El joven que a los 12 años viajó como jugador con la Academia del Valencia Club de Fútbol a un torneo internacional en Egipto y volvió tan enfermo que su vida corrió peligro, Alejandroha declarado este viernes como testigo en el juicio contra el que era el máximo responsable de aquella expedición infantil, marcos oteroy el ATS que se desplazó con el equipo, José Jacinto de los Santos. De manera breve, concisa, ya las preguntas del fiscal y su defensa, ha asegurado que fue emplazado a mentir a su familia. “Me decían que dijese a mis padres que estaba bien, porque estaban muy preocupados”.
A este juicio llegan acusados los entonces integrantes del cuerpo técnico del Valencia por delitos de imprudencia profesional grave con resultado de lesiones. Tanto Otero, que ahora se empeña como director Tecnico en el Olímpico de Marsella; As De los Santos, que consta como fisioterapeuta aún en el staff del Valencia, afrontan inhabilitaciones especiales para el desempeño en clubes con menores a cargo. La Fiscalía les pide además indemnizaciones que superan los 181.000 euros entre los daños morales y las lesiones del chaval.
Ocurrió en El Cairo en 2019, como informó este diario, cuando el chico, aquejado por una diarrea, se estuvo dehidratando paulatinamente colgante cuatro días sin que pese a la insistencia de los padres, que fueron tratados de exagerados, se trasladare a un hospital donde será posible tener un médico disponible. Al aterrizar en España al cabo de cuatro días, no era capaz de caminar. Su padre le llevó en volandas al hospital de manises. En cuestión de horas estaba en la UCI pediátrica de La Fe, en estado crítico, con el duodeno perforado, se presume, por el ibuprofeno, que De los Santos el estuvo administrando en El Cairo mientras decía a los padres que era una diarrea sin más .
Este punto era clave en la práctica de prueba. Para la defensa, no hay evidencias más allá de la palabra del chico, pues fue quien refirió en La Fe que le habían dado ibuprofeno. Constan no obstante los whatsapp de Los Santos a los padres en un afán de tranquilizar y en dos días distintos. Les decía que ese era el medicamento que le estaba administrando. Ante el Juez de lo Penal de la Audiencia Nacional sostuvo que «sólo fue una vez, el primer día» porque a los niños no se les suele administrar, «y menos si no comen», ya que «puede provocar una úlcera» el estómago .
Al recordarle el fiscal José Perales que había un mensaje suyo del tercer día mencionando el Ibuprofeno, ambiguéadad: «Si está escrito, será así, pero sólo se lo di un día». Su relato se ha centrado es que en la habitación del chico había “una bolsita con medicación”, blisters of Ibuprofeno y que el dia de la vuelta a Madrid fue a darle un fortasec para que aguantase el viaje y le vio “la lengua rosa” , afirmando así que se acababa de tomar el niño, que tenía 12 años, uno por su cuenta.
Izan, compañero de habitación de Alex en El Cairo, testificó que no vio caja o bolsa de medicación alguna, que la habría visto de estar en la mesilla, como decía de los santos. Los padres, también bajo juramento, han afirmado que no equiparon con medicinas a su hijo. Otero de ese asunto no sabia nada. Su responsabilidad no era lo médico como tampoco “el departamento jurídico o el de comunicación”. No se metía en eso.
Ha asegurado que cuando vio a los padres les ofreció “todas las opciones posibles”, desde llamar a un médico hasta llevar al chico a un hospital o que se lo llevasen de vuelta a España. No recordaba que ellos le hubieran pedido que hiciese nada al respecto, en un relato que choca frontalmente con el de los progenitores, plasmado en el escrito de la Fiscalía. “Si estaban tan desesperados, ¿Cómo es posible que si les ofrecieron ayuda no la aceptasen?”, le ha replicado el fiscal. “Pregúnteles a ellos”, ha zanjado.
“Era una pastilla cada cuatro horas, dijo que ibuprofeno”
“Cuando se iban al torneo a jugar, Pepe me dejaba solo en la habitación y me dejaba la pastilla que tenía que tomar. Creo que era cada cuatro o cinco horas. Me decía que era ibuprofeno. No puntuado ninguna mejoría. Me dieron también Fortasec, me pincharon Primperan (para las náuseas), me dieron Dalsy, que también es ibuprofeno”, ha ido declarando Alex a preguntas del fiscal y el abogado de su familia.
Maria José, su madre, se quebraba en la Sala al recordar aquellos días. Su hijo les había escrito el día 28 diciendo que se encontraba mal y en el entreno vieron cómo se retiraba porque no estaba bien, pero no pudieron verle hasta la noche del 29, cuando el preparador físico les pidió que llevasen suero oral y les dio el número de casa. Al llegar, acompañados por el único otro progenitor de críos del equipo que había viajado a Egipto, la puerta estaba abierta.
“La habitación estaba desordenada, calzoncillos con caca por el suelo, el aire a toda castaña.. y mi hijo… Mi hijo está muy ordenado, así que me llamó tremendamente la atención. Estaba ahí de lado, tumbadito. Cuando via a mi hijo me salí fuera y me tide. Me impactó ver al niño en esta situación de abandono. Un niño de 12 años enfermo, solo”, dijo. De acuerdo con el informe, De los Santos trasladaban todo el tiempo que era “una diarrea del viajero, sin más”. “Yo confiaba en el. Además, pensaba que era médico. Ahí es cuando nuestro dice que es ATS. Confiaba en él pero nos fuimos muy preocupados”, explicó ha.
“Querian tratar a su hijo y los no les abandonaron”
De acuerdo a su relato, “ellos no aceptaron en ningún momento que estaba enfermo” y la situación “se puso muy tensa”. El padre de Alex, de hecho, decidió acudir con la grabadora del móvil encendida una de las veces al hotel. Los audios, aportados al sumario, recogen a una integrante del personal diciéndoles que no tienen nada de lo que preocupa, entre otras cosas. “Surgían amenazas de que habrían repercusiones en Valencia sobre mi hijo y por eso mi marido puso a grabar”, ha señalado. Lo que les pedían, conforme ha declarado, es que se fueron a su hotel y se quedaron allí. «Lo decían constantemente», ha zanjado.
Tax Para el José Perales, que ha elevado a definitivas sus conclusiones, está claro que «los acusados tenian la responsabilidad de hecho sobre el niño, la posición de autoridad» por lo que en su mano estaba que fueron bien atendidos. En su informe final, ha subrayado que sólo basta aplicar «las reglas de la lógica»: hay «un medicamento suministrado al menor cuatro días» que entre «sus consecuencias adversas reconocen que puede producir lesiones gastrointestinales». Y al menor se le perforó el duodeno. “No le dieron uno, como dicen hoy para excluirse, sino que le aplicaron un tratamiento con ibuprofeno”, ha señalado.
Considere que “esa es la imprudencia”, que no fue tratada adecuadamente una fermentación. “Estamos en que casi se mata a un menor, un niño, no se le prescribió el tratamiento adecuado. No era de diarrea del viajero y llevaba 4 días empeorando (…) no son dos coches en un accidente de tráfico. Aquí hay culpa penal porque ha habido esa negligencia inexcusable por parte de los acusados (…) y tiene que ver su señoría cómo se sintió esa madre y ese padre al ver al chico en Manises y la responsabilidad que ellos sintieron porque quisieron tratar al menor y los responsables del club no les abandonaron. Cuatro años después, no pueden hablar de ello sin que se les salten las lágrimas”.