Exterior de la sede de Banco Santander, en Boadilla del Monte (Madrid).Reuters

Banco Santander va camino de fijar otro récord de beneficios en el ejercicio 2023. La entidad ganó 8.143 millones de euros hasta final de septiembre, un 11,3% más que en el mismo periodo del año anterior y su mayor cifra en unos primeros nueve meses del año, según ha comunicado este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Los números del grupo siguen al alza gracias al impulso de las subidas de tipos de interés del BCE, que compensa el peor comportamiento del banco en grandes mercados como Brasil y Estados Unidos. Y el impacto del pago de la tasa temporal en España (224 millones) se diluye ante el repunte de las ganancias en lo que va de año. Así, si no se tuerce el último trimestre, queda en posición de batir por primera vez los 10.000 millones de euros de beneficios en un ejercicio.

El nuevo precio del dinero en el Viejo Continente ha disparado el margen de intereses del grupo hasta los 32.139 millones, un 12,9% más. Si se mira solo el negocio en Europa, este guarismo ha crecido un 31%. Las comisiones netas se incrementaron de forma más tímida, un 4%, hasta los 9.222 millones. Estas son las dos partidas con las que el Gobierno calcula el importe que debe abonar cada banco por el impuesto extraordinario al sector, un 4,8% sobre lo cosechado por la actividad en España. De hecho, PSOE y Sumar han acordado este martes revisar este gravamen para mantenerlo más allá de 2024. Hasta septiembre, Santander se ha anotado en el país 4.903 millones en el margen de intereses (+56,4% entre enero y septiembre) y 2.047 millones en comisiones netas (-5,7%).

“Hemos logrado otro trimestre récord, con un aumento del beneficio por acción del 17% y un retorno sobre el capital tangible del 14,8%. Tenemos nueve millones de nuevos clientes [en total cuenta con 166 millones en todo el mundo], los ingresos crecen al 13% y avanzamos en la simplificación de nuestros negocios. La decisión de adaptar el modelo operativo de las actividades de banca minorista y comercial y de consumo a nuestra estrategia es un paso decisivo para aprovechar aún más la fortaleza de nuestra red global para dar mejor servicio a nuestros clientes e incrementar la creación de valor para los accionistas”, destaca Ana Botín, presidenta de la entidad, en un comunicado.

De esta forma, el sector financiero se mantiene en la cresta de la ola tras dejar atrás la era de tipos cero o negativos en Europa. Los bancos precisan de unos 12 meses para actualizar al nuevo nivel del euríbor el total de su cartera de préstamos —las hipotecas variables, por ejemplo, están referenciadas a ese índice y se revisan habitualmente una vez al año—. Por ello, la cuenta de resultados sigue acelerando porque queda crédito por actualizar (los tipos escalaron al 4,5% en septiembre), especialmente en España. Según fuentes del sector, todavía restan varios trimestres de alzas de ingresos, aunque ya de menor intensidad y con la presión de la posible alza del coste de los depósitos.

Europa, motor del grupo

No ocurre lo mismo en otros mercados que hasta ahora habían sido el motor del grupo: Brasil y Estados Unidos. Según los beneficios generados en cada geografía (sin incluir el centro corporativo), en Europa se cosecha el 45% del total de las ganancias, muy por encima de lo que aporta Sudamérica el 25% y Norteamérica el 21%. Un vuelco en la importancia por regiones si se compara con el ejercicio pasado. “El fuerte crecimiento en Europa durante los primeros nueve meses del año compensó con creces el incremento de las provisiones en Norteamérica y Sudamérica”, explica la entidad en una nota.

Por países, Santander se anotó en España 1.854 millones de euros de beneficios, un 68% más que en el mismo periodo de 2022. Le sigue Brasil, con 1.426 millones de ganancias aportadas, aunque esto supone en su caso un retroceso del 30%. Y en el tercer escalón queda el Reino Unido, que también creció: 1.243 millones, un 9% (un 12% más si se mira en euros constantes, sin tener en cuenta el efecto divisa). Después aparece México, que sí aguanta el tirón europeo y aumenta ganancias en un 33% (19% en euros constantes), hasta los 1.163 millones. Estados Unidos, que en 2021 fue el principal mercado para Banco Santander, se sitúa ahora en la quinta plaza con unos beneficios de 865 millones, un 42% menos.

Por el lado de los gastos de explotación, la inflación y los acuerdos en distintos países para elevar el sueldo de la plantilla han provocado un incremento de esta partida del 7,8%, hasta los 18.961 millones. Un encarecimiento importante, aunque por debajo del crecimiento de los ingresos que permiten compensar ese repunte. Así, los márgenes del negocio recurrente bancario suben a doble dígito: el margen bruto aumentó un 11,1% hasta los 42.871 millones de euros.

Con estos números, la ratio de eficiencia del grupo que preside Ana Botín se situó en el 44% (cuanto más baja, mejor), un punto y medio más baja que hace un año. Los expertos consideran que un banco empieza a ser eficiente cuando este indicador está por debajo del 50%. En cuanto a la rentabilidad, el retorno sobre el capital tangible (ROTE) mejoró a cierre de septiembre al 14,83%, 126 puntos básicos por encima del dato de septiembre del año pasado, pero todavía algo por debajo del objetivo marcado para los próximos tres años (entre el 15% y el 17%). Y la ratio de capital CET1 fully loaded, el de máxima calidad, escaló hasta el 12,3%, en línea con la meta fijada por el banco de superar el 12%.

Sobre la calidad de los activos, las familias endeudadas a tipo variable con ahorros han destinado una parte a la amortización de préstamos para contener la subida de los costes financieros en los últimos trimestres. “Los clientes siguieron utilizando en el trimestre el exceso de depósitos para amortizar deuda, especialmente hipotecas”, apunta la entidad en su comunicado. Un efecto que el sector vislumbra su desaceleración porque ese colchón se agota ante los repagos anticipados realizados y por la presión de la inflación. Eso sí, por el momento se contienen los impagos en España en niveles históricamente bajos: 3,56% a cierre de agosto, según el Banco de España, muy lejos del 13,62% anotado durante la Gran Recesión, en diciembre de 2013. En el caso de Santander, la tasa de morosidad se situó en el tercer trimestre en el 3,13% (en España quedó en el 3,06%).

Las entidades, así como los supervisores, monitorizan la tasa de impagos desde hace un año ante el temor de un repunte de las insolvencias. De hecho, el sector financiero pactó a finales del año pasado con el Gobierno la ampliación del Código de Buenas Prácticas para proteger a las familias en apuros. El grupo que preside Ana Botín sitúa la ratio de cobertura para esos créditos morosos en el 68%. Mientras que las dotaciones aumentaron un 21% en términos interanuales, “un incremento previsto tras el aumento de los tipos de interés y la inflación, la normalización en Estados Unidos y la mayor cobertura de la cartera hipotecaria en francos suizos en Polonia”, explica el banco.

Por otra parte, los recursos totales de la clientela subieron a nivel grupo un 5,1%, hasta los casi 1,29 billones. Mientras que los préstamos bajaron un 2,7% (1,04 billones). “Los clientes siguieron utilizando en el trimestre el exceso de depósitos para amortizar deuda, especialmente hipotecas. Por esta razón, así como por una disminución de la demanda en algunos mercados debido al incremento de los tipos de interés, el volumen de préstamos totales cayó un 2%, aunque la financiación al consumo creció un 7%”, zanja Banco Santander.

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