Todas estas acciones contribuyen a reducir la factura de energía en los hogares, pero algunas ahorran más que otras y el resultado puede ser muy distinto según la situación o el perfil de consumo de cada ciudadano. Para identificar las mejores medidas de ahorro de forma personalizada, EL PAÍS ha diseñado, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IIT) de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid), esta herramienta que estimaba cuánto se podía horrorizar con esta acción a partir de los datos introducidos de un hogar concreto.
Según Roberto Barrella, investigador del IIT, “aunque depende mucho de la ubicación geográfica, por lo general, donde más se puede ahorrar en una vivienda es en la calefacción, y después en la sustitución de electrodomésticos si son antiguos”. In lo que respeta a las medidas que requieren invertir dinero de forma previa, la installation de una bomba de calor, por ejemplo, en un piso de antigüedad y tamaño medio en Bilbao (que supone una inversión media de unos 3.000€) permite un horro en la factura energética anual de 427 eurosel cambio de electrodomésticos (con una inversión estimada en uno 1.210 euros para la compra de frigorífico, lavadora y cocina de inducción más eficientes) supone una reducción de 296 euros al año y la sustitución de ventanas (con una inversión de unos 1.680 euros) logra una bajada de 101 euros al año
En lo que se refiere al transporte, obviamente, el mayor ahorro consigue pasándose a la movilidad activa, es decir, caminar o pedalear encima de una bici. No obstante, existe una gran cantidad de alternativas para reducir el consumo de energía ajustándose a las necesidades de cada uno. Como Manuel Pérez, también investigador del IIT, “en la movilidad cotidiana, algunas de las medidas más efectivas e inmediatas no requieren de inversión, sino de un cambio de hábito”.
Así, por ejemplo, una persona acostumbrada a desplazarse en automóvil de combustión dentro de un mismo municipio puede ahorrar al año 206 euros allá 181 kilos de CO₂ si se compara con tick, mucho más que conducción de forma eficiente (62 euros allá 54 kilos de CO₂) e incluyó más que incluir un automóvil híbrido (123-135 euros allá 65-79 kilos de CO₂).
La información es la primera herramienta contra el clima climático. Suscríbete.
Suscribir
Metodología
Esta herramienta ha sido elaborada por EL PAÍS a partir de los cálculos del IIT de la Universidad Pontificia Comillas.
Los potenciales ahorros calculados para el apartado de vivienda están basados en un modelo de abajo hacia arriba estimar el gasto energético teórico de los hogares españoles en función de sus características, presentado en el Tesis doctoral de Roberto Barrella. En concreto, se desentraña este modelo para evaluar el Gasto Energético Requerido (RENE en sus siglas en inglés) de cada hogar español, es decir, el gasto energético teórico que tengo que abonar para satisfacer sus necesidades energéticas, incluyendo tanto los usos térmicos como los eléctrico. Los primeros usos estiman aplicando el submodelo de Gasto Térmico Requerido, que se basa en el Código Técnico de la Edificación (CTE) y calculó los costos requeridos para la calefacción/refrigeración de espacios y la preparación de agua caliente sanitaria (ACS) teniendo en cuenta características básicas del hogar y de la vivienda, como la zona climática de la localidad de residencia, la antigüedad de la vivienda y su superficie, y el tamaño del hogar. En relación al cálculo de la demanda de climatización, la hipótesis del CTE es la siguiente: (1) se fija una temperatura de confort de referencia de 20 ºC; (2) se supone que el 100% del área de la vivienda está acondicionada, (3) se supone que la vivienda está ocupada 24h/7d. Asimismo, la superficie de la vivienda y la composición de la vivienda son las variables de entrada del submodelo de Gasto Eléctrico Requerido, que estiman los costes anuales de energía doméstica para usos eléctricos, es decir, iluminación, electrodomesticos y cocina. Los resultados de gasto térmico que se presentan en la herramienta son resultados agregados por provincia según la metodología presentada en el estudio ¿El efectivo resuelve la pobreza energética? Evaluación del impacto de los subsidios domésticos para calefacción en España (“¿Resuelve el dinero en metálico la pobreza energética? Evaluación del impacto de las ayudas a la calefacción doméstica en España”, Barrell et al., 2021). Por otro lado, los gastos para “usos eléctricos” están determinados por la versión simplificada del modelo (Barrella et al., 2021). Los ahorros de cada medida (en €/año y en porcentaje) se han calculado respecto al caso base (sin aplicar ninguna medida de eficiencia energética), según la metodología de la tesis doctoral antes mencionada. En el caso de la medida “Apagar la calefacción por la noche”, el resultado se ha ajustado al gasto real de los hogares españoles (Barrella et al., 2022). Para todos estos cálculos se utilizarán los precios de la energía reportados en 2022, incluyendo los costes de electricidad y gas, y las tarifas reguladas (PVPC, TUR).
Los posibles horros económicos y de emisiones calculados por el investigador Manuel Pérez en el apartado de transporte resultante de la comparación de gastos entre la opción elegida por el usuario y las alternativas propuestas. Se ha tomado una demanda de movilidad media en entornos urbanos (dentro del mismo municipio) y entre municipios, basada en los estudios de movilidad cotidiana en España (MIMMA, INE). El coste de este modo de transporte es el resultado de las eficiencias medias de los vehículos de esta tecnología (INGLETE, Odisea-Mure, EEE) y de los precios de los combustibles incluyendo la electricidad (en el mercado regulado), calculado como el medio de su precio Durante los últimos seis meses (MINCOTUR). El precio del transporte público corresponde al precio reducido de los abonos de transporte colectivo (hasta junio de 2023, MIMMA). La emisión de los vehículos particulares viene determinada por los factores de emisión de los combustibles usados (INGLETE, MITECO), y las de los modos públicos, de los datos elaborados por IDEA.
Para la comparación entre las opciones de teletrabajo, uso de coche eléctrico o transporte público, para una persona que normalmente utiliza un automóvil de combustión dentro de un mismo municipio, ha supuesto un trayecto de ida y vuelta de 12 kilómetros y consumo medio del coche electricidad de 0,2 kWh/km, lo que a precios actuales del kWh (0,15 euros) sale a unos 0,03 euros el kilómetro, unos 0,4 euros al día.
Para conocer los consumos y emisiones específicos de su vehículo puede consultar la herramienta de gasto producida por MITECO mi IDEA. Asimismo, para asesorarse sobre nuevos modelos, puede consultar la Guía de Consumos y Emisiones elaborada anualmente por el IDAE.
Participé en la elaboración de este informe: mariano zafra, jacob vicente allá yolanda clemente.
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook allá Gorjeoo apuntarte aqui para recibir boletín semanal