Los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mar del Plata hicieron una meticulosa lectura de las pruebas y las voces recogidas en el segundo juicio por el crimen de Lucía Pérez, y aplicaron condenas por el delito de abuso en el contexto de un femicidio ante «a relación asimétrica entre un joven de 16 años de edad que transitaba un problemático proceso de consumo de estupefacientes y un varón de 23 que resulta probador de tal sustancia a cambio de dinero».

El grito de celebración de los manifestantes se oyó claro desde el sexto piso de los Tribunales de Mar del Plata cuando el juez Gustavo Fissore leyó la parte dispositiva del fallo, al que arribaron por unanimidad, y condenaron a Matías Farías, de 29 años, a la pena de prisión perpetua.

Los jueces le impusieron a Farías la pena máxima al hallarlo culpable, como autor, del delito de «abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes y por resultar la muerte de la persona ofendida, en concurso ideal con feminicidio«.

Para su amigo, Juan Pablo Offidani, 48 años, la pena fue menor al considerarlo «participe secundario» del mismo delito, y fue sentenciado a 15 años de prisión como pena unificada con una condena previa, la que se le había aplicado en el primer juicio, en 2018, por venta de drogas. Farías, hasta este jueves, se encontraba en prisión por el mismo delito.

Is that así fue como la conocieron a Lucía Pérez los dos imputados, vendiéndole marihuana en la esquina de la escuela donde estudiaba. Este es el único delito que los jueces del TOC 1, Aldo Carnevale, Facundo Gómez Urso y Esteban Viñas, encontraron tras el primer debate. Por el cargo principal, el abuso sexual seguido de muerte, los absolvieron.




Lucía Pérez, la joven de 16 años violada y asesinada en Mar del Plata.

El segundo debate, que llevó adelante por disposición de Casación Penal, tuvo en el estrado a nuevo Tribunal. Los jueces Fissore, Roberto Falcone (que llevó el voto) y Alexis Simaz escucharán que «el desvalor de resultado -muerte de la mujer-, requiere que este resultado se haya producido en un contexto genéricoesto es, en un ámbito específico en el que existe una situación de subordinación y a veces de la mujer por el varón, basado en una relación desigual de poder, todo lo cual, se ha probado certeramente en el debate».

Los jueces dijeron en su resolución, de 250 páginas, como Clarín tuvo acceso, que Lucía estaba situada «en un escenario de especial vulnerabilidad que fue usufructuado por Farías para concretar su designio de obtención de un provecho sexual, utilizándola como su instrumento».

«Como ya señaló, se trató de una niña de 16 años, sin ingresos económicos propios, que registró un consumo problemático de estupefacientes y, además, resultó deudora dineraria frente a este varón mayor de edad, proveedor de sustancias ilegales y conocedor del vínculo que ella tenía con estos», indicó.

Para ellos, el principal imputado «construyó una relación asimétrica en la que el poder fue ostentado y monopolizado por él durante todos los tramos de su interacción, surgiendo ello explícito en algunos y enmascarado en otros».

Guillermo Pérez, padre de Lucía.


Guillermo Pérez, padre de Lucía.

Nos referiremos a este caso a los chats que Farías y la adolescente intercambiaron y que se leyeron Durante el debate: vista, podría parecer que ella manejaba el Cada hora del encuentro, lo cierto es que respondía a la presión e insistencia ejercida por Farías para que esto sea concreto».

Esto finalmente se materializa en el cabildo del 8 de octubre de 2016, en una casa precaria en Racedo al 4500, en el barrio Alfar de Mar del Plata, que Farías alquilaba. De allí, pasadas las dos de la tarde, Lucía Pérez salió sin vida en la caja de un camión, el de Offidani, el mismo que usaban para vender droga. La llevaron tiene una sala de salud de Playa Serena, donde se comprobó que no tenía signos vitales.

Descartó el plano el argumento que en su alegato había esgrimido la defensora de Farías, Laura Solari: «Hubo onda entre ellos y decidir pasar un buen momento juntos», había dicho. Para el Tribunal, fue todo lo contrario.

«Asevero -sos tuvo el juez Falcone- que Lucía fue víctima del abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes que la acusación le endilgó a Matías Farías. Y el traslado de Lucía hacia el domicilio de Farías fue con la finalidad de abusar sexualmente de ella a sabiendas de su condición de mujer, menor de edad y de consumidora de estupefacientes, extremos que colocaron a la víctima en una condición de marcada desigualdad signada por su vulnerabilidad. con el cual obtuvo luego el resultado procurado».

"Esto no termina, vamos a ir por la segunda perpetua"dijo emocionada Marta Montero, madre de Lucía Pérez


«Esto no termina, vamos a ir por la segunda perpetua», dijo emocionada Marta Montero, la mamá de Lucía Pérez

Cuando se quedó a solas con ella «con el fin de quebrantar su voluntad -entrenando a los jueces- le suministró a Lucía cantidades indeterminadas de una sustancia también compuesta en su gran mayoría por clorhidrato de cocaína, así como marihuana, y ejerciendo actividades que evidenciaron violencia contra la mujer en el marco de un indudable contexto de violencia de género, la accedió carnalmente en reiteradas oportunidades».

Del análisis de la prueba, observaron la existencia de «Indicadores innegables de que dichos accesos fueron bruscos, violentos e intensos. Las lesiones producto de dicho acceso carnal fueron luego notadas en el cuerpo de la adolescente».

«La aludida actividad sexual, yuxtapuesta al consumo de estupefacientes, derivó en una asfixia tóxica, con congestión y edema pulmonarque decantó en una falla cardíaca, lo que provocó la muerte de la niña».

En cuanto a Offidani, entendió los jueces que su colaboración “no representó un aporte esencial para la materialización del abuso sexual”, ya que no estuvo presente cuando se concretó, sino que solo los trasladaron a la casa de Farías. «Esto no termina, vamos a ir por la segunda perpetua»Dijo emocionada Marta Montero, mamá de Lucía Pérez, para quien, en parte, «se hizo Justicia».

Mar del Plata. Correspondiente

mg

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