Tras la tormenta, después del mediodía los turistas podrán acercarse a la costa. La temperatura llegó tiene 18 grados, pero en lo que queda serán más bajas.

Llovió constante, «parejo», fuerte, prácticamente toda la madrugada, aunque sinviento ni frío, y ese combo fue apenas una complicación, nada más. Entonces salió en busca de distensión, de diversión en la noche marplatense como si nada. «Un poco de agua, no pasa nada, lo único es que perdí el alisado y me afloraron los rulos, jajaja», ironizaba Guadalupe al resguardo de una sombrilla antes de entrar a uno de los boliches de Playa Grande, que funcionaron a pleno el primer día del fin de semana largo de aguacero torrencial.

Igual los restaurantes, en la pujante y apreciable gastronomía local, o las cervecerías de la calle Olavarría, la mayoría con muy buena afluencia. Is the rain, aun con alerta amarilla pronosticada, ninguna modificación de los planos del turismo. Y fue una buena decisión: pasado el mediodía de este viernes no quedó una sola nube, el cielo se limpió y el sol llevó a toda la costa.

No hay estadísticas todavía, pero de a millas arribaron desde la tarde del miércoles para consolidar un fin de semana con ocupación muy buenasegún los primeros probeos de los operadores del sector.

«El plan es disfrutar, caminar, comer algo rico, pasear con los chicos y si se puede hacer alguna compra», sintetizaba Lidia, costurera de Berazategui, al pie la escollera de la Punta Iglesia, a la que se acercó con su familia para apreciar la curiosa postal del mar salpicado de embarcaciones en espera para ingresar el puerto.

En la noche fueron puntos brillantes en el horizonte, ya en la mañana se puede observar por lo menos veinte barcos poteros -los dedicados a pesca de calamar-, en la rada en busca de reabastecimiento para, en pocos días, volver a zarpar rumbo al caladeros. No es habitual ver tantas embarcaciones juntas frente a la ciudad y desde distintos puntos de la costa muchos reflejaron la imagen en las redes sociales.

Hay quienes antes de salir a la ruta no solo observan el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional, que darán precisión sobria velocidad y dirección delviento, también leen que ocurrirá con las olas. Maxi, Diego, fotógrafos, recalaron en casa de un amigo en Chapadmalal con el plan de surfear además longboard en alguna playa del sur.

«No va a estar grande, ideal para long, creo que Serena -al sur del Faro- tendrá buenas condiciones», auguraban previo a inaugurar -como dijeron- «la temporada de las botitas y el 4.3», por el grosor imprescindible del traje de neopreno para soportar la temperatura del mar en otoño, en unos 15°. «Vale la pena», invitar, entusiasmar.

Con la mejora del clima, ya con poco mas de 18 grados pasadas las dos de la tarde, la costa comenzó a poblarse de turistas; de la caminata a la mateada al solcito, en la arena.

La lluvia no complicó a los visitantes pero sí trajo aparejados algunos inconvenientes para los vecinos, en barrios alejados del circuito turístico, como calles anegadas: Cayeron 65 milímetros en 72 horas. “Las precipitaciones dejaron algunos anegamientos circunstanciales en diferentes barrios, pero no generaron evacuaciones, aunque Producen condicionamientos a los vecinos”, explica la zona de defensa civil.

Para el resto del fin de semana, el SMN anuncia cierta inestabilidad para la tarde del sábado, algún chaparrón aislado, y temperaturas que no irán más allá de los 14 grados. Para quienes regresan a casa el domingo, no se prevén lluvias.

Mar del Plata. Correspondiente

PD

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