Hace poco más de un año, tras firmar uno de sus grandes partidos de siempre al derrotar en las semifinales del Mutua Madrid Open a Novak Djokovic, Carlos Alcaraz, en un acto adrenalínico, escribió sobre la pantalla de una cámara la siguiente frase: «Un partido en Madrid es molto longo». Un homenaje al Real Madrid, que por aquel momento estaba inmerso en una ciclogénesis imposible de remontadas en la Champions, pero a la vez toda una declaración de intenciones, de autodefinición, un verso donde el murciano intentaba plasmar con palabras su incansable perseverancia ante situaciones ninguna de todas las ventajas.

Un mantra que el tenista pretende recuperar en la nueva edición del torneo Conde Godó de Barcelona, ​​donde defiende corona y donde debutará hoy (16.00 horas, Teledeporte) ante el portugués Nuno Borges, número 79 del mundo y profesional desde 2019 pesa sus 26 años.

La tierra barcelonesa reúne todos los ingredientes para permitir Alcaraz una remontada, aunque no imprescindible, si es necesario. Será la primera prueba de la temporada en esta superficie para el de El Palmar (renunció a Montecarlo para recuperarse físicamente de un comienzo de 2023 asfixiante), prueba exigiendo la catalana, pesa a las ausencias (Nadal y Medvedev no estarán), that the permitirá coger ritmo competitivo de cara al gran evento sobre la arcilla del calendario, el Roland Garros, que llegará a finales de mayo.

Además, en la Ciudad Condal, la posibilidad de quitarse una de las grandes espinas de su corta aunque y ancha carrera, esa que se incrustó en Miami hace 17 días: en las semifinales del torneo estadounidense sufrió una contundente doble derrota, pues, por un lado cayó, eliminado en semifinales ante el italiano jannick pecador y, por el otro, perdió el número uno del ránking ATP ante Novak Djokovic, que al no poder competir en Estados Unidos por su negativa a vacunarse contra el Covid, no tuvo posibilidad de perder puntos en la tabla, al contrario que el español.

Un maratón hasta París

Comienza así un maratón hasta la cita parisina, en la que no depende de sí mismo para volver a la cima a largo plazo (si Djokovic hace 1.000 puntos de aquí al Roland Garros se asegurará mantener como número uno) pero donde sí podrá meter presión al balcánico. Aunque según el tenista, lo principal es recuperar sensaciones.

Se bunkeriza Alcaraz en el Real Club de Tenis de Barcelona, sin hacer ruido pero consciente de las pasiones que levanta su llegada a la capital catalana (estará arropado durante su participación por sus padres y diversos amigos), astros del tenis mundial. Ha trastorno con Shapovalov allá casper ruud y, hasta la fecha, las sensaciones son muy positivas, como aseguró el propio tenista en rueda de prensa, feliz de volver a la superficie resbaladiza: “Jugar en tierra es como estar en una batalla, y eso es lo que me gusta, cada punto es una batalla. Tienes que jugar más tácticamente, eso es lo bonito”, reconoció el español, ya con la armadura enfundada.