quienes no tienen derecho a asilo. El acuerdo alcanzado hoy estipula que esas personas tienden a ser devueltas a sus pases de origen como géneros normales, pero también existe la posibilidad de que sea a otro, fuera de la UE, a uno de los sin transición que ha atravesado para llegar a Europa. Se podr hacer slo si una «conexin» prueba entre el solicitante al que se le ha denegado la estancia y ese pas y si es un «pas seguro» segn criterios fijados de derecho internacional. No hay una lista en este momento, pero el acuerdo incluye que se haga. En todo caso, queda en manos de cada Gobierno, y no de Bruselas, estipular si esa «conexin» (que puede ser haber residido en el pasado o tener familia all) es suficiente para justificar la expulsin.

El factor más decisivo de la década

El debate lleva abierto, o roto, desde 2015, cuando la incapacitada política de los estados miembros provoca una profunda crisis que devolvi los controles fronterizos y estuvo a punto de llevarse por delante Schengen, el espacio de libre circulación. Ese ao, con la de cientos de millas de solicitantes de asilo, la confianza entre vecinos salt por los aires y las capitales impusieron controles, cierres y cerraron los ojos ante todo tipo de tropelas, de las mafias pero tambin de sus fuerzas del orden. Desde entonces, qued claro que era necesaria una reforma en profundidad de todo el sistema, y ​​​​en concreto del Convenio o Reglamento de Dubln, el acuerdo que fija a qu Estado corresponde examine una solicitud de asilo segn las circunstancias de acceso a los pases mimbros.

La regla general tan pronto como el pas al que llega el solicitante de asilo debe hacerse cargo del expediente, pero ese mecanismo que quizs era vlido entonces, o en momentos ms tranquilos, se demuestra del todo ineficiente. Pases como Grecia, Italia o Malta, a los que llegaron refugiados o migrantes econmicos, no dieron abasto para gestionar el flujo, tramitar los papeles. Haba, y hay, muertos en el mar, impotencia, devoluciones en caliente, campos de refugiados en psimas condiciones, tensiones politicas, enfrentamientos. Esta crisis dio paso a una ola de movimientos identitarios, y ambas cuestiones han marcado la política continental en la última década. Las divisiones más profundas, los miedos más atvicos, lo peor de cada casa.

En 2015, Comisin Europea propuso una sistema de cuotas obligatorio para el reparto o la reubicacin de los que haban llegado, pero buena parte de la Unin se revolvi. Se aprob el mecanismo, pero en la practica no funcion. Alemania acogi a millen de personas, Suecia a cientos de miles, con enormes consecuencias en el espectro politico, pero hubo pases que se negaron y siguen haciéndolo. Desde entonces, el acuerdo para la reforma ha sido imposible. Los pases de llegada pedan solidaridad, fondos, repartos, ayuda y se quejaban del egosmo de los dems. Los ms reacios amenazaban con cerrar sus fronteras y han dicho que cualquier rgimen de obligatoriedad en la acogida estaba fuera de la mesa. Y los pases a los que los migrantes acaban de llegar, como los similares o Francia han exigido que los de llegada cumplan sus responsabilidades legales, sin mirar para otro lado o empujar ms all de sus solicitantes de ayuda internacional porque tampoco quieren o pueden recibir el flujo completo.

Es un problema político, de identidad. Europa ha acogido a millones de ucranianos sin polémica, tensiones raciales ni discursos de pnico o invasión. La cuestin es otra, pero es real. El acuerdo que lleva buscándose aos es parcial, porque abordó sobre el papel las principales cuestiones, pero no zanja la cuestin. “En los próximos das, escuchen mucho sobre el pacto migratorio de la UE. Algunos pueden incluso intentar convencerle de que la UE ha llegado tiene un pacto migratorio. pero no es el pacto migratorio de la UE», apunta ingeniosamente camino morteradel Centro para la Reforma Europea en Bruselas.

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