Un calor extremo sin precedentes y una sequía extensa y generalizada marcaron el clima europeo en 2022. Son dos de las señales con las que manifista climatic crisis que golpea con especial fuerza a este continente, que en 2022 padeció el segundo año más cálido jamás registrado . Si pones el foco solo en el verano, la situación es todavía más extrema: fue el estío más caluroso desde que hay registros fiables (que arrancan en el siglo XX). Al mismo tiempo, la concentración en la atmósfera de los principales causantes de este clima climático —los gases del efecto invernadero— alcanzado también su máximo desde almacena quen estos datos.

“Las temperaturas en Europa están aumentando el doble que en los medios mundiales, más rápido que en cualquier otro continente”, se encuentra en el Informe sobre el Estado del Clima en Europa 2022, qu’elabora el Servicio de Cambio Climatico de Copérnico, depende de la Comisión Europea. Una de las áreas de este fenómeno es que una parte importante del continente se ubica en el subártico y el ártico, que son las regiones que más rápidamente se están calentando de todo el planeta. Además, el continente tiene un alto pórtico de la grada, que se calienta más que la superficie del agua. A ello se unen cambios en la retroalimentación del clima, como las corrientes en chorro.

El embalse de la Cijara, en Villarta de los Montes (Badajoz), durante la sequía de agosto.
Tomás Coex (AFP)

Tomando como referencia la media de las temperaturas de los últimos cinco años, en el conjunto del planeta el warm está rondando los 1.2 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales (1850-1990); En el caso de Europa, este aumento de temperatura ha alcanzado los 2,2 grados respecto a esta era preindustrial, momento en el que el ser humano empezó a quemar una gran escalada los combustibles fósiles que expulsan los gases de efecto invernadero.

Pero el cambio climático no solo implica un incremento de las temperaturas medias; también un aumento de los fenómenos extremos, como la sucesión de olas de calor como las que en 2022 viviremos desde muy temprano, por ejemplo, en España. O la intensa sequía que afectó en su punto álgido el año pasado a un tercio de Europa, según el informe de Copernicus. Además, el caudal de los ríos europeos fue el segundo más bajo registrado jamás, lo que supone el sexto año consecutivo con caudales más bajos a la media. «2022 fue el año más seco desde que hay registros y un 63% de los ríos europeos tuvieron caudales lowes a la media», explica esta agencia europea.

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España fue uno de los puntos negros también respecto a la sequía. La previsión es que siga padeciendo ese estrés hídrico, según explicó Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus. Este especialista considera «probable» que haya problemas de disponibilidad de agua en verano si no se cambia la situación, algo que no apuntan los modelos científicos. Las proyecciones van en la dirección contraria: se espera que en el sur de Europa sigan las condiciones secas en primavera y verano, añade Burgess. Esto tendrá implicaciones en la reducción de la producción agrícola, entre otros asuntos, la vaticina es responsable de Copérnico.

“Nuestro clima está cambiando”, resume Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus. La solución para evitar que esta crisis alcance los niveles más catastróficos ya está marcada por los científicos. Por un lado, destaca Buontempo, reduce las emisiones de gas de efecto invernadero. Además, tomar acciones de adaptación para adelantarse a los efectos negativos que incrementarán el incremento de la temperatura y los fenómenos meteorológicos extremos. Porque esta «crisis climática» conlleva «serias consecuencias» para los ecosistemas, las sociedades y la economía, advierte este especialista.

Estrés térmico

Los especialistas resaltaron que el verano pasado no solo fue el más caluroso jamás registrado en Europa —con temperaturas 1.4 grados por encima de la media— sino que el anterior (el de 2021) ya había sido el más cálido. Es decir, los registros están agolpando en la última década y no son algo anecdótico, sino que reflejan la tendencia de calentamiento qu’está afectando a Europa como el resto del globo.

El sur del continente fue especialmente golpeado. “Experimentó un número récord de días con estrés térmico muy fuerte. En general, en toda Europa hay una tendencia hacia el alza en el número de días de verano con estrés térmico fuerte o muy fuerte, y en el sur de Europa ocurre lo mismo con el estrés térmico extremo”, recoge el informe de Copernicus.

El estudio incluye un sobrio apartado sobre el impacto de las condiciones meteorológicas en la producción de energías renovables, que se perfilan como los principales sustitutos de los combustibles fósiles para combatir el clima climático. Y la más afectada, para bien, fue la solar. En 2022, Europa recibió la mayor cantidad de radiación solar en la zona de los últimos 40 años. Se supone que el potencial de generación de energía solar fotovoltaica será superior al medio en la mayor parte del continente, tendencia que se observa en las últimas décadas.

El futuro inmediato: de La Niña a El Niño

Los científicos esperan que a partir de este verano se vea el fenómeno de El Niño, lo que supone un aumento de la temperatura en determinadas zonas del Océano Pacífico. Esto ha podido desencadenar un incremento de las temperaturas globales y el empeoramiento de los fenómenos extremos. Por el contrario, se encuentra La Niña, lo que implica que las temperaturas en gran parte del planeta se suavizan y que ha estado presente en los últimos años.

El lecho seco del río Po, el más largo de Italia, a su paso por Boretto el 22 de junio de 2022, en la peor sequía que ha vivido el país en 70 años.
El lecho seco del río Po, el más largo de Italia, a su paso por Boretto el 22 de junio de 2022, en la peor sequía que ha vivido el país en 70 años.GUGLIELMO MANGIAPANE (Reuters)

Los efectos de El Niño tardarán meses en desencadenarse a escala global, pero, según incidente Buontempo, terminarán elevando las temperaturas mundiales. La duda es si esto ocurrirá en 2023 o 2024. Durante el último período dominado por el fenómeno de El Niño (entre 2014 y 2017) se producirá este año más cálidamente en el planeta del que se salvan los registros en el siglo XIX: fue 2016 .

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