Niño, Luca Van Assche, “realmente muy pequeño” de tamaño, era «intimidado» contra chicos mucho más grandes y fuertes. Pero eso fue antes. “No hay el mismo desparpajo, ahora sé muy bien que tengo mi oportunidad contra todos”le explicó a Mundo a principios de mayo. Comenzando por el italiano Marco Cecchinato (72ᵉ), semifinalista de Roland-Garros en 2018 -superando en cuartos de final a Novak Djokovic-, a quien enfrenta el lunes 29 de mayo no antes de las 17:00 horas en la cancha n° 14. por participar en el segundo de cuatro torneos de Grand Slam.

Desde la altura de sus 19 años y su 1,78 m, el francés se mete por primera vez en el cuadro grande, que pudo insertar gracias a su clasificación (82ᵉ). Pero ya conoció la gloria en la Porte d’Auteuil: en 2021, ganó entre los juniors a su compatriota y amigo Arthur Fils. Un título que nunca esperó » no requerido «, aunque supiera que era capaz de ello, y que sigue siendo ante todo un “gran recuerdo”. No se trata, sin embargo, de detenerse allí. “Fue solo un paso en mi carrera, asegura el joven jugador. Vivo mucho más alto que un título de Grand Slam en juniors. »

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Más de 250 plazas ganadas en un año

Dos años después, su ADN tenístico sigue siendo el mismo: un juego sin golpes fuertes ni debilidades aparentes, con muy buena cobertura de cancha, construcción meticulosa de puntos, actitud positiva y mente de guerrero. “Creo que he evolucionado bien, porque puedo ser más agresivo y he aportado muchas pequeñas cosas a mi juego para hacerlo más completo., él detalla. También gané mucha madurez al vivir muchas experiencias. »

En 2022, el parisino optó por disputar únicamente torneos Challenger (el circuito secundario) y acabó, tras tres finales perdidas, ganando su primer título en esta categoría a finales de año en Maia, Portugal. Luego, al recibir una invitación, disputó su primer torneo de Grand Slam en el Abierto de Australia 2023 (derrota en primera ronda ante el actual 13ᵉ Cameron Norrie en tres sets, 7-6, 6-0, 6-3) antes de agregar dos nuevos títulos Challenger a su lista en rápida sucesión, en Pau y Sanremo (Italia).

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Esto permite que el pequeño Luca, 350ᵉ del mundo hace un año, entre en el top 100 y juegue en las grandes ligas. “Las cosas van muy rápido, si me hubieran dicho todo eso, no necesariamente lo hubiera creído. Pero mis resultados tampoco me sorprendieron mucho. Creí en ellos y los encuentro bastante lógicos en relación con mi progreso »dice el francés, que ya ha conseguido sus objetivos para el año -ganar de nuevo en el Challenger y estar entre los cien primeros del mundo- y ahora apunta al top 50.

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