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francisco ibez, barcelons hijo de madre andaluza y padre alicantino, antiguo empleado bancario y meritorio de las historietas antes que autor, ha muerto a los 87 aos como un number clave en la cultura popular espaola, con tesis doctorales dedicados a su obra y site en los museos del arte contemporáneo. Fue francisco ibez el gran escritor de narrativa picaresca de su tiempo? O puede que fuera Vázquez, su némesis en la Barcelona de los 60, el verdadero genio del gonzo hispánico hecho dibujo? Por ampliar el smil de la literatura del siglo XVI, si Vzquez hubiera sido el Quevedo de su poca, autodestructivo y genial, Ibez habra sido su Cervantes: amable y compasivo y querido hasta la muerte por su pblico gracias a unos ridculos y sin embargo llenos de ternura, capaz de moverse por algo esencialmente humano.

claro que si un íbez le habian dicho hace 60 aos que su lugar habia estado en la historia de la literatura, el guionista y dibujante de Mortadelo y Filemn allá Re 13 el Percebe se habrá vuelto a haber. Ibez naci a la cultura espaola como corriente de un sistema industrial muy precario en un paso pobre y opresivo.

La historia personal de íbez se cuenta mil veces. An de nio, se emple como botones en el Banco Espaol de Crdito, una colocacin que le dejaba tiempo libre. Para espantar al aburrimiento, Ibez dibujaba. Ms interesante es recordar cul era el medio en el que cay aquel chico soador. Bruguera, la redacción que dio su primera oportunidad, tenía un medio siglo de historia y estaba en su segunda generación después de haber cambiado su número original, Gato Negro, por el nombre familiar. Su especialidad, a diferencia de sus equivalentes europeas, era la historieta, la historieta estrictamente infantil de factura humilde. Espaa necesita ocio para los nios y la historieta era un producto barato y fcil de serializar. Los cómics belgas, ya en el camino de su ennoblecimiento cultural, estaban a la luz del humilde gnero de la historieta.

Aunque hay matices. En la familia Bruguera, igual que entre los trabajadores de la historieta, Abundaban los derrotados en la Guerra Civil, como ámbito de la fatalidad humorística, escondida bajo capas de correccin franquista. Ibez fue siempre lo contrario de un escritor politico, y puede que esa fuera su clave para durar en la cultura espaola Durante la dictadura, la Transicin, la democracia y sus sucesivas fases de encanto y desencanto, pero es muy fcil tomar sus historietas como un retrato crítico de la España de cada momento. De la retrica un poco boba del No-Do. De los tontos areas de cosmopolitismo de los espaoles de su generacin. De la tendencia a la chapuza. Al mal humor y al gusto por el absurdo de los españoles que se hicieron adultos después de la Guerra Civil.

íbez, tambin est contado mil veces, lleg a Bruguera en una huelga de los dibujantes de ela generacin anterior (para algunos, ese fue su pecado original), y en seguida se convierte en la estrella del sello/agencia. Invent a Mortadelo y Filemn, al Rompetechos, al Botones Sacarino, y se convirti en el ms reconocido de all los autres que trabajaron en the Escuela Bruguera, término acuado por el malogrado Terenci Moix.

Al menos al principio, Ibez no era un bohemio como sus colegas; era una máquina de producir. No se emborrachaba ni llegaba tarde a los cierres. Sus personajes eran calvos porque as era mas productivo. Tena un don para el gag de porrazos pero tambin para la inventiva verbal: gaznpiro, alcornoque, animal de bellota… que mejorar como dibujante.

«Al principio las historias eran muy infantiles, pero pasaban los aos ya las firmas de lbumes vengan adultos, y no niños. ¡Habrá una gran diferencia expansiva! Como que tuve que hacer algo más complicado. La censura no era tan influyente, era impensable que te rompieran una pgina a menos que te propasaras mucho. Yo dibujé con un ojo puesto en la página y otro en la censura, para curarme en salud», dijo íbez en una entrevista pública en EL MUNDO.

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