LLos municipios y las ciudades son actores importantes en las políticas climáticas. A través de sus inversiones, pueden promover la movilidad activa o la revegetación. Por el contrario, pueden perpetuar métodos de desarrollo desfavorables para el clima y la biodiversidad, al continuar con la artificialización de los suelos o al reforzar la dependencia de los modos de transporte basados en el carbono.
Para acelerar las transformaciones urbanas que cada vez son más urgentes, fomentemos la especialización ciudadana en el gasto público de cada comunidad. ¿Cómo actuar frente al cambio climático a nivel de municipios y metrópolis? En la COP27, un CV para tomadores de decisiones en las ciudades de los 6mi informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC)) se publicó.
Este resumen para los formuladores de políticas destaca las acciones prioritarias para que las ciudades contribuyan de manera efectiva y positiva a la adaptación y mitigación del cambio climático. Como era de esperar, estas prioridades son: garantizar el acceso a energía limpia, promover el caminar y andar en bicicleta, mejorar la gestión del agua, crear espacios verdes abiertos y conectados, e incluso bosques, humedales y agricultura en la ciudad.
Diseñar nuevos centros urbanos resilientes
En los informes del IPCC, una ciudad sostenible se define como una ciudad organizada para sus habitantes y no alrededor del automóvil. Brinda a todos un acceso rápido a los servicios de negocios, empleo, salud y entretenimiento a pie, en transporte público o en bicicleta.
Esta visión no se declina de la misma manera según las regiones del mundo: en las ciudades emergentes o de rápido desarrollo de los países del Sur, es posible pensar en nuevos centros urbanos resilientes y adaptados a los desafíos del siglo XXI.mi siglo desde su concepción. Este es un gran desafío ya que se estima que la población urbana crecerá en 2.500 millones de personas en las próximas tres décadascomo señaló el IPCC en su informe de febrero de 2022.
En ciudades ya desarrolladas como la mayoría de las ciudades francesas, las soluciones propuestas por el IPCC incluyen tanto una cierta densificación para hacer accesibles los servicios como una renaturalización de las ciudades para reducir las islas de calor urbanas y promover la biodiversidad.
Deconstruyendo mitos que aún están firmemente anclados
Bien pensado, este enfoque puede transformar nuestras ciudades en lugares favorables para el empleo y los negocios, agradables para vivir, menos contaminados y simplemente más prácticos, como muestra el libro. ¡Arreglemos la ciudad! por la arquitecta Christine Leconte y el urbanista Sylvain Grisot (Apogée, 2022).
Te queda el 58,53% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.