Dolor asociado al placer como sinónimo de erotismo

La búsqueda del placer y la cercanía son una constante a la hora de la intimidad en pareja. Sin embargo, muchas veces para lograrlos es necesario iniciar la creatividad, con el fin de romper la monotonía. Según los expertos, una de las prácticas íntimas de las que rara vez se habla son las nalgadas ligeras durante el sexo o las nalgadas.

«Este comportamiento que solía ser un castigo para los niños se practica desde hace años en la cama de muchas parejas como una forma de sentir placer o llegar al clímax», respondió Eliécer Pérez Rivera, psicólogo y psicoterapeuta de parejas, a La Estrella de Panamá. .

Según Pérez, en las mujeres recibir una paliza provoca que el cerebro libere la hormona de la felicidad (serotonina) en lugar de sentir dolor, provocando también excitación en los hombres y elevando su frecuencia cardíaca, lo que estimula el flujo sanguíneo y facilita la erección.

El especialista señaló que una vez que se activa la serotonina, libera otros neurotransmisores como la dopamina, un químico que regula el placer en el cerebro, además de oxitocina y adrenalina para aumentar el nivel de excitación.

Por otro lado, según el psicólogo, durante el coito, existen numerosas conexiones sensoriales con el objetivo de producir placer. El cerebro libera endorfinas y cortisol, sustancias químicas con efectos relajantes y analgésicos, y para que produzcan más, puede ser útil un ligero golpeteo.

“Las nalgas son una de las zonas más eróticas del cuerpo de una mujer. Estar en el borde de la columna vertebral está poblado de receptores nerviosos, lo que la convierte en una zona muy sensible, por lo que una palmadita provoca que la persona se sienta excitada ”, explicó.

En el contexto de la sexualidad, las nalgadas están asociadas a un factor cultural y forman parte de las fantasías sexuales, por lo que termina siendo un juego erótico. «Recibir una palmada hace que una mujer se sienta sexy y traviesa», dijo.

Comunicación en la pareja

Según Pérez, antes de iniciar esta práctica, la pareja debe tener una buena comunicación para poder dialogar sobre esta y cualquier otra curiosidad sexual; porque cuanto más se comunican, más fuerza hay en la relación.

“Recordemos que para algunas personas azotar es sinónimo de castigo, así que si no lo sabes, tienes que explicarle a tu pareja que esta vez es erotismo, y puede que lo consideres emocionante”, explicó.

“La intensidad de los azotes puede variar según el nivel de excitación de la persona. Esto se puede combinar con caricias, besos, mordiscos y una buena comunicación directa con la pareja para descubrir qué es lo que más disfruta ”.
JUAN CARLOS ACOSTA
SEXÓLOGO CLÍNICO.

Juan Carlos Acosta, sexólogo clínico, quien también mencionó en su cuenta de Instagram que las nalgadas no solo generan un efecto estimulante en las mujeres sino también en los hombres, por lo que recomendó ejecutarlas desde la zona del centro de la palma, con los dedos. unido, pero sin aplicar mucha fuerza.

“La intensidad de los azotes puede variar según el nivel de excitación de la persona. Esto se puede combinar con caricias, besos, mordiscos y una buena comunicación directa con la pareja para averiguar qué es lo que más disfruta ”, dijo Acosta.

También recomendó realizar previamente un pequeño masaje en la zona que aumentará el disfrute y la generación de placer.

Según Actosta, los juegos previos antes de la penetración son muy importantes, ya que esto ayuda a las mujeres a lubricarse y excitarse.

“En el juego previo hay besos, abrazos, caricias, miradas y cualquier cosa que encienda la chispa del deseo sexual. Hay varios estudios que revelan que una mujer alcanza el orgasmo más rápido cuando el juego previo es más largo. Este orgasmo será de mayor duración e intensidad ”, detalló el sexólogo en su relato.

Lo que dice la ciencia

El placer de recibir golpes en las nalgas está directamente relacionado con la ciencia del dolor, según un estudio realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Oslo, Noruega.

La investigación estableció que en niveles moderados esto puede ser agradable, especialmente cuando ocurre en un nivel más bajo de lo esperado. Las nalgadas (azotes o castigos corporales) se disfrutan porque, al sentir malestar, el cerebro envía una carga de endorfinas o ‘drogas naturales’ -neurotransmisores con efecto similar a los opiáceos por su efecto analgésico y su sensación de bienestar- para calmar el dolor; Asimismo, el golpe aumenta el flujo sanguíneo, lo que aumenta la sensibilidad y la excitación, según una nota publicada por la cadena de televisión Univisión.

Azotar es el acto de golpear las nalgas con la mano o con un objeto como preámbulo durante las relaciones sexuales o como un juego espontáneo de pareja. Aunque generalmente se piensa en el hombre como el azotador (quien da el azote) y la mujer como el azote (quien lo recibe), los roles pueden invertirse: él recibe, ella da. La dinámica es similar en parejas del mismo sexo, menciona la misma publicación de la cadena estadounidense.

Según una reseña de Salud 180, un sitio digital especializado en estilos de vida saludables, la confianza es la base de las nalgadas. Si no hay confianza mutua, es muy poco probable que la pareja se deje seducir por esta propuesta.

Sin embargo, no todas las personas que practican las nalgadas asumen personajes ficticios, porque no se sienten cómodos interpretando un personaje, por lo que prefieren asumir el juego desde su propia personalidad.