Los casos de violencia doméstica aumentan un 23%

Celina De León es periodista. Es buena persona. Ama a Dios, la vida, el medio ambiente y a sus tres hijos. Durante una década fue víctima de violencia doméstica. Y no le da vergüenza contar su historia, aunque no bajo su propio nombre.

Fue novia por muy poco tiempo con su exmarido, quizás tan poco se dio cuenta de que desde entonces él comenzó a dar señales de un hombre controlador y manipulador que haría todo lo posible por retenerla.

La alejó de sus amigos, de su trabajo, de ella misma. Pasó de decir «desvencijado, feo, asqueroso, eres un inútil» a la agresión física. Poco a poco lo aceptó, lo vio normal.

¿Lo has hecho? Ella, como muchas otras mujeres, fue víctima de violencia machista. Llegó a un pozo muy profundo y oscuro en un intento de ayudar a su atacante. Pero fue capaz de romper la cadena de violencia que la arrastró durante mucho tiempo, «con fuerza de voluntad y educación», dice Celina. Las consecuencias quedaron marcadas en sus tres hijos. La historia de esta mujer es el frío reflejo de las estadísticas en Panamá, donde cada hora hay 2 casos de violencia intrafamiliar.

La violencia intrafamiliar es un problema que está transformando la sociedad de manera negativa, afectando a todos los miembros de la familia, niños y adolescentes, quienes pueden enfrentar problemas psiquiátricos y sociales que pueden afectar incluso a la pobreza y la delincuencia.

“La sociedad tiene un problema de violencia intrafamiliar, que hay que asumir y que se hace cada vez más visible”, explicó Johana Garay Becerra, socióloga y profesora universitaria, quien recientemente realizó el estudio “La pandemia del covid-19: la realidad de las mujeres «.

José Lasso, sociólogo y catedrático universitario, está convencido de que la violencia que vive la sociedad en su conjunto es consecuencia del flagelo social.

«Hemos generado una cultura de violencia en la que en cierta medida todos nuestros actos, nuestra forma de interactuar con otros seres humanos está impregnada de esto», agregó Lasso.

En Panamá, las denuncias registradas contra el Orden Jurídico de Familia y el Estado Civil están constituidas por violencia intrafamiliar, maltrato a niños y adolescentes, delitos contra la identidad y trata de menores, delitos contra la familia y maltrato a las personas mayores. .

Los datos proporcionados por el Ministerio Público (MP) indican que la violencia intrafamiliar ha aumentado considerablemente entre enero y julio de 2021, cuando se reportaron 10.115 casos, es decir, 1921 más que en el mismo período del año pasado. (ver gráfico). Es decir, un 23% más.

Las mujeres, que son las principales víctimas de la violencia doméstica, están alzando sus voces de alerta. Están perdiendo el miedo y la sumisión al hombre y se atreven a denunciarlos por sus actos violentos. Sin embargo, estas acciones también pueden poner en peligro su propia vida.

“Hay muchos agresores que no quieren que sus mujeres se separen de ellos y recurran al feminicidio”, dijo Garay Becerra. Por este motivo, habrá muchos que sigan en silencio, lo que podría generar un subregistro en las estadísticas.

La violencia contra la mujer, también conocida como violencia de género, es un ciclo que comienza con la luna de miel, la tensión, las agresiones y nuevamente la reconciliación. Las víctimas no son conscientes del laberinto sin salida en el que se encuentran, viven con la esperanza de que la pareja cambie hasta que en casos extremos se llegue a la muerte.

Feminicidios

Los feminicidios han experimentado una tendencia al alza. En los últimos cinco años se han reportado 113 casos. Las muertes violentas de mujeres pasaron de 19 casos en 2016 a 31 en 2020. En este último año hubo 10 casos más que en el año anterior (2019) donde hubo 21 denuncias.

Ni siquiera la pandemia del covid-19 detuvo los feminicidios. Durante el primer semestre de 2020, hubo un aumento del 64% en los casos en comparación con el mismo período del año pasado.

La crueldad de los femicidios también es muy preocupante. Durante la pandemia hubo dos casos que conmocionaron al país. Un joven fue decapitado por su marido y otro apuñalado hasta la muerte por su pareja. Un hombre también intentó quemar vivo a su expareja mientras estaba en un automóvil.

La realidad de las mujeres en medio de la pandemia

La pandemia de covid-19 planteó nuevos desafíos para las mujeres. El 45% estaban desempleados, confinados en sus hogares, para evitar la propagación del nuevo coronavirus, con limitaciones diarias de salidas de dos horas para comprar medicinas y alimentos.

Durante este período, entre abril y junio, las denuncias de violencia doméstica experimentaron una disminución. Pero eso no significa que los casos de violencia de género hayan disminuido. Por el contrario, esto implica que durante ese período existieron una serie de condiciones que imposibilitaron que las víctimas se acercaran a las instituciones para presentar denuncias, explicó Becerra.

Cuando la economía del país comenzó a abrirse y las restricciones de movilidad cedían, las quejas se dispararon. “Muchas mujeres sufrieron porque no tuvieron acceso a las plataformas, a los albergues y tuvieron que aguantar”, dijo la socióloga.

Celina De León mira al cielo, como si tuviera una breve conversación con Dios. “Es hora de sanar y perdonar para no seguir siendo esclavo del que te lastimó”, dijo. Ella no eligió esto, tal vez repitió un patrón familiar. Mira la foto de sus tres hijos en el costado de su computadora y, por un momento, piensa que si antes hubiera dicho No, la vida de sus hijos sería diferente.

Las víctimas de violencia de género necesitan el apoyo de amigos y familiares para empujarlas a denunciar a los agresores y buscar la ayuda adecuada, recomiendan los especialistas.