«[…] Las propuestas de CUCO prueban el carácter del Estado […] y convertir esta coalición […] una piedra en el zapato de las élites, que ya no pueden ocultar que tienen una agenda aburguesadora «
Recientemente, se ha desarrollado una especie de diálogo sobre la realización de proyectos de inversión, principalmente en infraestructuras físicas, que forman parte de las necesidades de la gente de Colón. El diálogo se ha establecido entre las «fuerzas vivas» de la provincia -movimiento que incluye a pequeños y medianos propietarios y clases trabajadoras asalariadas- y el Gobierno. Estas fuerzas que han entrado en negociaciones con las autoridades estatales han sido identificadas como la «Coalición de Unidad por Colón», bajo las siglas CUCO.
Este cruce de argumentos e intereses entre entidades de la sociedad civil y política -las autoridades del gobierno centralista- está sustancialmente más cerca de ser un diálogo -aunque aún se está probando- que el nacional llamado “bicentenario”, con todo y su tecnología. plataforma de alta simulación de la democracia.
Este proceso en Colón busca ser democrático, en la medida en que la relación del Gobierno es con las fuerzas que expresan la base de la sociedad y no con entidades que solo se representan a sí mismas o grupos no representativos, como viene sucediendo en diversos escenarios de la sociedad. «Diálogos» organizados para el entretenimiento de las fuerzas involucradas, lo que los ha convertido en meros cuasi-diálogos.
Por otro lado, el CUCO se ha convertido sin saberlo en un escollo para los apetitos de las élites que solo ven meras oportunidades de negocio en los proyectos de inversión del Estado, generalmente dando la espalda a las necesidades de la gente.
Lo vemos con respecto a los trabajos que apoyan, que en varios casos contradice la propuesta de política económica que las élites y sus gobiernos vienen realizando desde hace 40 años, en la otrora “copa de oro”.
Por ejemplo, en lo que respecta a las obras en el centro histórico de la ciudad, hablamos del uso que se le da a los edificios del hospital Manuel Amador Guerrero, cuando se construyen los nuevos fuera del Barrio Norte, así como del uso que se le da al infraestructuras físicas dejadas por la construcción de los nuevos edificios de la escuela Abel Bravo. En el primer caso, el CUCO propone utilizarlo en beneficio público en materia de atención médica, ya sea hospitalaria, ambulatoria o logística de prevención y promoción. En el segundo, convertir las antiguas estructuras físicas de la escuela insignia de la provincia en «la Casa de la Cultura» de Colón, como parte de un proyecto de rescate y consolidación de la identidad colonial para las generaciones actuales y futuras.
En ambos casos, se está considerando la satisfacción de las necesidades reales de la población, en cuanto a la producción de salud y en cuanto a la contribución de la maduración esencial de la cohesión social. Nada que ver con la conversión de sus espacios ocupados en objetos de especulación por parte del capital inmobiliario, que se frota las manos cada vez que un edificio previamente ocupado por la población es retirado o retirado del centro histórico.
En el lenguaje de la Sociología Urbana, parecería que las propuestas del movimiento popular -organizado en el CUCO- se están convirtiendo en una contrafuerza al proceso de GENTRIFICACIÓN impulsado por las élites. Proceso que se refiere al abandono que se realiza en la capacidad que una población habita en un territorio, con la finalidad de que se creen las condiciones favorables para su expulsión sistemática, cuando no violenta, con el propósito de aprovechar sectores sociales y económicos de mayor dimensión. poder .
En realidad, no se suele expulsar a cualquier población, sino a la población de origen social popular; los que provienen de las clases trabajadoras, en interés de grupos de capital que aspiran a convertir el territorio en cuestión en un espacio de valorización de sus capitales, lo que no puede suceder hasta que sus habitantes tradicionales sean expulsados y sus establecimientos no se conviertan. residencial o comercial, en establecimientos para el usufructo de las clases privilegiadas.
Los gobiernos de las últimas cuatro décadas, por tanto, no han hecho más que mostrar su alineación con el interés de las élites económicas dedicadas a la economía de la especulación y el despojo.
En este sentido, las propuestas de CUCO vienen a probar el carácter del Estado – del lado de quién se interesa – y convertir esta coalición de fuerzas populares en una piedra en el zapato de las élites, que ya no pueden ocultar que tienen un gentrificador. agenda.
Sociólogo, profesor de la UP.