La cumbre de la llamada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que preside Alberto Fernández en Buenos Aires el martes 24, cobró nuevos aires tras la asunción de Lula da Silva, su aliado, el pasado 1 de enero.

El encuentro, en el que hay esperanza para unos veinte líderes de los 33 países que integran este foro, da en medio del violento asalto de los bolsonaristas a los edificios de los tres poderes de Brasil.

Para el caso, Santiago Cafiero difundió el jueves su encuentro con el embajador de Brasil, Reinaldo José de Almeida Salgado, quien pronto será deplazado por otro jefe de embajada que apunte Lula. Embajador de Jair Bolsonaro, Almeida debe entrar en el mapa de Cafiero en el que se confirma el retroceso de Brasil en la CELAC, de donde se había el ahora ex presidente.

Pero el foco de atención ahora es la eventual visita a la Argentina de Nicolás Maduro. El venezolano sigue sin confirmarla. Había hecho lo mismo por la asunción de Lula da Silva, el 1 de enero y al final canceló.

El cubano Miguel Díaz Canel ha hecho saber que viene y el dictador nicaragüense, Daniel Ortega, volará a Buenos Aires, ha podido vacilar, Denis Moncada.

Los movimientos previos de Maduro están siempre rodeados de misterio y polémica. Y por si ello fuera poco, desde 2020 lo persigue por el mundo una oferta de rescate de 15 millones de dólares para quien lo entregue a la justicia de Estados Unidosdonde lo acusan de encabezar, junto a otros jerarcas del chavismo, una red de corrupción y narcoterrorismo.




La millonaria premia la detención de Maduro que ofrece desde los Estados Unidos

Hace una década que Cristina Kirchner, siendo presidenta, recibió a Maduro en la Casa Rosada. Ahora, como dijo este jueves Maduro, ante la Asamblea Nacional venezolana, quiere liderar una fuerza «progresista» regional con eje en Brasil-Colombia y que integre la Argentina. “Lo que pudo conversar con Lula por vía telefónica, personalmente aquí en Caracas con el presidente Gustavo Petro, con nuestro hermano Alberto Fernández de Argentina. dijo en declaraciones reproducidas por venezolana television.

Un avión para seis personas

Hace una semana, el chavismo voló a Buenos Aires un avión del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos SA (Conviasa). Se enteró de que semejante aeronave «solo» transportaba a seis funcionarios del chavismo y que eran parte de la avanzada previa de un viaje presidencial. Los funcionarios encargados de la seguridad siguen en el país.

La empresa Conviasa es sancionada por el Tesoro de los Estados Unidos desde 2020. Pero la aeronave que llegó a Buenos Aires, como avión oficial de la presidencia de Venezuela, y los seis tripulantes, habrían llegado con pasaportes que gozan de inmunidades.

La aeronave estuvo en Argentina sólo una vez y despegó sin carga de combustible. Motivos para temer el sobraban. Un avión de Emtrasur, también sancionado, y con pedido de secuestro por parte de la justicia estadounidense, fue retenido en Ezeiza en junio pasado cuando aterrizó de emergencia. La tripulación de 19 venezolanos e iraníes quedó rezagada en el ejército, pero la aeronave quedó secuestrada en Ezeiza.

Consultadas las fuentes del Gobierno argentino, confirmaron que la avanzada, como «toda avanzada presidencial», debe prestar servicios de inteligencia. Y no desmintieron las versiones de que con ellos trajeron equipos de seguridad para una eventual llegada de Maduro.

“La ONU ha identificado al Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) y a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) como organismos que conforman la maquinaria torturadora responsable de delitos de lesa humanidad en Venezuela», se quejo la lider opositora venezolana, Elisa Trotta Gamus, que vive en este país. Y dijo que «la legada de agentes del SEBIN o la DGCIM haciéndose pasar por diplomáticos representaría una amenaza a la seguridad de la Argentina y una bofetada a miles de venezolanos víctimas de estos grupos de tarea».

Recompensa versus inmunidades

Alberto Fernández hizo un acercamiento paulatino a Nicolás Maduro, que siempre reconoció a Cristina Kirchner como directora y quien permitió que sus funcionarios hasta emitieran insultos para con el argentino mandatario durante la crisis bilateral de este año por el caso del avión de Emtrasur.

Fernández ascendió al rango de embajador a la jefatura de la sede diplomática en Caracas, degradada por el gobierno de Macri, y agregó enviado al director kirchnerista Oscar Laborde. Fernández ha dado la orden de reactivar los vínculos políticos y comerciales, amparándose en que también -dicen aquí- Joe Biden «negocia con los chavistas por lo bajo, sobre todo en materia económica». Hay además, en la que Lula decidió reactivar la embajada brasileña en Caracas, que prácticamente tenía cercada a Bolsonaro.

En ese sentido, aseguran, si Maduro no corre riesgos, vendría al país en la semana del 20 de enero. Comentar que Argentina «no aplica sanciones unilaterales impuestas por el gobierno de Trump», y estas no tienen efecto de aplicación obligatoria.

Aún así, a Maduro sólo se encanta viajar por países «amigos» -Rusia, China, Irán, Cuba, Nicaragua y más recientemente Egipto- y en algunos casos arriesga estancias que le han sido confirmadas como seguras.

Para el caso, desde marzo de 2020, está vigente una acusación contra Maduro y otros 14 actuales y ex funcionarios del régimen, surgida en los tribunales de Washington, Nueva York y Miami en la que se acusan de saquear miles de millones de dólares de Venezuela, y de «conspirar con las FARC, provocando la entrada de toneladas de cocaína» a los Estados Unidos «devastando las comunidades estadounidenses».

“El Departamento de Estado de los Estados Unidos a través de su Programa de Recompensas de Narcóticos, ofrece recompensas de hasta U$S 15 millones por información que conduzca al arresto y/o condena de (Nicolás) Maduro Moros”, dice una parte de la acusación en la que también ofrecen millones por otros reconocidos chavistas.

Los senadores republicanos por Florida, Marco Rubio y Rick Scott, pretendieron postular a esta recompensa y activar esta acusación durante el viaje que en septiembre de 2021 realizó Maduro en la Ciudad de México para participar de una cumbre presidencial de la CELAC. Pero Andrés Manuel López Obrador hizo caso omiso a cualquier pedido de extradición. Rubio incluso afirmó que Interpol impuso una condición de alerta roja que implica un pedido de captura internacional.

Aún así como señalaron analistas en Estados Unidos al sitio de La Voz de las Américas «Ni México ni ningún país tiene fundamento jurídico o ánimo» de tener a Maduro fuera del territorio venezolano.

«Maduro no tiene a su número orden alguna de captura internacional ni una condena firme por parte de tribunales locales o extranjeros que demanden su arresto dentro o fuera de Venezuela», dijo el especialista en relaciones internacionales y docente universitario Lauren Caballero a La Voz de las Américas.

«Más allá de que ciertos tribunales de un Estado en particular hayan solicitado la captura de Maduro o haya una recompensa, no hay fundamento desde el punto de vista de la justicia internacional para proceder a una acción de este tipo, qu’implicaría la captura de un presidente en ejercicio en un tercer país”, comentó Caballero en conversación con Voz de América desde Venezuela.