Prisma Festival, diez años de encuentros para la danza contemporánea

Prisma, Festival de danza contemporánea de Panamá llega a sus 10 años de existencia, con la gran satisfacción de haber sobrevivido a momentos de incertidumbre.

“Estamos muy orgullosos de estar entre los supervivientes porque no ha sido nada fácil, hemos tenido que adaptarnos, ajustarnos a las circunstancias en cuanto a lo que podemos cubrir”, explica Ximena Eleta, organizadora del festival.

Este año y luego de haber tenido un programa de presentaciones de 10 días, este año el programa se acomoda en 5 días de presentaciones presenciales en una oferta de una semana que incluye actividades académicas y sociales. Sin embargo, han tenido «la fortuna» de poder presentar un programa presencial casi al 100% con empresas de Alemania, Francia, Italia, España y Estados Unidos.

“Nuestra prioridad era mantener la excelencia, que hasta ahora es lo que nos ha caracterizado y hasta ahora es lo que nuestro público, ya sean panameños, latinoamericanos, europeos o asiáticos, espera de nosotros”, dice Eleta.

Diez años de baile

Prisma nació de la motivación de Eleta y su pareja Analida Galindo, dos bailarinas que encontraron una especie de desierto en cuanto a oferta de danza contemporánea. “Tanto entonces como ahora, no ha cambiado, eran básicamente dos empresas establecidas con trabajo constante en la tierra, que son el Ballet Nacional y la empresa que yo dirijo, que es Gramo Danse”, explica la bailaora.

Lo que iba en aumento era el número de proyectos específicos de coreógrafos que organizaban una puesta en escena de su trabajo, invitando a participar a los bailarines. Luego, un coreógrafo crearía una coreografía, invitaría a bailarines conocidos y similares a participar y realizaría una puesta en escena. Sin embargo, tras la crisis económica que sacudió a Europa y Estados Unidos en 2008, el apoyo que los interesados ​​recibieron de las misiones diplomáticas prácticamente desapareció.

En 2010 tanto Galindo como Eleta concluyeron que era necesario establecer un festival ya que era la forma de conocer lo que está pasando en el resto del mundo, tener una motivación a donde ir, conocer ese nivel de excelencia al que se quiere. aspirar.

“Los festivales sirven como encuentros entre coreógrafos y bailarines que se dan cita en un taller de creación o en una clase magistral donde se crean vínculos que los hacen volver más tarde para otras actividades”, explica. Además, facilitan el acceso a fondos internacionales que como bailarines o coreógrafos independientes son más difíciles de acceder. E impregna otras actividades de la actividad cultural del país, a través de programas pedagógicos, talleres de escritura …

“El Estado no lo iba a hacer entonces, ni ahora y le toca a los interesados, que son los bailarines y consumidores de arte y danza, tomar las riendas”, resalta. Eleta y Galindo tenían otra ventaja. “Sentimos que estábamos en una posición privilegiada que nos permitió dedicarle algo de tiempo y esfuerzo, aunque nunca pensamos que iba a ser tanto”, admite. Por otro lado, también tenían contactos muy necesarios con empresas privadas, para tocar puertas y obtener los recursos necesarios para poner en marcha esta empresa.

Eleta reconoce que en estos 10 años la parte de la institucionalidad no ha cambiado mucho. “Seguimos siendo un sector muy vulnerable, muy informal que se mueve de proyecto en proyecto, pero en el camino el festival ha abierto grandes oportunidades.

Otro elemento que ha colaborado en la evolución de esta disciplina es la creación del programa Iberescena Fondo de ayudas al credo de las artes escénicas en 2006 en base a decisiones adoptadas por la Cumbre Iberoamericana y Jefes de Estado y de Gobierno, para la promoción , intercambio e integración de la actividad artística iberoamericana.

“Se ha convertido en un detonante, porque han podido hacer varios proyectos muy interesantes que de otra manera no hubieran tenido fondos. No aportan el 100% pero facilita conseguir el resto ”, indica.

“El festival, el trasfondo y más allá, la integración de la región, que se empieza a sentir cada vez más, ha permitido abrir más intercambios entre países y circuitos. Eso no sucedió hace 10 años y ahora sí ”, dice Eleta.

Todos estos factores hacen que los organizadores de Prisma se sientan muy optimistas sobre el desarrollo de la danza contemporánea en Panamá pero “necesitamos mucho más apoyo del Ministerio de Cultura, de Diplomacia Cultural en la Cancillería, más apoyo estatal. El sector no se va a desarrollar junto a vecinos como Colombia y Costa Rica, menos si el Estado no se involucra más ”, advierte.

Proyección de futuro

Según Eleta, el avance de la danza contemporánea dependerá de una mayor integración regional, por ello, Prisma forma parte de una red de festivales denominada Synergy y a través de esta red se organizan actividades como un encuentro virtual de programadores, evento Synergy. parte del festival Prisma que promueve, además de espectáculos, el intercambio de conocimientos a través de charlas, conversaciones y talleres prácticos.

Estas actividades ya se están realizando entre dos y tres festivales, queremos que se expanda mucho más y que tenga giras interesantes, que recorra más países, por ejemplo, y que se puedan elegir fondos regionales para que se establezcan estas giras. Son ese tipo de alianzas con las que es posible aspirar a fondos internacionales que de otra manera serían mucho más difíciles para una empresa en Latinoamérica ”.

Eleta planea más intercambios en el futuro, “más de esa internacionalización de la danza

y al mismo tiempo, más búsqueda de nuestro propio lenguaje, de nuestra propia identidad dentro de la danza. Y eso se está viendo con las producciones en Panamá, con temas que nos son pertinentes, ya sea por el medio ambiente, nuestra cultura, nuestra historia y nuestra búsqueda de identidad ”, dice. “Todos los artistas, creadores, somos muy conscientes de la necesidad que tenemos de ayudar a esta creación de identidad que tenemos tan atrás; sentimos que somos parte de eso ”, agrega.

Como festival, insiste Eleta, “aspiramos a crecer, a poder ayudar a promover la danza, la creación coreográfica y técnicas relacionadas con estas producciones, como la iluminación, el sonido, etc.; Apoyamos desde nuestro rincón el desarrollo de todas esas áreas dentro de la danza ”.

La pandemia ha representado para la organización, una reducción de los recursos para acercar a las empresas, a hacer llamados a la creación entre los creadores locales. “El covid ha reducido fondos en todas las entidades gubernamentales, creo que de manera exagerada porque en todos los países donde he pedido ha habido fondos competitivos, y los ministerios de cultura se han volcado para ayudar a artistas, peor por alguna razón en En nuestro país no ha sucedido. Creo que se abusa de la excusa y deben defender los intereses del artista más allá de la pandemia ”, dice.

También ha dificultado mucho la organización de esta versión del festival porque el programa tuvo que ser alterado por cancelaciones de algunas empresas que por diversos motivos no pudieron realizar su viaje.

Sin embargo, la pandemia también ha dejado un rastro positivo. “Nos ha dado un sentido de propósito, ha sido una prueba de nuestra capacidad de recuperación, la capacidad de recuperación de nuestra audiencia y una mayor apreciación de lo que ya sabíamos que era un privilegio, que es tener un festival de danza contemporánea en un lugar tan pequeño . como Panamá, con relativamente pocas audiencias y pocos recursos ya pesar de ello, tener artistas que vienen a actuar y dar lo mejor en talleres, clases magistrales y en sus propias presentaciones ”, dice.

También le ha dado al festival nuevas posibilidades de conexión con un público fuera de nuestras fronteras y eso ha despertado mucho más interés por lo que está pasando en Panamá con la danza contemporánea.

“Las nuevas tecnologías llegaron para quedarse, pero la danza, como el teatro, como arte escénico, está hecha para ser presentada en el escenario, es intrínseca a su razón de ser, el intercambio de energías entre el público y el artista es intrínseco a su práctica. Esto solo se logra cuando la presentación se hace presencialmente y por eso estamos tan contentos de poder hacerlo así este año ”, concluye.

Prisma Festival en su décima edición

Programación

Prisma arranca hoy domingo con la muestra final de un taller para jóvenes en riesgo social que trabajan en programas fundacionales de danza y que asistieron a una convocatoria. Este año se registró un récord, se inscribieron 43 jóvenes y se eligieron 12. Están trabajando con la empresa Boca Tuya de Estados Unidos y se presentarán en el patio central de la Cancillería (Entrada libre, se requiere inscripción a través de Event Brite) y el lunes habrá un encuentro virtual con programadores de toda la región. .

Las presentaciones teatrales comienzan el martes 12 con Gizaki y Underneath, obras de la española Laly Ayguadé a las 20:00 horas en el Teatro Nacional.

El miércoles 13 habrá dos presentaciones consecutivas: Migrena 2 x 2 de Yotam Peled (Alemania) y Los perros del barrio colosal de la compañía Boca Tuya, a las 20:00 horas en el Teatro Ateneo de Ciudad del Saber.

El jueves 14 se presentará la Compagnie Massala de France con la obra YËS y la velada se completará con la exposición final del Prisma Lab, un taller de creación para profesionales, dirigido por la coreógrafa Keren Horesh de Israel.

El viernes 15, la compañía española Iron Skulls Co. presentará la obra Sinestesia en el Teatro Ateneo de Ciudad del Saber a las 20:00 horas.

El sábado 16, la obra Apretado, del panameño Dall Asta y un Suárez (evento gratuito para el que hay que reservar), se presentará en el Juzgado Central de la Cancillería a las 4:30 de la tarde. Y, a las 8:00 pm en el Teatro Nacional, el Dúo Nux (Italia) presenta Delicious Overdose y Boca Tuya presenta Sombreristas.

Del 17 al 19 de octubre, Beaver Dam Co, de Suiza presentará la obra Yume de forma virtual, (evento gratuito para el que es necesario registrarse)

Prisma se completa con la presentación en las pantallas de los vagones del Metro de Panamá, doce micro piezas (25 segundos) de más de 100 presentaciones para obras de empresas latinoamericanas que por la situación actual no pudieron presentarse en el festival.

Del 9 al 30 de octubre se presentará la exposición fotográfica «10 años de Prisma en imágenes» en el centro cultural de España, la casa del soldado, y en la Galería Diablo Rosso, del 9 al 16 de octubre los asistentes podrán para apreciar el video baile «Variedades» de la panameña Marlyn Attie.