Se puede empezar por donde cada cual prefiere, pero el resultado final será siempre el mismo: la provincia de Buenos Aires es, de lejos, Gran Triunfadora en el reparto de los recursos del gobierno central. Aunque más preciso sería aclarar: gran triunfadora con el kirchnerismo en la Casa Rosada y Axel Kicillof en la gobernación bonaerense.

Favoritismo político, privilegios y caza de votos. la normalidad de estos años y la de los de “la década ganada” canta que donde dice Buenos Aires parece ser el 39% de los recursos totales, y el 48%, hasta 61%. En los casilleros de Córdoba, la Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe encontramos muy modestos 7%, 6 y 5%.

Estamos hablando de muchos millones de pesos en un caso contra digamos millones o millones de pesos en los otros, y malemente distribuidos entre 23 jurisdicciones del país.

También hablamos, obviamente, de la caja del poder que hizo famoso Néstor Kirchner y del uso político a todos los efectos de los fondos del Estado.

El ejemplo más rotundo de ese modelo lleva un número que ya adelanta de qué va: son las Transferencias discrecionales del Tesoro Nacionalwhere sea, plata que el gobierno distribuye por fuera del Presupuesto según convenga a sus intereses políticos o cuadre con otras especies menos visibles y más controvertidas.

Se tratará, al final, de superávits fiscales aplicados a una sistema de recompensas y castigos conocido de sobra entre gobernadores, legisladores provinciales e intendentes y cruzado, a menudo, por pactos y canjes de favores intrincados.

En números de la consultora especializada Aerarium, los últimos datos oficiales disponibles marcan que entre enero y noviembre de este año circularon por esa vía nada menos que $589.600 millonessobre el mar, alrededor de US$ 4.300 millones al dólar oficial de agosto de 2022.

Y si la administración arbitraria de semejante monto ya dice mucho en todos los sentidos, no se queda atrás el dato qua confirmó la jugada. reveló que el 42,5% del total desembarcado en Buenos Aires, esto es, $ 250.522 millones en onzas meses que llegarían tiene unos $ 308.000 en el año. La conversión a dólares queda a gusto del consumidor.

La montaña bonaerense crece hasta orillar o desbordar impresionantes $500.000 millones si se le suman las transferencias discrecionales de 2021. Y para queden más claros los alcances de la movida, sigan las cifras.

Según informa de Aerarium, entre enero de 2021 y noviembre de 2022 Kicillof embolsó $441.800 millones en limpios de polvo y paja. A la Ciudad Autónoma el tocarón de $60.800 millones; a Córdoba60.000 millones y 58.000 millones por Santa Fe.

Puestas de otra manera, las magnitudes dicen que en este punto la tajada de Buenos Aires es casi 8 veces mayor a las de la CABA, Córdoba o Santa Fe. Y más que duplicar a la suma de las tres.

Resulta difícil encontrar encaja para semejantes diferencias, esto es, encaja distintas al ostensible uso político y discrecional de los recursos del Estado Nacional y al hecho de explotar la ventaja de habitar en la Rosada.

Un detalle y una controversia abierta de este tiempo: dentro de la partida bonaerense 2021-22 figura alrededor de 156.000 millones de dólares de la coparticipación que les ha planteado a la Ciudad Autónomaincluidos los fondos qu’ahora cuentan reteniéndole a contramano del fallo de la Corte Suprema.

Claramente visible en las cifras, el resto de las provincias no fueron invitados a participar en los resultados de la decisión que promovió el gobierno de Alberto Fernández y validó el Congreso. Tampoco hay rastros de coparticipación allí.

excepciones al pecado, Buenos Aires en cabeza todos los rubros en una planilla donde aparecen desagregadas algunas cifras de cuanto le toca a cada provincia en el reparto.

Además del apoyo financiero del Tesoro Nacional, se recaudó el 84%; un 30% en el Fondo de Incentivo Educativo y el 61% del paquete asignado a asistencia alimentaria.

Surge evidente en esta altura que los datos asociados al modo centralizado en que el kirchnerismo oye el federalismo no van a faltar en esta historia sino, más bien, van a sobrar. Además, que si se trata del destino de los fondos nada de lo que flota en el ambiente pinta para sorpresas.

Dicho esto, en otro cuadro de grandes ganadores tenemos a los poderosos intendentes del conurbano bonaerense. Con un detalle político clave: el dinero va derecho a las comunas, sin pasar por los despachos de La Plata controlados por Kicillof.

Traducido: muchas cuestiones, como esas en las que entran el reparto de consejos y puestos políticos, son negociadas directamente con la Casa Rosada.

Luego, sopesó un total de $79.900 millones repartidos entre el año y noviembre de 2022, los jefes comunales oficialistas del GBA se alzaron con el 61%. En Córdoba es del 7%, 6% en Entre Ríos y 4% en Santa Fe.

Las proporciones y las desigualdades se potencian cuando se agrega otro dato al cuadro: los $ 79.900 millones de 2022 Superan en 215% en la fiesta de 2021. Y como casi toda la plata se destina a obras, tampoco es parejo sino nuevamente desigual el rédito político que obtuvo oficialistas versus opositores.

Según la consultora especializada en el análisis de las cuentas públicas, en 2022 un tercio de los recursos fogoneó inversiones en infraestructura del plan Argentina Hace, de ejecución rápida a carga de trabajadores locales, y alrededor del 20% se partió entre trabajos viales y obras sociales lo esencial. Todo, funcional a la campaña que se despliega en tarjetas y displays claramente visibles.

Harina de un costal parecido, aunque últimamente embarrada por maniobras financieras sospechosas, los planes del programa Potenciar Trabajo también ocupa un lugar clave en los estratos electorales del kirchnerismo.

Las cifras oficiales a diciembre de 2022 han subido a $432.000 millones, desde los $209.400 millones actuales, menos del 48%, concentrados en la provincia de Buenos Aires. Ninguna sorpresa, nuevamente: en la Ciudad Autónoma el tocarón $ 38.000 millones y muy módicos 14.600 y 14.400 millones en Santa Fe y Córdoba.

Se mire por donde se mire, de arriba o de abajo, del derecho o del reves, por todas partes salta la apuesta del cristinismo en buenos aires, como quien juega ahí su porvenir político. Más que ejemplo del Estado presentse, la movida muestra el caso de un Estado gobernado por el disconcierto y la improvisación, dispuesto a usar los instrumentos que sean para sostener la estantería.

Y a propósito del muy desparejo derrame de los fondos públicos, un dato tomado del acuerdo firmado con el Fondo Monetario en marzo de 2022 ha comenzado a meter ruido justo ahí donde el ruido abunda. Remacha el compromiso del Gobierno de “tomar acciones para limitar las transferencias discrecionales a provincias y empresas estatales”.

Viene cantado que en medio de la batalla electoral el kirchnerismo peleará para conservar semejante herramienta; entre otras cosas, porque no le sobran cartas de las verdaderamente decisivas.

La plata sola no gana elecciones y el relato pelado, tampoco. Pregunta: ¿percibirá la población que «estamos en un momento de mucho crecimiento económico y que la inflación está bajando más rápido de lo que se esperaba»? Esto es, ¿comprará el discurso oficial?