‘Mi mensaje es ir a los conciertos y apoyar a tu propia gente’

Con un compromiso con el desarrollo social y cultural del país, se concibió el Festival Internacional Alfredo De Saint Malo, importante plataforma de la música clásica que se realiza en Panamá desde 2007.

El violinista Luis Casal explicó que el deseo de su hermano Isaac Casal, fundador del festival, era que sus amigos tuvieran la misma oportunidad cultural que él tuvo compartiendo espacios con artistas nacionales e internacionales y aprendiendo unos de otros.

“El Festival Alfredo De Saint Malo se creó con ese afán de brindar oportunidades, enriquecer a los músicos y ayudarlos a crecer”, agregó el violinista.

En su versión XV, que tendrá lugar del 1 al 12 de septiembre de 2021, el festival rinde homenaje a los reconocidos pianistas Jaime y Nelly Ingram. Evidentemente, para esta edición, los pianistas tendrán un espacio central. Pero también violinistas, boleritas, juglares de música folclórica y rockeros sinfónicos, entre otros espectáculos.

El festival ofrece a los jóvenes y artistas panameños un espacio para su formación y desarrollo profesional a través de un programa académico.

“Muchos de los estudiantes panameños conocieron a sus maestros en el festival. Decidieron darles una oportunidad y se los llevaron a Estados Unidos ”, concluyó Cas al.

¿Cómo surgió la idea de crear la plataforma internacional de música clásica?

El fundador es mi hermano (Isaac Casal). Viajó mucho con la Orquesta de Las Américas, que es quizás el festival juvenil más importante de América Latina. Creo que han existido durante 16 años, tal vez un poco más. Mi hermano estaba en segundo año y fue el primer panameño en asistir al evento. Viajó a muchas partes del mundo y ganó toneladas de premios internacionales como embajador de la música clásica; vio un entorno de riquezas (culturales). Y me dijo, a los 23 años, que quería darles a sus amigos la misma oportunidad que él estaba teniendo. Entonces decidió crear un festival similar a los que había asistido, con la participación de artistas nacionales e internacionales. Con músicos extranjeros buscaba una convivencia con los nacionales para atraer estudiantes y motivarlos a incursionar en la música. El Festival Alfredo De Saint Malo nace con ese afán de brindar oportunidades, enriquecer a los músicos y ayudarlos a crecer.

El festival lleva el nombre del violinista Alfredo De Saint Malo, uno, si no el más importante de Panamá.

Es el violinista más prestigioso de nuestro país. Fue director del Conservatorio Nacional en la década de 1950. Es un violista muy famoso, pero parece que no es muy conocido aquí. En los 80 fue la eminencia.

La XV versión del Festival Alfredo De Saint Malo es un homenaje a Nelly y Jaime Ingram.

Si. Son los pianistas más reconocidos de Panamá, por eso les dedicamos el festival. Jaime estudió en Juilliard School. Tiene 93 años, pero su labor tanto como pianista como como diplomático es eminente, es uno de los pianistas y concertistas más relevantes de la música contemporánea.

Él y su esposa, de origen brasileño, se establecieron en Panamá. Ambos son los mejores pianistas de nuestra nación y merecen ser honrados. Casi siempre reconocemos figuras que han fallecido, pero era oportuno hacérselo a alguien que está con nosotros.

Este año, ¿cuál es la propuesta?

Es música académica, clásica, sinfónica, orquestal, conservatorio. Eso implica música de coro, de cámara y obviamente de todos los compositores que hemos heredado de Europa. Y, de Latinoamérica, donde tenemos muchos que sobresalieron.

En cada festival intentamos reconciliarnos con las artes. Y no solo reconciliación, sino atracción. Hay festivales que han incorporado pintura, es decir, exposiciones en la inauguración de conciertos. Este año vamos a tener más mezclas porque la pandemia lo provoca. Luego va a ver ballet clásico, rock sinfónico … También hay música folclórica. Pero los juglares que van a tocar lo han concebido como un concierto. Para ellos es nuestra música nacional y quieren que se escuche, que se le preste atención.

Evidentemente, el piano se destaca porque el homenaje es a dos pianistas. Los Ingrams fundaron el concurso internacional de piano de Panamá, con un sentido similar, atrayendo a muchos pianistas de diferentes partes del mundo para competir. Sin duda, la figura principal del festival de este año es el piano.

¿Cómo enganchar a los jóvenes para que formen parte del evento?

En realidad, todo está dedicado a los jóvenes, principalmente. Lo que queremos es que los jóvenes vayan a conciertos o papás. El festival es una rama de la Funsincopa (Fundación Sinfonía Concertante de Panamá), creadores del Festival Alfredo De Saint Malo. La fundación cuenta con el programa filarmónico juvenil cuyo objetivo es acercar la música a los jóvenes de escasos recursos. De hecho, hay muchas personas que visualizan la música clásica como elitista y de difícil acceso. Pero cada vez es más accesible y el festival está dedicado solo para que todos puedan participar.

¿Qué oportunidades hay para ellos?

“Entonces hay una fila de estudiantes que son fruto del festival, que fueron a estudiar porque alguien los escuchó y los invitó a estudiar en el extranjero. Esto está dando sus frutos «

El festival va de la mano de un programa académico que ofrece clases para jóvenes. Se modifica por la pandemia, pero casi siempre participan jóvenes.

Funsincopa tiene su programa anual para enseñar a los jóvenes y ellos también participan en el festival. El programa está abierto a nivel internacional porque esa es la riqueza del aprendizaje, poder ver y aprender de los demás. Ahí es donde se pone más competitivo, pero nos aseguramos de reservar espacio para los muchachos locales.

¿Qué frutos ha producido la fiesta?

El genio en esto es mi hermano. Ha traído a muchos artistas internacionales. Y eso me ha beneficiado. Más tarde, los encuentro en Nueva York, juego con ellos. Muchos de los estudiantes panameños conocieron a sus maestros en el festival. Decidieron darles una oportunidad y se los llevaron a Estados Unidos. Entonces hay una fila de estudiantes que son fruto del festival, que fueron a estudiar porque alguien los escuchó y los invitó a estudiar en el extranjero. Esto está dando sus frutos.

¿Qué expectativas tienes para este año?

Lo que estamos haciendo es un regalo para Panamá, estamos pensando en los Ingram. Me entristece que no mucha gente sepa quiénes son Alfredo De Saint Malo y Roque Cordero, quien es el compositor más importante de Panamá, fallecido en 2008. Y estos son nombres que se conocen internacionalmente. Este festival es muy significativo porque podemos honrar a los Ingram, hoy, ahora. Fueron nuestros embajadores culturales. El objetivo es que Jaime Y Nelly Ingram sean felices.

Los conciertos estarán disponibles online, pero también habrá aforo limitado, ¿correcto?

Hay entrada limitada, pero hay público. Eso es lo más hermoso que he escuchado hoy. Nada reemplaza la música en vivo. Tuve que dar recitales en línea para recaudar fondos solo para el conservatorio, sin nadie que te aplaudara. Bueno te aplauden, pero no te ven. La pandemia ha sido así.

¿Qué crees que se debería hacer para abrir más espacio a los músicos nacionales?

Hay una cosa importante que hay que hacer y no es solo la formación de los músicos, sino también la del público. Pero creas la audiencia casualmente con más conciertos, pero si nadie los patrocina, entonces es muy difícil.

Me voy a otro país y escuchan salsa, música folclórica y música clásica. Eso es parte de su cultura. Pero aquí no escuchas música clásica.

Doy conciertos y casi siempre digo lo mismo: la gente que va es la que sabe de este tipo de música.

Aprovecha el espacio para invitar a la sociedad al festival.

Trate de ver tantos conciertos como pueda. Cada día es un artista diferente. Cada día es una propuesta musical diferente y cuenta con artistas panameños que necesitan ser escuchados. Son personas profesionales que practican en casa. Hay artistas nacionales e internacionales. Si pueden ir a verlos en persona, mejor aún, porque no solo no se arrepentirán sino que darán mucha felicidad a los músicos. Hay que apoyar a los artistas nacionales. Eso es lo que quiere mi hermano, que apoyen a su gente, que los conozcan porque son los músicos tremendos que tenemos nosotros, pero obviamente no están en el nicho del oficio. Mi mensaje es ir a los conciertos y apoyar a tu propia gente.

Ahora quiero que los lectores sepan un poco sobre ti, sobre el músico.

Nuestra vida artística está dividida, como Danilo Pérez. Tienes tu carrera y le das a tu país. Tenemos nuestra carrera. Vivo en Nueva York, mi carrera está ahí, pero vengo al festival como participante. Toco el violín y la viola, eso es lo que hago. Pero también enseño en unos cinco conservatorios. En la pandemia es lo que más he hecho porque el mundo del espectáculo murió.

¿Por qué se fue a Nueva York, no había campo de trabajo en Panamá?

Lleva 29 años en Estados Unidos.

¿Es casi la mitad de tu vida?

Fui a estudiar porque en Panamá, en los 80, no había título en violín. Gané una beca y fui a estudiar. Poco a poco hice dos maestrías en violín y viola. Luego hice un diploma especial. Y luego hice un doctorado en viola. Y luego trabajé en Texas. Por motivos sentimentales, amor, me fui a vivir a Nueva York y me quedé.