Talento y genio

Hay pensamientos que, al volver a la memoria, rompen todas esas cerraduras oxidadas de las puertas que han estado cerradas por el tiempo, y que de repente se abren sin tener que ser forzadas. En el interior, encontramos vacíos irrompibles que han dejado muchas preguntas sin respuesta. Así que volvemos con ánimos serenos, en momentos menos esperados y nos proponemos repasarlos … así, los colocamos en un orden aproximado para intentar darle una lógica a nuestra forma de pensar y a todos esos huecos en contigüidades.

Eso es lo que me pasó cuando me senté a escribir el artículo que les presento hoy lunes, resultado de un interesante encuentro con mi hija Denisse. Buen comienzo de semana para todos nuestros lectores.

Café Estrella Monday en mi terraza

Esa tarde, un lunes lluvioso en mi terraza de Albrook, sentada junto a Denisse (mi hija) me sometieron a varias preguntas sobre mi último artículo, donde destaco algunos conceptos sobre “ser talentoso y genio”. Sus preguntas me llevaron a repasar algunos conceptos que son parte esencial de una formación académica, además de quebrantar dentro de mí esa perezosa apatía y prestarme a escribir con mayor claridad algunos conceptos que son fundamentales para comprender un mundo artístico cada vez más complejo. Frente al cuestionamiento, como verán, tuve la oportunidad de analizar y dar rienda suelta a mis respuestas.

«¿Cómo se dice que una persona es talentosa o genial?» Me pregunta Denisse. La interpelación resulta muy interesante, porque es directa y concisa en busca de una respuesta clara … eso es lo que ella espera de mí. Me sigue preguntando: «¿Hablas de creatividad, entonces un talento debe ser creativo?» Cuando contesto, abro esos candados oxidados para buscar en mi privacidad las respuestas correctas.

Cuando hablamos de talento, hablamos de las habilidades extraordinarias (innatas) que posee cada individuo. Se desarrollan a través de diferentes inteligencias o habilidades (inteligencias matemáticas, habilidades de comunicación social, habilidades musicales y pictóricas, etc.) que nada tienen que ver con la genialidad.

Esto se debe a que el genio viaja en varios parámetros que podemos enumerar o asociar con logros sin precedentes (que están fuera del marco establecido), creatividad ilimitada, originalidad y universalidad. Por eso podríamos decir que el talento no debe ser original, el genio debe serlo. La percepción que tiene la sociedad del genio es muy cercana a la forma en que captura al ignorante, porque él (el genio) es visto como la persona desconectada de la sociedad o esas personas abrumadoras que nos inquietan por sus posturas exuberantes.

Al terminar esta respuesta, sigo buscando dentro de mis recuerdos profundos, ese lugar donde siempre he sostenido que podemos medir el genio humano en tres parámetros: la grandeza del propósito, la pequeñez de los medios y la inmensidad de los resultados. .. resulta genial!

Aunque mucha literatura sostiene que no existe una definición de genio, tenemos los elementos para estimular el pensamiento a cuestionarnos sobre este difícil tema … y que es educativo.

Está claro que muchas habilidades tienden a exaltar cosas que nos acercan a lo grandioso; como resulta de la misma manera – para el viaje que hace el talento en su carrera, ser una moneda de dos caras: el poder de exaltar su talento (de una manera virtuosa) o el abandono (catastróficamente: la pasarela ha terminado o nunca despegará).

Parnaso, patria simbólica de los artistas

Con motivo del cierre de las celebraciones de la muerte de Dante Alighieri, fuimos invitados por la Embajada de Italia en Panamá, a la Feria del Libro, a leer parte de los versos del Paraíso de ‘La Divina Comedia’. Lo interesante de esa ocasión fue volver a leer el Primer Canto, donde Dante se pregunta sobre su incapacidad para escribir su comedia sin la ayuda del genio… Luego, nos da una lectura que nos encaja en esta búsqueda de respuestas.

Cuando (Dante) comienza a describir su camino hacia su encuentro con lo divino, continuando en su primer canto (tercer canto), invocando la ayuda de Apolo, declara los límites que posee la naturaleza humana y hace referencia al lugar donde las Musas y el dios Apolo. Como saben, el monte Parnaso es la patria simbólica de los artistas (de la literatura y de todas las expresiones creativas del hombre). En la visión de Dante, nos dice que ese (Monte Parnaso) está dividido, por los meridianos del sol en dos partes: en una parte está la fase diurna – bien descrita – donde moran las musas (métricas, versos, rítmicas, etc. ) y forman parte de esos instrumentos que todo talentoso domina. Por otro lado, está el territorio de los Dioses – del Dios Apolo – declarando que existe esa naturaleza que tiene sus bases en la magia de la inspiración y el poder de la imaginación, más allá de lo que la naturaleza humana puede percibir.

Por eso Dante insiste en decirnos la importancia de comprender «la impotencia de la naturaleza humana» de tener el empoderamiento de los instrumentos adquiridos en base a nuestras inteligencias. Que son inútiles si no son llenados por la parte del misterio creativo.

En la práctica, los artistas pueden estar dotados de las mejores técnicas del mundo, pero si no saben sublimar su lado creativo, no sabrán jugar el lado exaltante del genio. Cabe destacar que Dante entiende el genio como un acto de comunión con algo más divino y con una alta presencia espiritual, en su caso la presencia de Dios.

Al responder y explicarle esto a Denisse, vuelve al suelo y me pregunta: “¿Por qué es importante saber esto? ¿Debe un artista ser libre, sin límites? ”. Mi respuesta fue inmediata: “El artista y todos nosotros, necesitamos en nuestra formación intelectual; tenga claro lo que sigue ”:

Educación en busca de la obra maestra

Los principios de algunas formas de enseñanza se basan en dotar al alumno de instrumentos avanzados que le ayudarán a afrontar plenamente el desarrollo de sus habilidades. La parte didáctica debe estar dirigida al empoderamiento de todos aquellos sistemas que facilitan este camino. Un ejemplo: el pintor aprende a conocer sus pinceles, las mezclas de colores, los diferentes soportes de tela o madera, los diferentes estilos pictóricos, utilizando metodologías ya consolidadas a lo largo del tiempo.

Pero son pocas las enseñanzas encaminadas a comprender la otra mitad que compone a un buen artista. Esa parte que nos hace comprender la exaltación del espíritu y el conocimiento profundo de los procesos creativos … esa parte que bien explica Dante y que se guarda en la memoria histórica de la creatividad del hombre.

Esta (creatividad) ha llevado a la realización de muchas obras maestras en todos los campos en las diferentes habilidades que posee el hombre … dentro de estos parámetros cabe la presencia del talento y la exaltación sublime de la presencia del genio.

Reflexión a modo de cierre:

Esa tarde lluviosa del lunes pasado, quedará muy marcada en mi memoria, ya que las palabras se transformaron en pinceladas: Denisse en una mesa trabajando con sus plantas, plantitas con flores, compartiendo el espacio conmigo … Yo, que sigo responder a sus preguntas interesantes, y una infinidad de candados oxidados que se han esparcido por el suelo. Vuelvo la mirada por encima del hombro y veo esas puertas abiertas donde descansan los pensamientos, sin respuestas nunca dadas. Y sonrío porque tengo mucho material para los lectores de los lunes en Café Estrella. Poco a poco os iré escribiendo sobre mis muchas reflexiones gracias a los interrogatorios de mi hija Denisse.